HISTORIA DE CÁDIZ
La Caleta y su historia de pesca, comercio, templos... y suicidios
El investigador Alberto Gullón destaca la huella que han dejado todos los pueblos que han habitado este lugar estratégico de la Península Ibérica
Cuando se le pregunta a Alberto Gullón , profesor de la Universidad de Cádiz y coordinador del proyecto de I+D+i de 'La Caleta. Entre la Tierra y el Mar. Un estudio diacrónico de su uso’ qué es lo que más le ha sorprendido de la investigación de este entorno, su respuesta es rápida: «Lo poco que conoce el ciudadano de a pie este lugar ». Igual que comentaba el catedrático Lucas Cervera hablando de las especies animales que viven en este espacio, Gullón destaca que pese a que el entorno lleva 30 siglos marcando la vida de los gaditanos , apenas se le presta atención a su relevancia histórica. «Y eso que atesora vestigios de todas las épocas, desde la antigüedad hasta ahora mismo».
Al igual que sucede con los yacimientos terrestres, la actividad que se ha ido realizando en el rincón por antonomasia de los comparsistas ha determinado los restos que se han encontrado. Y esos restos, cerrando el círculo, han desvelado qué actividades se realizaban en ese entorno. «Muchas veces esos restos son pistas sutile s que hay que saber interpretar».
Los restos dan pista de cuándo había más ataques ingleses o del esplendor del comercio
Así, una profusión de ánforas de una época determinada hacer ver cómo se incrementó el comercio –algo que sucedió en la antigüedad clásica–, o la aparición de pequeños ídolos certifica el uso religioso que se le daba al entorno.
«También encontramos aparejos de pesca, porque esa actividad se ha desarrollado siempre en la zona o, y esto es muy interesante, pequeñas embarcaciones artilladas de una época concreta que nos demuestran que se había incrementado la frecuencia de ataques de los ingleses», desvela con pasión el profesor Gullón, que relata que La Caleta también ha sido empleada como cantera «y como un lugar donde proliferaban los suicidios» .
Estudios de tierra y mar
Se da además la curiosidad de que los estudios arqueológicos del entorno caletero presentan la peculiaridad de que se realizan tanto en el mar como en el subsuelo terrestre, «ya que en la Antigüedad había un canal que, partiendo de La Caleta , llegaba hasta el puerto actual», y éstos dan pista de cómo ha evolucionado también geológicamente el entorno. La Caleta, más allá de los relatos de Quiñones, se introduce en el corazón de la ciudad.
Ante la pregunta de si se han producido expolios en el entorno de La Caleta, Gullón afirma resignado que el robo de material es una práctica «casi tan común como la de la actividad en la zona: «los pecios hundidos tenían partes muy apetecibles para reutilizar, pensemos en los cañones de los barcos que eran empleados en las esquinas de la ciudad , por ejemplo; y también tenemos constancia de que se han sustraído ánforas».
Ahora esa práctica es más difícil «gracias al trabajo de catalogación que ha realizado el CAS , pero antiguamente, cuando existía el puente entre el islote de San Sebastián y la ciudad, los gaditanos se llevaban hasta las partes metálicas».
