Fotografía del desastre de la ciudad nipona
Fotografía del desastre de la ciudad nipona - discovery max
70 aniversario de hiroshima

Hiroshima 70 años después: «Pensaba que la bomba era un mal necesario, pero Japón estaba de rodillas»

Lucy van Beek estrena en Discovery Max un documental que se centra en «las secuelas de la masacre; no es una historia de victoria militar americana»

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A Lucy van Beek le han llovido ofertas desde Hollywood, pero las ha declinado todas. Prefiere la fuerza de las historias que sucedieron, y contarlas sin necesidad de artificios. «Creo que la realidad es más poderosa que el drama y puede tener más impacto. Por eso me convertí en directora de documentales», asegura en una charla telefónica con ABC. Siete décadas después de una de las inflexiones históricas más importantes del siglo XX, Van Beek estrena en Discovery Max (jueves 6, 22.30 h) «Hiroshima: una historia real».

Un documental que surge para dar voz a vivencias que, tras el estallido de la bomba atómica sobre la ciudad nipona en 1945, quedaron silenciadas. «Queríamos contar sus secuelas, sus consecuencias, y no una historia de victoria militar americana», cuenta Van Beek, que antes de indagar consideraba a «Little Boy» (como se conoce a la primera bomba) un «mal necesario» para terminar la guerra pero asegura que este documental «demuestra que no fue así.

Japón intentaba negociar su rendición, estaban de rodillas, ya no podían luchar más».

Accedieron a la información investigando ambos bandos, indagando en archivos americanos que con el paso del tiempo se desclasificaron, y colaborando con la NHK (empresa de radiodifusión pública nipona), que permitió al equipo acceder a testimonios de incalculable valor. Como el de un oficial de inteligencia japonés que nunca había hablado con un medio occidental o el de un anciano de 98 años que veía en la cámara de Van Beek la última oportunidad para contar sus recuerdos.

El documental es «una historia sobre la radiación, sobre los que se quedaron huérfanos tras la explosión; una historia sobre cómo la mafia controló la ciudad o cómo los científicos americanos convirtieron Hiroshima en un gran laboratorio, y a sus habitantes en cobayas», adelanta a ABC la directora.

Uno y otro bando

«Hiroshima: la historia real» incluye declaraciones del que fue el último superviviente del proyecto Manhattan (investigación estadounidense que pretendía desarrollar la bomba atómica antes que la Alemania nazi), el Nobel de Física Roy J. Glauber, a favor de «ese mal necesario» que evitaría más bajas estadounidenses. También el de Russell Gackenbach, el teniente que coló a bordo del «Necessary Evil», uno de los bombarderos que escoltaba al Enola Gay, la cámara que captaría el minuto posterior al estallido de «Little Boy» sobre la ciudad nipona.

El documental actúa de balanza entre los testimonios de unos y de otros. Doce supervivientes relatan cómo sus vidas cambiaron tras la bomba atómica. Una «chica que tenía un año cuando estalló cuenta cómo es crecer afectada por la radiación. Se quedó estéril y le prohibieron casarse con el hombre al que amaba porque las víctimas están mal vistas en la sociedad nipona, las consideran raras», cuenta Van Beek, que compara a esta mujer con alguien de un americano de edad similar, y que celebra lo que puede hacer el átomo. «Es sorprendente lo poco que se entiende aún sobre la bomba», concluye la directora.

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