«Cartasvivas»: al rescate de la mitad de las voces

Fundación Banco Santander colabora en un proyecto universitario que lleva a la pantalla, en forma de «cápsulas cinematográficas», las cartas de mujeres intelectuales del siglo XX como Hildegart Rodríguez, Carmen Laforet y Pilar Primo de Rivera

Marian Álvarez interpreta a la escritora Carmen Laforet, autora de la novela «Nada» Fundación Banco Santander

Óscar Rus

«Arroz con leche / me quiero casar / con una señorita / de San Nicolás / Que sepa coser / que sepa bordar / que sepa abrir / la puerta para ir a jugar» . Las primeras estrofas de esta canción infantil preceden a los rostros de las actrices Sandra Escacena , Marian Álvarez y Consuelo Trujillo . Pero aquí no son personajes de ficción, sino la escritora y abogada Hildegart Rodríguez , con sus tirabuzones; la escritora Carmen Laforet , con su máquina de escribir, y la política Pilar Primo de Rivera , con sus discursos en mano.

Ellas son las primeras voces que han rescatado la profesora de la Universidad de Barcelona y cineasta Paula Ortiz («La novia») y la catedrática de la Universidad de Exeter y escritora Nuria Capdevila-Argüelles para «Cartasvivas» , un proyecto de ambas instituciones junto a la Fundación Banco Santander.

De izquierda a derecha; Sandra Escacena, Paula Ortiz, Borja Baselga, Nuria Capdevila-Argüelles, Consuelo Trujillo y Marian Álvarez Ernesto Agudo

Se trata de «cápsulas» cinematográficas – disponibles en YouTube – en las que las intérpretes ponen voz y carne a estas intelectuales españolas del siglo XX, cuyas palabras guardaron –en muchas ocasiones– para sí mismas o para su privilegiado receptor, como en el caso de la también escritora Elena Fortún , con quien se carteó Laforet. De hecho, la correspondencia entre ambas fue recopilada hace unos años en «De corazón y alma (1947-1952)» y ha sido el germen de este proyecto cuyo objetivo es «descubrir la intimidad y dar voz a sus textos escondidos», contó Borja Baselga , director de Fundación Banco Santander.

«Las mujeres hemos sido la mitad de la Historia, del pensamiento, de los deseos, de la imaginación… No se refleja, ni lejanamente, en los productos de nuestra cultura», justificó Ortiz, que señaló cómo estas mujeres desarrollaron sus ideas en «pequeños espacios de intimidad» como las cartas y los diarios.

Y si de una canción infantil como «Arroz con leche» se puede rascar algo, de las misivas, también. «Ahí hay verdaderos tesoros que, más allá de la emocionalidad cotidiana, tienen grandes corpus de pensamiento político, sociológico y filosófico», continuó. «El pensamiento y obra de esas mujeres parecía menor porque estaba en cartas. Y al traerlo a hoy, nos damos cuenta de que no lo era».

Parecidos y diferencias

A Escacena, este proyecto le ha hecho abrir –aún más– los ojos. Con sus 18 años, y a punto de empezar a estudiar Derecho, se dio cuenta durante Segundo de Bachillerato de la poca presencia femenina en los libros de Filosofía («todos hombres»), de Lengua («unas cuatro o cinco mujeres») y de Historia. «¡Ya voy tarde!», bromeó en comparación con todos los logros de su alter ego, la reformista sexual Hildegart.

«Me acusan sin querer escuchar », dice Pilar Primo de Rivera/Consuelo Trujillo en una de las píldoras de «Cartasvivas». El gran reto para la actriz al interpretar a la fundadora de la Sección Femenina de Falange fue ponerse en la piel de alguien tan diferente a ella: «No me siento identificada con cómo ve el universo femenino». Sin embargo, se quitó los prejuicios para «transmitirlo limpiamente»: «No quería poner crítica en el personaje, sino entenderlo». Lo que más le caló fue cómo tuvo que hacerse un hueco en «una familia de líderes»: «Fue una revolucionaria en su España porque opta por decir: "Dentro de la ideología conservadora, ¿qué puedo hacer yo por las mujeres y por ser líder?"».

La propia Trujillo acudió, con su madre, a la Sección Femenina. «Fui un día y no volví porque me pusieron a bailar "La reja" y a aprender cocina», recordó. En el caso de Marían Álvarez (Carmen Laforet), fue todo lo contrario, pues «acababa de ser madre por segunda vez». Aunque no tuvo tiempo de hacer un «trabajo exhaustivo» sobre su personaje (sí releyó «Nada»), encontró «todo» en sus cartas escritas a Elena Fortún.

La ganadora del Goya halló en la escritora barcelonesa varias correlaciones compartidas: la del sufrimiento y la creación; y el maridaje entre «talento bestial y humildad». «A mí también me pasa eso», confesó la actriz, que incluso detectó similitudes entre Laforet y otra mujer que interpretó en televisión hace unos años: Teresa de Jesús : «Dos mujeres muy reaccionarias a su manera». Palabra de mujer.

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