Los narcos marcan territorio: montan una trampa con piedras y cócteles molotov a la Policía
Tras la detención de uno de los capos del hachís, un grupo organizado tiende una trampa a los agentes en un barrio marginal de La Línea
Madrugada del pasado jueves. Un gran operativo policial irrumpe en la barriada de San Bernardo, en la Línea de la Concepción. El objetivo: cazar a Antonio Tejón, el Castaña , líder de uno de los dos clanes de narcotraficantes más poderosos del Campo de Gibraltar. La misión tuvo éxito y los efectivos policiales atraparon a este escurridizo narco, que ya está en prisión. Sin embargo, en San Bernardo, menos de una semana después, no hay tregua. La presión policial sobre los clanes de La Línea va en aumento y la respuesta no se ha hecho esperar. Esta madrugada, un grupo organizado camuflado por la oscuridad tendió una trampa a los agentes en el mismo barrio donde Tejón fue detenido .
San Bernardo es una pequeña barriada de La Línea que linda con La Atunara. No es un lugar idílico para veranear aunque esté en primera línea de playa. Allí la imagen es algo decadente. Los bloques de pisos, que no tienen más de cuatro alturas, esconden tras sus ventanas ojos indiscretos y en los patios, destartalados, lucen brillantes coches de alta gama que desentonan con el ambiente. Además de ser el escenario de la detención de El Castaña , también allí desarticuló la Policía un complejo sistema de radar que los narcos habían instalado en una azotea con el objetivo de localizar a los agentes para que no les «estropearan» los desembarcos de droga.
Pues bien, precisamente desde el lugar llegó una llamada de emergencia efectuada al 091 de madrugada. Los efectivos de la Policía Nacional de guardia, tras ser informados, se desplazaron hasta allí en cumplimiento de su obligación. La sorpresa llegó cuando, según confirmaron fuentes policiales a ABC, constataron que la llamada era trampa y que iban a ser víctimas de una emboscada .
Al llegar, la luz de las farolas del barrio estaba cortada y los policías se toparon con una barricada y un escenario de total oscuridad. Al detener sus vehículos, los agentes fueron recibidos con una lluvia de piedras que causó desperfectos a dos coches patrulla y que pudo ser mucho peor. Una vez desplegados en el lugar y pese a las piedras, los policías detuvieron a un menor y evitaron ser víctimas de un ataque mayor: los agresores tenían preparado un arsenal de cócteles molotov listos para ser arrojados contra los vehículos de la Policía.
«Guerra callejera»
La investigación sobre el caso está abierta, pero las fuentes consultadas por este diario alertan de que la situación se recrudece en La Línea y equiparan este último episodio, que va un paso más allá de las acciones sufridas hasta el momento, con un ataque más propio de la «guerra callejera» . No es para menos, ya que los policías se enfrentaron a un grupo organizado de personas que aprovecharon la oscuridad para camuflarse y evitar ser reconocidas. Por ello, pese a que el detenido es menor, no se descarta que en el grupo de agresores hubiera individuos de todas las edades.
El incidente, más allá de los daños materiales en dos vehículos, se saldó sin consecuencias de calado para los agentes, amén de algún que otro rasguño. Sin embargo, los policías desplegados en la zona insisten en la urgente necesidad de implantar más medidas contra el narcotráfico en la zona para evitar males mayores. Las agresiones contra los Cuerpos de Seguridad se están convirtiendo en algo habitual en la zona y un ejemplo es que, a la par que estos agentes acudían a San Bernardo, donde fueron recibidos a pedradas, se desarrolló otra operación contra el tráfico de tabaco en la que, como detallan fuentes policiales, los traficantes también reprendieron con piedras a los agentes que les perseguían.
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