Un gobierno demacrado

Si rectificar es de sabios Pedro Sánchez es el faro del pensamiento de occidente

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno EP
Juan Fernández-Miranda

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Si rectificar es de sabios Pedro Sánchez es el faro del pensamiento de occidente. Desautorizada la ministra de Justicia por el desleal rechazo a Llarena; goleada la de Trabajo por el sindicato de prostitutas; desubicada la de Industria con el diésel; topándose el propio Sánchez con la compleja realidad de la inmigración, con las finas entretelas de las relaciones comerciales con Arabia Saudí y con el peor de sus molinos de viento: su propia demagogia en la oposición. Ahora no habrá impuesto a la banca, ni buscará un acuerdo de financiación autonómica y agua, ni importa nada que RTVE se gobierne por decreto, ni va a convocar elecciones hasta el final de la legislatura. O eso pretende. O eso dice en público que pretende.

La pregunta es: ¿cuánto tiempo está dispuesto a aguantar el presidente del Gobierno antes de convocar elecciones? O mejor: ¿cuánto tiempo podrá aguantar? Tres factores a tener en cuenta: el primero, la encuesta que publica hoy ABC revela un desgaste impropio de un presidente que lleva solo tres meses, siendo además uno de ellos agosto. Al Gobierno bonito, como acertó a bautizar Colmenarejo, se le está borrando el maquillaje a marchas forzadas. Seis de cada diez españoles rechazan la política de Sánchez en inmigración, pensiones y economía, y siete de cada diez en el caso de Cataluña. Solo uno de cada cuatro le apoya en esos temas (inmigración 28,3%, pensiones 26,8%, economía 20,6% y Cataluña 16,6%).

Si tenemos en cuenta que en las elecciones el PSOE alcanzó el 22,63% de los votos (84 diputados), pues todo encaja: solo uno de cada cuatro quería a Sánchez en Moncloa, y solo uno de cada cuatro aprueba su gestión en La Moncloa. Escaso apoyo.

Un segundo factor importante es la oposición interna. Cada vez son más en el Gobierno y en el PSOE los partidarios de adelantar elecciones para evitar un desgaste mayor, conscientes de que la propaganda tiene un límite y la erosión va en aumento. El tercer factor es también relevante: la economía muestra síntomas de desaceleración.

En Moncloa, donde se cultiva con esmero el eufemismo, regatean el verbo «rectificar» diciendo que «este Gobierno escucha». Si efectivamente es así, y Sánchez escucha, el mensaje de la encuesta que hoy -y mañana- publica ABC es nítido: urnas.

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