Todo arde

La verdad es que no comprendo cómo todavía hay quien no cree en el cambio climático y, lo que es peor, niegan su existencia

Antonio Fernández Repeto

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No sé si cuando se publiquen estas líneas se habrá disipado la cuarta ola de calor que nos ha asolado esta semana. Si es así y las temperaturas han vuelto a la normalidad mejor que mejor, descansaremos y se no habrá pasado el mal humor. Si no, estaremos al borde de un ataque de histeria.

Los veranos y sobre todo los días de levante siempre se han caracterizado además del viento por las altas temperaturas, eso nadie lo pone en duda pero por las noches había que coger una rebequita por aquello del relente. Hoy esta costumbre ha pasado a mejor vida y por las noches no hay quien pegue ojo.

La verdad es que no comprendo cómo todavía hay quien no cree en el cambio climático y, lo que es peor, niegan su existencia. Solo con analizar nuestras propias vivencias y comparar, los que ya tenemos posibilidad de recordar tiempos pasados, como eran nuestras antiguas estaciones y su comportamiento meteorológico para comprender que algo no marcha como antes. En Abril aguas mil, decía el refrán, ahora no cae una gota. Los pantanos están de nuevo bajo mínimos y la sequía es mucho mayor. España es un país de secano pero como ahora nunca, estamos al borde de la desertización. Solo hay que ver los humedales de nuestro entorno y casi llorar viendo como han desaparecido prácticamente los de Doñana.

Como consecuencia de todo esto la amenaza de incendios es cada vez mayor. Hace unos quince días comentábamos el desastroso incendio que asoló casi el ochenta por ciento de nuestras Canteras en Puerto Real. En estos últimos días estamos asistiendo a las alarmantes noticias del incendio que está afectando a la isla de Tenerife. Su virulencia es tal que han tenido que ser evacuadas varias poblaciones y son miles las personas que están viendo peligrar sus viviendas. Gracias a Dios, al menos por el momento, aquí no se ha producido víctimas mortales pero tanto en los incendios que están asolando Grecia como en la isla de Maui en Hawái la población no ha podido resistir el envite de las llamas y se ha producido un auténtico desastre.

Estamos pasado esta cuarta ola de calor. Ciudades andaluzas como Sevilla y Córdoba o las extremeñas Cáceres y Badajoz, siempre han alcanzado los cuarenta grados en esta época. Ahora y por las noticias que día a día nos ofrecen los informativos esos cuarenta grados se están registrando en Bilbao, Santander e incluso en las altas cotas del Pirineo. Ya no nos sirve eso de irnos en verano al Norte para no pasar calor en verano.

Esperemos que salte un poquito de poniente y refresque. Las olas de calor nos están consumiendo poco a poco y lo peor de todo es que se está incendiando todo. Hasta las redes sociales estos días están echando humo. El polémico pico y el mal comportamiento personal del impresentable Rubiales en la Final de Sídney y las también polémicas negociaciones de los partidos políticos para promover la investidura del nuevo gobierno, han encendido las redes y vamos a tener que llamar a los bomberos para apagar esos incendios mediáticos. En este verano todo arde.

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