OPINIÓN

Cádiz turístico

Yo pensaba, iluso de mí, que pasados julio y agosto, los meses más fuertes del verano, poco a poco volveríamos a la normalidad, pero por lo visto no, esta invasión va en aumento

Antonio Fernández Repeto

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Si han tenido ocasión de recorrer las calles de nuestro casco antiguo en estos días habrán podido comprobar como lo que les comento es totalmente cierto. Prácticamente todos los días y desde primeras horas de la mañana deambulan por nuestra ciudad auténticas manadas de visitantes. La gran afluencia de cruceros que últimamente hacen escala en nuestro puerto es una de las causas fundamentales de ello. Pero, no solo son los cruceros, la realidad es que nuestra ciudad, de un tiempo a esta parte es un gran centro de atracción turística y cada año se van incrementado los números de una manera exponencial. Han proliferado los alojamientos para tal fin, han crecido y según las previsiones lo van a hacer aún más, las plazas hoteleras y no hay calle donde no podamos detectar la presencia de algún piso turístico legal o ilegal. Todo esto contribuye a que la población itinerante sea cada vez mayor. Sorprende que en una ciudad donde el índice demográfico cada vez es menor la afluencia de personas en las calles, es cada vez mayor.

Pruebe a circular a buen ritmo cualquier día de la semana por calles como Pelota, Compañía, Columela o San Francisco, verá como no tiene más remedio que aflojar el paso o ir dando empujones a diestro y siniestro para poder avanzar. Si se aventura a acudir al mercado de abastos a comprar pescado, prepárese, las hordas de mirones y fotógrafos que ocupan sus pasillos no le permitirán llegar hasta el puesto donde pretenda comprar, un auténtico suplicio. Y si por casualidad, algún día pretende tomarse un pescaito frito en Los Gallegos, prepárese a guardar su correspondiente cola al sol en plena plaza de las flores.

Yo pensaba, iluso de mí, que pasados julio y agosto, los meses más fuertes del verano, poco a poco volveríamos a la normalidad, pero por lo visto no, esta invasión va en aumento. Cádiz sigue atrayendo a propios y extraños. Hace algún tiempo aquí solo venían a veranear sevillanos extremeños y algún que otro de Madrid que engrosaban nuestras pandillas veraniegas. Ahora, tenemos que tener cuidado porque cuando menos lo pensemos, nos desalojan.

Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia