Adele, durante un concierto
Adele, durante un concierto - REUTERS

El concierto de Adele en Barcelona, canción a canción

La cantante británica ofreció este martes la primera de las dos actuaciones que acogerá Barcelona dentro de la gira europea de presentación de «25»

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Frente a otras grandes actuaciones visuales, artísticas e incluso gimnásticas, Barcelona se rindió este martes al discreto encanto de Adele, paradigma de artista capaz de enamorar con su voz y su simpatía. Y lo hizo durante un concierto en el que lució su mejor repertorio.

«Hello»

Un arranque de impacto con un saludo que suena a despedida. Con la pantalla ofreciendo un primer plano del ojo de Adele y la luz del día colándose aún por las ventanas del Sant Jordi, la cantante emergió de la panza del escenario secundario situado en el centro de la pista y en la grada reinó el griterío. El piano lloraba, sí, pero ella brillaba. Literalmente: cada vez que los focos la enfocaban, las lentejuelas del vestido refulgían como uno de esos premios que tan a menudo se lleva para casa la británica.

Entre la euforia del público aún hubo tiempo para escuchar un «Hola, Barcelona. O algo parecido.

«Hometown Glory»

Un guiño a su primer trabajo y otra balada de esas que la cantante británica sabe inflamar con su voz como nadie. En las pantallas, imágenes del extrarradio londinense mezclándose con planos aéreos de la Sagrada Familia, el Park Güell y Montjuïc, para alborozo del público local -en cuanto la cantante empezó a preguntar, quedó claro que ahí había gente venida de toda España y, cómo no, una nutrida representación de compatriotas ingleses.

«One and Only»

La banda, oculta hasta ese momento detrás de un telón-pantalla, cobró protagonismo. Y de qué manera: una veintena de músicos contando vientos, cuerdas y coristas acompañando a la cantante en este paseo por el soul-pop de los ochenta y descubriendo un escenario de una pulcritud hipnótica.

«Rumour Has It» / «Water Under The Bridge» / «I Miss You»

Si hasta ese momento había reinado la Adele cantante de voz expansiva y agudos en escalada, aquí empezó a hacer acto de presencia la diva parlanchina que busca la proximidad aunque el recinto sea un espacio gigantesco. Empezó a hablar y a reír, a bromear con ese acento que uno intenta descifrar con las cejas a la altura de las entradas, y quedó claro que la británica intenta mantenerse a una distancia más que prudencial de todo lo que implique la fama. Fue, probablemente, el tramo más movido y brioso de la noche, con amagos de baile -aunque ella dijera lo contrario- y momento fan incluido: después de ver que una de las chicas del público se sabía al dedillo todas las letras de las canciones, decidió subirla al escenario, hacerse un puñado de fotos con ella y, ya puestos, rememorar la atroz resaca de sangría que sufrió durante su anterior visita a Barcelona.

«Skyfall»

Preguntó la británica si había algún fan de las películas de James Bond en el Palau y descorchó «Skyfall», oscarizada canción repleta de aromas que recuerdan a Henry Mancini y que puso la nota cinematográfica a una noche que, bien pensado, tuvo más de reality que de glamour cinéfilo. A estas alturas, y aunque el ritmo del concierto pudiese verse resentido, a Adele ya no había quien la hiciese callar y, entre bromas y chistes, recordó alguna que otra juerga nocturna en Barcelona y trató de involucrar al máximo al público en el concierto.

«Million Years Ago» / «Don't You Remember» / «Send My Love (to Your New Lover)»

Receso acústico y espejismo de intimidad en el que Adele exhibió sus dotes como cantante como salida de otro tiempo, rebajó las aristas de «Send My Love (To Your New Lover)» y demostró una vez más que se mueve como pez en el agua en el terreno de las baladas. Aprovechó para presentar a la banda y dar un respiro a las secciones de cuerda y viento.

«Make You Feel My Love»

Entre el repertorio, centrado en «25» y con escapadas hacia sus dos anteriores trabajos, Adele recupera noche tras noche esta versión del Dylan crepuscular que en sus manos pierde ese acabado de lija sureña y se convierte en un mullido colchón del soul-folk.

«Sweetest Devotion» / «Chasing Pavements» / «Someone Like You»

Momento de impacto visual antes de enfilar la tanda de bises: justo al final de «Sweetest Devotion» se trasladó de nuevo al escenario secundario, donde cuatro pantallas traslúcidas la envolvían y proyectaban su imagen como si de un holograma multidimensional se tratara. Un ingenio tecnológico que se mantuvo durante «Chasing Pavements», justo después de que Adele empezara a fotografiarse con el público de las primeras filas y a interesarse por un grupo de chicas a las que, decían, los responsables de seguridad no dejaban bailar. Con «Someone Like You» llegó el discurso motivacional sobre los orígenes, el éxito y el triunfo y también los desmayos en la grada.

«Set Fire With The Rain» / «All I Ask» / «When Were Were Young»

El escenario secundario aún guardaba una nueva sorpresa: una suerte de cascada de lluvia artificial bajo la que Adele interpretó «Set Fire With The Rain» antes de volver al escenario principal para atacar «All I Ask» y airear su álbum de fotos juvenil en «When We Were Young».

«Rolling In The Deep»

Explosión rítmica final y lluvia de confeti para despedir el concierto. Un himno rotundo para echar el cierre y esfumarse desde una trampilla del escenario principal. Esta noche más.

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