Carlos Martel regresa a su tierra para ofrecer dos nuevas veladas gastronómicas en el marco del ciclo «Veranea en la bodega» de González Byass. El jerezano ya participó en la edición de 2024 con su catering El Huaso y la acogida que tuvo en las bodegas de Tío Pepe fue absolutamente arrolladora. «Hubo listas de espera ambos días», comenta.
Esta temporada no ha dudado en regresar a su tierra para repetir el éxito del pasado agosto, cuando dio a conocer el concepto de carnes asadas tan singular que ha creado y que tan bien está funcionando.
Las citas para conocer en primera persona su propuesta serán el 8 y el 14 de agosto, cuando la bodega Tío Pepe se convierta en un asador por unas horas y permita a los asistentes disfrutar de una cena tan singular como exquisita.
Cuando GURMÉ pregunta a Carlos Martel si habrá novedades respecto a la experiencia que ofreció en 2024, responde con rotundidad que no tiene previsto hacer cambios. «Me piden que hagamos lo mismo porque resultó todo un éxito».
Su plato fuerte son los pollos deshuesados que previamente macera durante 24 horas en brandy de González Byass, ya sea Alfonso o bien Soberano. «Es increíble cómo potencian el sabor de la carne, el pollo se eleva a otro nivel», comenta. Para él, «el vino más elegante que hay en el mundo es el de Jerez y no duda en emplearlo tanto en sus maceraciones como en los maridajes«.
Natural de Jerez, siempre tiene presente los vinos de su tierra y recuerda con emoción que su padre, a sus 90 años, se sigue tomando dos copitas de oloroso cada jornada.
Quién es Carlos Martel
Nacido en Jerez, lleva décadas fuera de su ciudad natal, ya que siendo aún un chaval emigró a Chile para buscarse la vida y allí pasó varios años, en los que conoció de primera mano la cultura gastronómica del país y su arraigo por el universo cárnico.
Al regresar a España se instaló en Madrid, donde trabajaba para una agencia de publicidad. Pero un compañero de la oficina le pidió que hiciera un asado por su cumpleaños y esa fue la mecha que prendió la chispa.
Pronto su fama corrió como la espuma y empezó a recibir encargos hasta que en 2017 decidió profesionalizar su actividad con la marca El Huaso (como se conoce en Chile al hombre de campo que se desplaza a caballo) y abandonó definitivamente la agencia de publicidad donde trabajaba.
Desde entonces, muchos madrileños conocen su propuesta y se ha consagrado como una especie de gurú en el mundo cárnico, ya que incluso ha servido las bodas de hosteleros de renombre en Madrid especializados en asados como Charrúa o El 33.
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