El Apunte

El campo sigue con sed

Los agricultores gaditanos admiten que las últimas lluvias han sido buenas, pero insuficientes y reclaman a la Junta que abra la mano

La borrasca Nelson que descargó la pasada Semana Santa sobre la provincia aguó la salida procesional de nuestros pasos, sin embargo, sirvió de alivió para los embalses y rebajó el estrés hídrico que sufrimos como consecuencia de la sequía. La mejora de la ... situación ha llevado a la Junta de Andalucía a reducir las restricciones que pesaban sobre 19 municipios de Cádiz,. Pero no es oro todo lo que reluce.

La lluvia ha caído en un momento justo y sin provocar daños, pero es, a todas luces, insuficiente como para tirar las campanas vuelo. El consumo doméstico se ha visto beneficiado con los efectos de esta borrasca, sin embargo, el campo gaditano tiene aún sed y reclama a la Junta que abra la mano para una aportación extra de agua que permita afrontar con solvencia la campaña de frutas y hortalizas de primavera verano.

De momento, esta lluvia que ha permitido incrementar la capacidad de los embalses ha servido también empujar a la campaña agrícola de invierno. Los agricultores admiten que hay una buena cosecha de trigo y de patatas, pero ahora hay que salvar la de tomates, pimientos y otras hortalizas amén de la flor cortada, que empieza ahora su época de floración.

En el caso de la ganadería las lluvias han contribuido al crecimiento de los pastos, lo que supone un notable ahorro para un sector que lleva mucho tiempo invirtiendo recursos para alimentar al ganado.

Agricultores y ganaderos estaban ya «asustados» porque se había entrado «en un periodo serio de sequía», y ahora parece haberse cambiado «la dinámica», hasta el punto de que se han puesto a salvo cultivos con los que ya casi no se contaba. El sector sigue, no obstante, esperando nuevas precipitaciones, siempre partiendo de la base de que «la llave del campo la tiene la primavera».

El aumento de los niveles de agua embalsada también es por último otra buena noticia para el sector, sobre el que ya se cernía la amenaza de un decreto de sequía que podría traducirse en una reducción de las cuotas de riego.

Una de las buenas noticias a este respecto es que ha llovido con intensidad en la cabecera de las cuencas, lo que ha favorecido que el agua acabe finalmente en los embalses.

Tras las últimas precipitaciones, los embalses de la provincia se encuentran de media al 28,9% de su capacidad, algo más de 100 hectómetros cúbicos (hm3) de agua que hace una semana, al contar ya con 524,27 hm3.

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