OPINIÓN DE CARNAVAL

Los primeros coloretes

La cantera, esas piedras diminutas, una vez dando más ejemplo con la líquida placenta de sus coplas

BEATRIZ ARAGÓN

Cádiz

Hoy termina una batalla pero bendita batalla. La cantera nos pinta los primeros coloretes, la ternura infinita en sus miradas nerviosas y blancas nos emociona. La semilla que se sembró a la sombra de un estribillo, hoy nos deja contemplar su luz alegre y milagrera.

Hoy termina una batalla pero las guerras no se ganan en un día. En sus pasacalles vive la alegría verde que te hace sentir que todavía hay esperanza para nuestra fiesta. La cantera, esas piedras diminutas, una vez dando más ejemplo con la líquida placenta de sus coplas.

A veces no entendemos que ese tiempo de espinas en el que se cocina la vida más hermosa no es el futuro sino el presente de la cantera, y nos lo saltamos, no nos interesa, no nos preocupa, no nos importa. Pero es demasiado importante como para obviar ese tiempo joven en el que se crece, en el que nace a la par la copla y el hombre o la mujer que las canta. Se hace cantera con cada piedrecita que cae en nuestras manos. Hay que tener mucho cuidado porque las piedras se pueden moldear a imagen y semejanza. Hablamos de cantera, hablamos de apoyar a la cantera. pero todo esto me parece una amarguísima telaraña que nos permite, en muchos casos, acallar nuestras conciencias y mirar para otro lado.

Aquí y ahora y con su manada de horizontes, muchos niños y muchas niñas van a cantar, como norma general sin veneno, a no ser que hayan mordido la manzana en casa. Aquí y ahora niños y niñas aprenden por repetición. Aquí y ahora niños y niñas se quedan sin poder salir en una agrupación por falta de instrumentación (porque no existe ninguna escuela de carnaval que preste estos servicios, es increíble que tengas que salir de Cádiz para encontrar un punteao o un caja, porque, señoras y señores, estas cosas están pasando).

El futuro hay que regarlo y no fumigarlo. Echamos la carga en las espaldas a los jóvenes del peso de un futuro de cristal y claro que salen agrupaciones a flote. Pero tenemos una cantera que no sabe cómo hacer una agrupación, que no sabe cómo gestionar las emociones dentro del grupo, directores o directoras de paja que no entienden qué significa la palabra 'director' porque nadie se preocupa en enseñarles, no se les deja tomar decisiones y, por su puesto, en muchas ocasiones no se les escucha.

Así nos luce el pelo, luego cuando llegan a su último año de cantera, qué dolor de nuestros frutos, no quieren dejar la sombra del estribillo que los amamantó. Maldita sea la suerte. Tienen miedo de pasar a adultos, otros se aburren, muchos no encuentran su sitio, otros se pasan zarandeándose de conjunto en conjunto y muchos pierden la ilusión.

Nuestros niños y nuestras niñas con el peso del futuro a cuestas pero sin cuesta que subir. La intención de fomentar la autoría en agrupaciones de la cantera brillando por su ausencia. Nos quedamos sin autores y sin autoras jóvenes. Algo no estamos haciendo bien. Estamos escacharrados pero no lo parece, porque todo brilla. Tenemos que estar pendientes de los niños y a las niñas y a lo que su luz cristalina nos está diciendo en el hacer y el sentir de su carnaval.

Como ríos de sangre recién nacida corren las coplas por cada esquina de cada barrio. En este tiempo de batallas, de revolución, de música, de palabra, son muchos los corazones que están temblando.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación