El Pompidou planta la bandera de la modernidad en los Caixaforum
La Caixa y el museo francés firman un acuerdo para organizar seis exposiciones de manera conjunta en España
Con el flanco más tradicional y clásico bien cubierto gracias a sus acuerdos con el Museo del Prado, el Louvre y el British Museum, La Caixa, a través de su red de centros Caixaforum, suma el Centre Pompidou a su lista de socios preferentes para organizar conjuntamente seis exposiciones. El acuerdo, presentado ayer en Barcelona, contempla que el museo francés se encargue de comisariar, entre 2019 y 2024, media docena de exposiciones que podrán verse en los centros culturales de La Caixa en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Palma, Valencia, Gerona, Tarragona y Lérida.
«Es una alianza de gran valor estratégico, ya que nos permite ofrecer una mirada cultural a la modernidad», destacó la directora general adjunta de la Fundación la Caixa, Elisa Durán. Una mirada que, de la fotografía urbana a la siempre colorista obra de Sonia y Robert Delaunay pasando por las obras maestras de Matisse, Kandinsky y Picasso que ilustran la relación e influencia de la naturaleza en el arte, traerá a España un pedazo del Pompidou. O, mejor dicho, otro más, ya que el centro francés estrenó en 2015 una sede en Málaga. «Se puede crecer en el mismo sitio, como los museos americanos, o hacerlo fuera de nuestras paredes», apuntó el presidente del Pompidou, Serge Lasvignes, sobre un acuerdo que les permitirá oxigenar «una de las grandes colecciones de la modernidad» de la que actualmente se expone apenas el 5%.
La paradoja del arte contemporáneo
Una colección que, añade Lasvignes, tiene el deber, por no decir la obligación, de ayudar a popularizar el arte contemporáneo. «Se da la paradoja de que el arte contemporáneo es aquel en el que los artistas trabajan más cerca de nuestros miedos y ambiciones y, sin embargo, sus obras son las más alejadas del imaginario social. Nuestra misión es resolver esa paradoja», explicó. Lasvignes pone como ejemplo la sede del Pompidou en la ciudad francesa de Metz, donde, asegura, el 30% de los visitantes son de «clase obrera». En la matriz parisina, sin embargo, el porcentaje representa «una ínfima minoría».
Esa misma filosofía es la que se quiere aplicar a partir de este mismo año a una tanda de exposiciones que se abrirá con «Cámara y ciudad. Escenarios de la modernidad», un repaso a la relación que fotógrafos y cineastas han entablado con el paisaje urbano a partir de obras de Paul Strand, Cartier-Bresson, Diane Arbus, Luis Buñuel, Català Roca y Lisette Model.
El constructor y herrero Jean Prouvé, figura clave en la construcción del Pompidou de París -él fue quien presidió el jurado que eligió el peculiar proyecto de Piano y Rogers-, tomará el testigo con una retrospectiva que quiere poner en valor su trabajo como constructor, colaborador de arquitectos o diseñador de muebles. «Para entender la modernidad hay que entender a Prouvé», destaca Lasvignes. El «biomorfismo», o el modo que tiene el arte de descodificar y replicar la naturaleza, será el gran protagonista de una tercera exposición que, bajo el nombre de «La forma sigue la naturaleza» reunirá obras maestras de Calder, Picasso, Miró, Kandinsky y Arp.
De vuelta a terrenos del celuloide, «Experimentar la fotografía» reunirá a Man Ray, Christian Marclay, Raoul Hausmann o Berenice Abbott para ahondar en la fotografía como lenguaje experimental al servicio del arte, mientras que «Ritmo sin fin» ofrecerá un completo repaso a la obra de Sonia y Robert Delaunay, pareja artística y vital fraguada al calor de la modernidad alocada del París de principios del siglo. Un exhaustivo repaso al colorido y polifórmico universo creativo de los Delaunay tras la que el Pompidou y La Caixa apurarán su colaboración con una sexta exposición sobre el diseño de los años 70 y 80 aún en proceso de producción.
