OPINIÓN

Ellas

Se pierde la filosofía de los Centros de Educación Permanente, y se da de lado a su importante labor social e integradora de colectivos que no tuvieron su oportunidad educativa

De pequeña era risueña, vivaracha y curiosa. El paso de los años no mermó un ápice su alegría de vivir ni sus ganas de aprender. Ajena a las miserias de los años cincuenta, su familia se sacrificó para que acudiera a una 'amiga', ese prolegómeno ... de lo que ahora es la educación infantil. Su paso por la escuela fue tan brillante que, cuando salió para trabajar a pesar de su corta edad, la maestra le dijo a su madre: No la saque de la escuela, la niña tiene ganas de aprender y promete. La precariedad de la economía familiar no lo hizo posible. Después vino el servir y el coser por cuenta ajena, todo por un mísero estipendio. Con su noviazgo y su boda, y la familia que formó, cumplió con los cánones establecidos. Podría decirse que era feliz, pero las ganas de saber nunca le fueron saciadas como hubiese sido su deseo. Siempre fue de escuchar radio y de lecturas a su manera. Estaba bien informada sobre todo lo que ocurría dentro y fuera de nuestras fronteras, y tenía una opinión acertada de todos los acontecimientos. Con los familiares lejanos mantuvo una relación epistolar frenética. Las cartas eran como un diario de vida en el que daba cuenta de todo lo que acontecía a su alrededor. Ahora, con sus nietos granduñones, se le brindaba la oportunidad que en su juventud le fue negada. A sus más de setenta años podía acudir a una escuela para adultos, podía participar en la universidad de mayores. El devenir del tiempo le brindaba una nueva oportunidad para aprender.

Pasados los fastos de las celebraciones del 8 de marzo, Día de la Mujer, se demuestra que nadie quiere renegar de ese feminismo oportunista, lo contrario sería ir en contra de lo políticamente correcto. Pero la realidad es bien distinta, aún queda un largo camino por recorrer.

En estos días se están produciendo en nuestra ciudad manifestaciones en defensa de la Educación Permanente de Adultos. Desde su creación, hace años, esto centros se habían convertido en la oportunidad de conocimiento y saber para aquellas personas a las que, por razones que no vienen al caso, les fue imposible acceder a una formación reglada. Cursos de idiomas, de informática, de alfabetización, de patrimonio, conforman una oferta educativa para una población senior. Con la excusa de dar una oferta formativa para potenciar la empleabilidad de los andaluces la Consejería de Educación pretende modificar los cursos de formación preparatorios para el acceso a los ciclos formativos de grado medio y superior. Se pierde la filosofía de los Centros de Educación Permanente, y se da de lado a su importante labor social e integradora de colectivos que no tuvieron su oportunidad educativa. Hay estudios que constatan que las mujeres tienen más reparo a la hora de levantar la mano en clase, sus intervenciones en el turno de palabra son más cortas y escasas. Eso no hace que estén más presentes en los centros de mayores, que sus ganas de saber y de relacionarse no tengan límites.

Otra forma de discriminación es la privación del derecho a la educación, aunque sea para personas mayores, principalmente mujeres, y sólo por el simple hecho de saber.

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