Editorial ABC

Sánchez ignora las alertas

España se enfrenta a un nuevo ciclo económico con un Ejecutivo inoperante, cuyos responsables defienden un recetario erróneo

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La economía española ha empezado a mostrar claros síntomas de debilidad en los últimos meses, pero la situación se antoja mucho más preocupante si se tiene en cuenta, por un lado, el convulso contexto internacional, donde las alertas crecen, y, por otro, la irresponsable pasividad del Gobierno a la hora de evitar el frenazo. La guerra comercial que protagonizan Estados Unidos y China desde 2018, siendo ambas las principales potencias del planeta, está afectando al crecimiento mundial, sobre todo desde el reciente recrudecimiento de la pugna arancelaria. El deterioro de las relaciones comerciales se traduce en menores ventas al exterior y un encarecimiento de determinados productos importados, cuya combinación golpea de lleno a sectores clave de la economía. Esta es la razón por la que la zona euro acaba de registrar un duro bache en el segundo trimestre, tras avanzar un 0,2%, la mitad que en el primero, según informó ayer Eurostat. Además, apenas creció un 1,1% interanual, su menor ritmo desde finales de 2013.

Se suma la crisis que sufre la automoción, uno de los pilares de la industria europea, todo apunta a que esta senda empeorará a corto y medio plazo. Prueba de ello es que Alemania, la gran locomotora de la UE, se encuentra al borde de la recesión, después de que su PIB cayera un 0,1% entre abril y junio debido al derrumbe de las exportaciones y la producción industrial. Francia, por su parte, sigue sin levantar cabeza, con un avance del 0,2, mientras que Italia, cuya economía permanece estancada, se sumerge de nuevo en el caos político tras la ruptura del Gobierno de coalición formado por el M5S y la Liga, cuyo resultado, más allá de avivar la incertidumbre, podría provocar una nueva grieta en el seno de la zona euro. Y eso sin contar que Reino Unido, en plena contracción económica, amenaza con protagonizar un Brexit sin acuerdo o que Argentina, donde las empresas españolas se juegan mucho, padece una nueva tormenta financiera ante la posibilidad de que el peronismo regrese al poder.

Sin embargo, Sánchez y sus ministros, lejos de reconocer estos riesgos y poner en marcha las medidas necesarias para paliar sus efectos, miran hacia otro lado y, lo que es peor, mantienen al país en la parálisis política. La ministra de Economía, Nadia Calviño, insistió ayer en que revisará al alza las previsiones de crecimiento, negando así la realidad, al tiempo que Sánchez, aferrado a unos Presupuestos de hace dos años y demostrada su incapacidad para formar Gobierno, impide que la legislatura eche a andar por una mera cuestión de tacticismo electoral. Como consecuencia, España se enfrenta a un nuevo ciclo económico con un Ejecutivo inoperante, cuyos responsables, además de ignorar las advertencias, defienden un recetario erróneo y contraproducente. Este escenario se asemeja al de aquel fatídico 2008 en el que Zapatero negaba la crisis poco antes de la catástrofe.

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