Sevilla, las cinco y nunca de la tarde

Tal vez no quisiera que le pasara como aquel año, cuando el primer tratamiento, en lugar de irse a cubrir la Feria de Sevilla, se tuvo que quedar en San Sebastián y hacía las crónicas desde casa por la tele

Chapu Apaolaza

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Se van a cumplir 25 años desde que mi padre partió de viaje a Sevilla a morirse en la Maestranza. «Me voy a la Feria, Juanjo», le dijo a su médico y este le respondió: «Bajo tu responsabilidad, Paco». «Te espero allí, doctor –le dijo ... como si no pasara nada, como si ni se estuvieran despidiendo–; yo te voy comprando el traje de corto». Me contaba mamá, o es que me lo he imaginado yo, lo contento que iba cruzando la estación de Santa Justa a su llegada a la ciudad con bastón y parche en el ojo, frágil pero heroico, triunfante y esplendoroso en sus últimas fuerzas, instalado en la consciencia terrible y mágica de las cosas que se hacen por última vez sabiendo que es la última vez.

Artículo para resgitrado

Lee ahora mismo todos los contenidos de ABC

Mensual Sin precio, gratuito Pruébalo
Anual Sin precio, gratuito Suscríbete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia