Niña Pastori: «Mi esencia es flamenca, eso no se puede cambiar»

No es precisamente una novedad que Niña Pastori se salga del carril y haga un disco en el que cabe una sorprendente diversidad de estilos e influencias. Comenzó a hacerlo casi desde el comienzo de una carrera discográfica salpicada de incursiones en géneros diferentes, de colaboraciones de igualmente diversa procedencia, de trabajo sin guión en el que la intuición siempre va por delante de cualquier cálculo previo.

Su nuevo álbum, «Ámame como soy», suena a continuación de «Joyas prestadas», el álbum de 2006 en el que hacía suyas canciones de Juan Luis Guerra, Serrat, Alejandro Sanz o Maná, y es, en cualquier caso, una heterogénea colección de canciones firmadas por Rubén Blades, Pancho Céspedes o, nuevamente, Juan Luis Guerra.

Niña Pastori no se plantea líneas rojas a la hora de elegir su repertorio: «Me gustan tantas cosas que es muy difícil decir qué cosas no podría hacer, aunque también soy consciente de que hay canciones que me encajan y otras que no. Me ha pasado a veces que he empezado a trabajar en un tema y me he dado cuenta de que no había manera, por muy bonito que fuera».

«La donna è mobile», reconoce la cantaora de San Fernando, lo que tiene mucho que ver con el eclecticismo de su música: «Ya sabes que las mujeres somos muy cambiantes, y lo mismo queremos ahora una cosa que la contraria al rato siguiente. A mí me gustan muchas cosas diferentes, y me divierte mucho ir de un sitio a otro. Si he hecho un disco de una forma, el siguiente seguro que será de otra… pero creo que es bonito, porque lo hago de una forma natural, no forzada. Me parece que puedes hacer cualquier cosa, siempre que lo hagas con respeto y con cariño, y con profesionalidad, claro. A mí me gusta que las cosas estén bien hechas».

Sin prejuicios

Una ventaja ciertamente importante es la indulgencia de su público: «En eso tengo mucha suerte, porque mi público es muy fiel y más que unas canciones u otras lo que le gusta es la forma que tengo yo de cantar… yo me crié en el mundo del flamenco y, desde luego, mi esencia es flamenca, porque eso es algo como el carácter o como el color de los ojos, algo que no se puede cambiar. Pero yo no tengo problemas con los puristas del flamenco, eso es algo que está superado. Lo que yo hago no es flamenco, pero le puede gustar a cualquiera que lo escuche sin prejuicios».

Y es que si algo ha respetado siempre Niña Pastori por encima de todo ha sido a su público: «Claro, es que eso es lo que me permite hacer lo que más me gusta en la vida. Tanto cuando había muy poquita gente en una sala chiquita como cuando todo delante de un montón de gente, siempre he sido absolutamente respetuosa y agradecida con cada persona que paga su entrada o se compra su disco».