De Ucrania a la crisis política, las lúcidas sentencias con las que Mafalda se adelantó a su tiempo

Lumen recopila en 'Mafalda, presidenta' las viñetas más reivindicativas y contestatarias de la pequeña y su pandilla acerca de la política, la justicia social o los derechos humanos

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Era una niña, pero leía el mundo mejor que cualquier adulto. Menos quizás Quino , su autor, capaz de mirar de forma sagaz a través de un personaje que no levantaba dos palmos del suelo. Solo así se entiende la vigencia de unas tiras que, más de medio siglo después de su publicación, no pierden validez alguna. «Mafalda, ¿podrías fijarte si un diario que hay por ahí es viejo o es el de hoy ?», le espeta el padre de la simpar niña creada por Quino. La pequeña dirige entonces su mirada con desgana al periódico depositado en un puf mientras lee el titular principal. «Rechazó la URSS una propuesta norteamericana », reza el texto, ante lo que Mafalda replica: « Las dos cosas, papá ». Por si hubiera dudas, el estallido de la guerra en Ucrania refuerza todavía más la actualidad del ingenio del dibujante argentino.

Y no es el único caso. Por 'Mafalda presidenta', que Lumen acaba de publicar, pasan reflexiones de la pequeña y su pandilla acerca de la política, la justicia social o los derechos humanos que muestran lo convulso que sigue siendo el mundo y lo poco que ha avanzado desde entonces. «No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta», sentenciaba ella misma.

Quino alumbraba a su célebre personaje en 1964 y, a lo largo de la década en la que se publicaron sus tiras, siempre se mantuvo fiel a su cita con la actualidad: la Guerra Fría, la escalada nuclear, la dictadura de Fidel Castro... Las consecuencias de ese pasado son nuestro presente , por lo que las viñetas parecen clarividentes. ¿O no dormiríamos más tranquilos si, como ella misma propone, borráramos del mapamundi a Pekín, el Kremlin y el Pentágono? Pues eso.

«'Dramática situación en Medio Oriente'. 'Más víctimas en el Congo '. 'Nuevo choque racial en EE.UU .'. 'Disturbios en Pekín'. 'Bombardeos en Vietnam'», le lee de un periódico la pequeña a una mosca que se empeña a cabezazos con una ventana para preguntarle después: «¿Todavía querés salir?». Quite el titular referente al país asiático, que afortunadamente vive ahora una época más tranquila, y correrá la misma suerte que el ánimo del insecto.

España

Boquiabierta por su prevalencia hoy deja también la visión de las familias reales que se plasma en 'Mafalda presidenta'. «Si llega a ser cierto que en otros planetas existen seres superiores, estamos fritos», le comenta con preocupación a Manolito. «¡Bah, tonterías! ¿Acaso no es el hombre el rey de la creación». «Sí –contesta ella–, pero en este siglo las monarquías han tenido tan mala pata ...».

No lo creerá, pero hasta el guiño que Quino hace a España suena rabiosamente actual. Susanita, amorosa, pregunta: «¿Y Joan Manuel Serrat presidente?, ¿por qué no Joan Manuel Serrat presidente?». «¡Pobre flaco! ¿Qué mal te ha hecho?», dice Mafalda. «Además, no puede; es español », apunta Miguelito. « ¡Catalán, bestia! », replica Libertad. «Entonces puede. ¡No hay nada que esos no puedan!», remata Manolito.

Libertad

Detengámonos ahora un poco más en la pequeña Libertad, la más contestataria de los personajes creados por Quino . Los a contecimientos vividos en el PP en los últimos días lo justifican (recuerde, 'Libertad o comunismo' , decía Ayuso). Libertad fue la última en entrar en la pandilla un 15 de febrero de 1970, pero que no le engañen sus reducidas dimensiones, lo hizo por la puerta grande. Revolucionaria y rebelde, está en las antípodas ideológicas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, aunque comparte con ella su aversión por la ideología marxista. Muchos son los que ven en Libertad a una Mafalda en miniatura ; su esencia en frasco pequeño. Ambas mantienen un diálogo sobre el fantasma de la inflación que a poco le cuesta un infarto al anciano que las escucha.

A pesar del medio siglo y el océano que separan las viñetas de la España actual, el hartazgo contra la clase política que siente la pequeña nos representa como si hubiera vivido en nuestro país a lo largo de la última semana. «Eso que a usted no le sirve... ¡Emaús lo necesita...! Llámenos a 00-4849 y se lo agradeceremos», suena por la radio. Decidida, la niña se dirige al teléfono, por aquel entonces todavía fijo y con cables. Sin embargo, justo antes de levantar el auricular se queda pensativa y suelta: «No, no creo que Emaús necesite dirigentes políticos».

Bombardeos, crisis económicas, debacles políticas... Lo cierto es que después de la intensidad de la actualidad reciente, no vendría nada mal aplicar a rajatabla el consejo que la niña esgrime en otra de sus tiras: «Debiera haber un día a la semana en que los informativos nos engañaran un poco dando buenas noticias ». Lo dicho: Mafalda, presidenta.

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