Reedición

«Lejos y en la mano», la precisión poética del ensayo de Joaquín Romero Murube

La editorial Athenaica y el Cicus recuperan el único título de la pentalogía sevillana del escritor que no se había reeditado hasta ahora

Imagen de Romero Murube en los años 50 recogida en el volumen «En el aire de Sevilla» Fundación José Manuel Lara

Jesús Morillo

La poesía y Sevilla fueron los dos ejes sobre los que giró la producción literaria de Joaquín Romero Murube , autor fundamental de las letras sevillanas del siglo XX y del que se ha cumplido este 2019 cincuenta años de su inesperada muerte como consecuencia de un ataque al corazón un 15 de noviembre de 1969 .

La poesía la abandonó este escritor, vinculado durante su vida a las páginas de ABC de Sevilla y que da nombre a su premio de articulismo , inexplicablemente en su plenitud , tras la publicación de «Tierra y canción» (1948).

A Sevilla, sin embargo, no la abandonó nunca, cuyos contornos históricos , artísticos e, incluso, espirituales persiguió en sus divagaciones, unos textos evocadores, a veces elegíacos por la belleza destruida por el desarrollo urbanístico , entre la precisión del apunte al natural, el sentimiento religioso y a la captura de lo inaprensible del alma de la ciudad, siempre dotados de una esencial potencia poética .

Esta prosa ensayística, que Romero Murube vertió en muchas páginas de ABC , fue incomprendida por muchos de sus contemporáneos, que lo tacharon de escritor local, pese al alcance universal de los temas de su obra.

«Hay muchas gentes que le censuran a uno esta dedicación exclusiva a los temas sevillanos . Desconocen lo que tal hacen, que una ciudad pueda ser, además de un conjunto o realidad material e histórica, una mujer, una cultura, un misterio , algo intangible e infinito . Y si esto es una limitación, yo acepto muy de grado ser infinitamente prisionero de la dulce hondura clara de Sevilla», dejó escrito Romero Murube en «Memoriales y divagaciones» (1950). En «Tierra y canción» fue más claro: «Mi mayor orgullo sería hacer un libro definitivo sobre Sevilla ».

«Mi mayor orgullo sería hacer el libro definitivo sobre Sevilla», dejó escrito Romero Murube

A la ciudad dedicó cinco títulos que los especialistas han denominado su pentalogía sevillana y que forman « Sevilla en los labios» (1938), «Discurso de la mentira» (1943), «Memoriales y divagaciones» , «Lejos y en la mano» (1959) y «Los cielos que perdimos» (1964).

De los cinco, ha sido el primero de ellos el que más popularidad y reediciones ha conocido, mientras que «Lejos y en la mano» era el único de ellos que no se había reeditado hasta la fecha, pese a contener artículos sobre la ciudad entre la elegía («Enladrillada») y la viñeta humorística («Siete Revueltas»), apuntes de viaje que abarcan de Conil a París y valiosas evocaciones de figuras literarias como Marinetti, José María Izquierdo , Jean Coteau, Edgar Neville o Paul Morand.

Colección Meridionales

Coincidiendo con el medio siglo de su muerte, el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus) reedita «Lejos y en la mano» dentro de su colección Meridionales —que rescata escritores sevillanos del siglo XXque quedaron fuera del canon— y en colaboración con la editorial Athenaica , que ya rescatara el pasado año otro título esencial de Romero Murube: «Pueblo lejano» (1954) , uno de los escasos ejemplos de prosa poética, junto con «Ocnos» de Luis Cernuda , del grupo del 27.

Portada de la reedición de «Lejos y en la mano«

Jacobo Cortines y Juan Lamillar consideran, en el esclarecedor prólogo que incluye el libro, que es «quizás el volumen más misceláneo de Romero Murube » y un buen ejemplo del estilo ensayístico, poético y divagatorio, del escritor.

«Más que un ensayista al uso, sistemático y especulativo, Romero Murube fue un gran divagador que volvía una y otra vez a sus temas preferidos con un enfoque renovado .El encanto y precisión poética de su prosa ensayística son dos de los mayores atractivos de esta producción», señalan en su prólogo estos dos especialistas en la obra del autor de Los Palacios y también poetas.

El volumen está dividido en siete secciones que, explican Jacobo Cortines y Juan Lamillar, en las que Romero Murube «acierta a la hora de componerlas de manera que se vayan alternando las evocaciones literarias, los viajes por Andalucía y por algunos países europeos y los textos sobre Sevilla».

Estampas literarias

Entre lo más destacado del volumen, se cuentan los recuerdos literarios del autor hacia compañeros de la revista «Mediodía» , como un Rafael Lasso de la Vega en una época de «apretadísima penuria» de correrías nocturnas con Rafael Porlán ; o los piropos de Juan Ramón Ramón Jiménez a la Giralda «¡No tiene más que carne rosa!»; o la evocación de Luis Cernuda , «el delicadísimo poeta de la calle Aire».

En el libro hay evocaciones de compañeros escritores como Rafael Lasso de la Vega, Luis Cernuda, Jean Cocteau y Paul Morand, entre otros

Sin olvidar las visitas al Real Alcázar, del que el escritor fue conservador hasta su muerte, de Edgar Neville , «un dios mitológico con la camisa desabrochada», y de Jean Cocteau , quien confesó a Romero Murube que « la poesía es como el toreo : precisión en lo esencial, claridad y orden sobre el monstruo. El poema humano perfecto se llamó Manolete ».

Pero estos son solo unos ejemplos, hay muchos más, de una prosa que, junto a los paseos sevillanos de otras obras, ofrece en esta visiones literarias del metro de París o el asombro ante un restaurante chino en Ginebra , donde se despoja a los alimentos de su «prosaica y nativa procedencia» para que una sopa de cangrejos pueda «memorar en el gusto a la pera o al muslo de pavo».

El último de los grandes atractivos de «Lejos y en la mano» es el «avant-propos» que le escribió el escritor francés exiliado en Suiza por colaboracionista Paul Morand , quien dibuja en pocos trazos un definido retrato de Romero Murube a final de la década del 50.

«Joaquín: tú no te pareces a nadie.Tu bello rostro de andaluz desesperado , la elegancia de tu andar, tu ironía señorial , tu ferocidad tan tierna, tus silencios epistolares, tu stendhalismo, esa manera de buscar a Dios sin pasar por los arzobispos...» primeros apuntes del natural para el autor de un libro, añadía el escritor francés, «por el que la belleza corre a raudales ».

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