Nos hemos equivocado de héroes

Por otro lado, ayer tuve el honor de presentar un libro: el de una mujer enferma de ELA cuya inmovilidad es ya absoluta. «Cuando la opción es vivir», se llama. Escrito por sus ojos. Dictado por su alma. En esas desgarradoras y a la vez alegres páginas que relatan su enfermedad, habla de que es feliz. Y yo… no lo entiendo. Dice que ha llegado a comprender que su vida no es solo suya. Porque si no, se abandonaría a la muerte. Pero sabe que ella, aun en ese estado, influye mucho en los de su alrededor. Porque como ya escribí una vez, no se puede mover, pero alguien así mueve y conmueve más que lo que alguien sano podrá hacerlo nunca.

Dicen que estas situaciones son la manera que tiene la vida de gritar al mundo. De hacerlo despertar. Cuando ves personas así, como esos padres que esta Navidad se enfrentarán, con tristeza pero con paz, a dos sillas vacías, o como esta mujer que está encerrada en un cuerpo inmóvil, entiendes que el mundo se ha equivocado de héroes. Creemos que estos son quienes consiguen fama, dinero o poder y nos hemos levantado unos 'héroes de Instagram'. Pero son esas personas, sencillas, normales, que actúan con heroísmo en la adversidad, quienes deberían brillar como teas encendidas en un mundo oscuro. Son esas personas quienes habrían de guiar nuestros pasos. Son los héroes invisibles que necesitaríamos comenzar a hacer visibles.