Los drones se han vuelto imprescindibles para la vigilancia de los bosques
Los drones se han vuelto imprescindibles para la vigilancia de los bosques - ABC

El sector forestal, un pulmón económico amenazado por el humo

Los expertos apuestan por la tecnología y la innovación para combatir el fuego

Madrid Actualizado: Guardar
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La industria forestal española se encuentra en plena renovación y actualmente se está enfrentando a uno de los grandes retos del mundo rural: recuperar la actividad económica y fomentar el regreso de población a los pueblos. El sector genera un valor añadido bruto anual de unos 7 millones de euros, lo que supone en torno a un 0,65% del PIB, y aglutina a unos 160.000 puestos de trabajo, que se encargan de la explotación sostenible y preservación de las más de 26 millones de hectáreas de superficie forestal que hay en España, de las que 15 millones están cubiertas por árboles. En volumen de superficie verde, nuestro país está a la cabeza de la Unión Europea –sólo Suecia supera el número– y desde 1990 España ha visto incrementada su masa forestal en un 33%, un dato que está en contraposición al volumen mundial, que ha disminuido en un 3%.

Sin embargo, hay un enemigo que hace peligrar cada año la salud de las zonas forestales: el fuego. Valentín Gómez, subdirector de operaciones forestales de Tragsa, recalca que España se expone cada año a una pérdida de 100.000 hectáreas de monte, «una realidad que no podemos permitir». El impacto de los incendios hace más mella en la naturaleza que en la industria forestal porque «la madera quemada puede emplearse en aserraderos. Salvo que un año la gran cantidad de madera quemada produzca una saturación en el mercado que haga bajar los precios de la madera de sierra, el impacto en la industria es bajo. Por otro lado, la madera quemada nunca puede aplicarse en la elaboración de papel. En este sentido, el impacto podría producirse si se quemasen bosques jóvenes de determinado tipo, lo que podría reducir las reservas», explica Gómez.

La llegada del verano, las altas temperaturas y las escasas precipitaciones suben el riesgo. Este año, el sector forestal está muy preocupado por el gran número de incendios antes del verano, época donde mayor número de casos se registra. Según los datos del Ministerio de Medio Ambiente, en los primeros cinco meses del año se han cuantificado un total de 6.119 siniestros, el registro más alto desde 2012 –el año más negro para los bosques españoles–, cuando en ese mismo periodo de tiempo hubo 9.187 incendios. «Las altas temperaturas han llegado muy pronto y eso va a hacer que la combustibilidad de los montes sea alta desde este momento, no como otros años en los que las temperaturas normales y las precipitaciones del mes de junio retrasaban este peligro», incide Gómez. Pero a pesar de los datos negativos de estos primeros meses, Gómez pide no caer en el pesimismo, y para ello se apoya en los datos de los años 2014 y 2015, que «se presentaban tan malos como este pero resultaron ser muy buenos en el cómputo general. Esperamos que las labores preventivas y los buenos medios de extinción que hay en España colaboren para que este no sea un año tan malo». En cuanto a la superficie afectada, los datos de 2017 hasta el momento tampoco son positivos, ya que un total de 38.199 hectáreas han sido calcinadas, registro que en la última década sólo ha sido superado de nuevo en 2012, cuando se vieron afectadas 66.865 hectáreas.

En la cabeza de muchos está el incendio ocurrido en el centro de Portugal esta semana, que se ha cobrado 64 víctimas y ha sacudido 40.000 hectáreas. El caso ha activado las alarmas ante una posible situación parecida en España. Sin embargo, Gómez piensa que es muy difícil que se pueda experimentar un caso similar al de nuestros vecinos. «España es el país más preparado de la Unión Europea en la lucha contra incendios forestales. La experiencia, especialización, capacitación y abundancia de medios de extinción con los que contamos, hace muy difícil que nos enfrentemos a una situación como la de Portugal», explica. Gómez presume que en España se cuenta con medios humanos y especializados y con más de 200 medios aéreos equipados en la lucha contra incendios forestales, números que superan con creces las cifras de otros grandes estados de la Unión Europea.

Innovaciones contra el fuego

Para continuar al frente de Europa en materia de gestión y preservación de las zonas forestales, los grandes expertos del sector se citarán esta semana en Plasencia durante el 7º Congreso Forestal Nacional. Todos coinciden en el uso de la tecnología y la innovación como factores claves en la mejora de la gestión de los recursos naturales y de la seguridad y eficiencia a la hora de luchar contra los incendios. Para conseguir esos objetivos, cuentan también con el apoyo del Estado, que aprobó por unanimidad el pasado mes de mayo en el Senado un programa con medidas para impulsar el sector forestal y la gestión sostenible.

La inversión en I+D+i marcará el futuro de los ecosistemas españoles, y para ello el sector forestal prepara la presentación de los proyectos que llevan adelante, alguno con colaboración de otros países europeos. «En estos momentos estamos terminando el proyecto Advanced Forest Fire Fighting (AF3), en el que participan 19 socios de 9 países, con el que buscamos formas de extinción más eficaces y seguras mediante la formación y la capacitación del personal, la coordinación de los medios de extinción y la gestión integrada», afirma Gómez. También están desarrollando el proyecto ERVIN, un simulador virtual que reproduce las condiciones de un incendio forestal y que ayudará en la formación de los efectivos, y la creación de la plataforma Emercato, un sistema de geolocalización que permite seguir a los medios humanos y materiales situados en el terreno y que facilita la gestión de un gran incendio.

Del mismo modo, el uso de los drones se ha convertido en imprescindible para la vigilancia de los bosques y el conocimiento de su estado. Además, el sector trabaja en el análisis preventivo de daños y riesgos a largo plazo para poder orientar de una manera más eficiente los trabajos post-incendios.

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