Vela

Lucas Roig y la aventura de un joven barcelonés en la Clipper Race: «Repetiría con los ojos cerrados»

REPORTAJE

Sin experiencia en este tipo de retos, el catalán forma parte de la embarcación Unicef y se muestra entusiasmado con la aventura

«Para mí estar aquí era inimaginable hace no demasiado tiempo», apunta

Un domingo histórico para la vela en la Bahía de Cádiz

Así es el día a día en la Clipper Race: un exigente sueño hecho realidad

El joven barcelonés Lucas Roig. M. E.

Puerto Sherry ha acogido por segunda vez la Clipper Round the World Yacht Race, prestigiosa competición náutica que en el año 2023 ya hizo escala en el mismo escenario.

Considerada como la más exigente e inclusiva del mundo, la Clipper Race ha realizado en El Puerto de Santa María una de las dos escalas de la primera etapa, que empezó en Portsmouth (Reino Unido) y llegará a Punta del Este (Uruguay) dentro de unos 25 días.

Diez embarcaciones de 70 pies, con entre 19 y 21 como tripulantes en cada barco, son las protagonistas. De esos tripulantes, dos profesionales y el resto es amateur. Incluso algunos de ellos parte sin experiencia en el mundo de la vela.

Ahí, entre ellos, está presente Lucas Roig, un joven barcelonés de 19 años de edad que acaba de terminar Bachillerato y ahora vive una aventura apasionante. Él es de esos tripulantes amateur que, sin experiencia en estos retos, se lanza al mar con una ilusión enorme. Se le nota feliz y entusiasmado, como si se estuviese frotando los ojos todavía tras recorrer más de 1.200 millas náuticas, las que separan Portsmouth, en el Reino Unido, de Puerto Sherry. Y no con condiciones especialmente favorables.

Lucas Roig atiende a los medios de comunicación durante la visita. M. E.

«Me lo esperaba más planito. La primera etapa ha sido un poco movidita, un poco lavadora. Me está encantando la experiencia hasta el momento y es sinceramente lo que esperaba», señala Lucas Roig, tripulante del Unicef, cuando comparte visita náutica con LA VOZ en el London Business School, otra de las embarcaciones que disputan la Clipper Race.

«Pensé que no había más espacio para hacer la circunnavegación y cuando me dijeron que era posible y que me habían aceptado, pues el sueño se hizo realidad», continúa comentando el catalán. Y asegura: «La Clipper Race me ha sorprendido para bien porque me gusta la intensidad. Te curte mucho navegar en barcos así y con condiciones extremas. He sacado lo que he querido».

Lucas Roig no esconde que «para mí era inimaginable hace no demasiado tiempo. Nadie de mi familia navega y acabo de empezar a navegar hace dos año. Nunca lo hubiese imaginado». Por lo que se muestra muy agradecido a los suyos: «Tengo la suerte de tener una madre y una familia muy amorosa y muy cariñosa, y siempre me han apoyado. Es un lujo tener una familia tan cercana y que me apoya tanto».

La forma de financiación

De su estancia en El Puerto de Santa María son todo buenas palabras. «Esto es increíble. Volver a España y hablar español es magnífico. Y si además tienes estos paisajes y esta gastronomía... Que esta etapa sea posible es un punto extra», apunta. Además el barcelonés añade: «Es la primera vez que vengo a El Puerto de Santa María y que voy por la Bahía de Cádiz. Estoy muy sorprendido para bien. Todo ha sido perfecto».

Con un coste de entre 7.000 y 8.000 euros por etapa y más de 50.000 durante los meses que se extiende la Clipper Race, para el joven Lucas Roig era fundamental buscar apoyos. «Mi familia me ha ayudado a financiar esto. Ahora bien, también he tenido la oportunidad de hacer unos proyectos científicos civiles con una ONG que se dedica a recopilar información de cetáceos en alta mar. Me han ofrecido esta posibilidad para recopilar información en ese sentido a cambio de poder financiar un poco la parte económica de esta travesía», explica.

Imagen de la visita a la Clipper Race. M. E.

«Mi intención es estudiar zoología en un futuro y estar en la Clipper Race es una manera ideal para combinar dos de mis pasiones, que son la vela y los animales, con el mar como escenario», asegura sin perder de vista el futuro.

Porque, a fin de cuentas, para Lucas Roig «la Clipper Race es una aventura increíble y voy a aprender mucho. Repetiría con los ojos cerrados. Si pudiera comprarme un barco, no lo dudaría y llevaría a cabo esta experiencia por mi cuenta. Es apasionante».

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