Editorial ABC

Caso ERE, quedan muchos más

El caso ERE es una red de juicios tan tupida como la red de corruptos que generó el PSOE desde el poder autonómico

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Por más que se empeñen los dirigentes del PSOE y sus activistas de la manipulación en presentar la sentencia de los ERE como un asunto ajeno y menos grave que el de la Gürtel, la condena impuesta a sus dos expresidentes, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, entre otros altos cargos y destacados personajes socialistas, es una descalificación en toda regla del propio partido. Además, llueve sobre mojado, porque el historial del PSOE desde que llegó al poder en 1982 acumula casos tan inhabilitantes como la trama de Filesa o la guerra sucia contra ETA. Deberían preocuparse por esta tendencia a la ilegalidad. Ahora les llega el desfalco de 680 millones que los apologistas de la mentira quieren hacer pasar como un masivo acto de beneficencia con los jubilados de Andalucía. Flaco favor a los verdaderos necesitados de esta comunidad autónoma, que, además de seguir siéndolo después de décadas de régimen socialista corrupto, sufren el escarnio de convertirse en la coartada de unos delincuentes. Se consuelan los dirigentes del PSOE con el argumento de que en la Gürtel hubo financiación ilegal y blanqueo de capitales, y en el caso de los ERE, no. La sombra del juez De Prada es alargada, pero no tanto, porque es falso que al PP se le atribuyan esos delitos y porque al PSOE no le hizo falta financiarse ilegalmente, ni blanquear capitales. No le hizo falta porque absorbió a la Junta de Andalucía para financiar la red de poder y favores que le mantuvo en el poder. Blanqueó su desfalco con votos y servidumbres.

En todo caso, los socialistas, empezando por el ingenioso José Luis Ábalos, deben administrar sus esfuerzos ante la opinión pública, porque tienen aún mucho trabajo por delante. Quedan decenas de causas penales por ser juzgadas. El caso ERE es una red de juicios tan tupida como la red de corruptos que generó el PSOE desde el poder autonómico. Y ahí se verán los enriquecimientos personales que ahora niegan -como si el lucro de un político fuera sólo económico-, porque están procesados altos cargos socialistas, parientes, exediles y falsos jubilados por meter la mano en la caja del dinero público. Y saldrán paraísos fiscales, comisionistas que se llevaron dinero al extranjero y alguna donación de inmuebles al PSOE, en agradecimiento a tanta justicia social de la izquierda. Tenía motivos la Junta de Andalucía para encubrirse cuando torpedeaba la investigación de la juez Mercedes Alaya, hasta el extremo de que esta tuvo que pedir al Tribunal de Conflictos de Jurisdicción el acceso a las actas que el Gobierno andaluz le negaba. Queda mucho ERE por juzgar, salvo lo que ha ido prescribiendo paulatinamente gracias a la inacción consciente de la juez Núñez Bolaños, investigada por el Consejo General del Poder Judicial tras una denuncia de la Fiscalía. Para trama corrupta, de verdad, a escala industrial, la del socialismo andaluz.

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