Psicóloga del Juan Sebastián de Elcano

«Al llegar, el reto es recuperar los roles de nuestra vida normal»

Culpabilidad por el abandono de la familia, incertidumbre o ansia por el final, son algunas de las emociones a las que se ha enfrentado la dotación tras 10 meses de viaje

La comandante psicóloga Pérez Hidalgo en la cubierta del barco. L.V.

Verónica Sánchez

«Conseguir reducir el coste emocional que la presente navegación pudiera suponer», esa ha sido la labor de la comandante psicóloga Ana María Pérez Hidalgo . Esta sanluqueña de 43 años y destinada en la Escuela de Suboficiales de la Armada tiene experiencia en misiones en el exterior. Estuvo embarcada en el buque ‘Castilla’ en 2010 durante la misión humanitaria tras el terremoto de Haití y también ha desplegado en Bosnia y Líbano con el Ejército de Tierra y en Afganistán con el Ejército del Aire.

Pero cuando la designaron para ser la psicóloga que fuese en la undécima vuelta al mundo del Juan Sebastián de Elcano sintió que era «una oportunidad profesional única».Y es que, los psicólogos militares no suelen desplegar a bordo de los buques. Tanto es así que la comandante Pérez Hidalgo es el primer psicólogo que embarca en el Elcano .

Se incorporó al viaje el 6 de diciembre en Guayaquil (Ecuador), junto a los guardiamarinas y un pequeño grupo de la dotación. «Han sido unos meses muy intensos, tanto por el trabajo como por el aprendizaje que he tenido», asegura la psicóloga, que se ha sentido «integrada» entre sus compañeros y muy «apoyada», tanto por el comandante como por el segundo de a bordo. «Desde un primer momento el embarque del psicólogo fue entendido por ellos como un recurso positivo del que toda la dotación podía beneficiarse ».

¿Por qué se decidió que el Elcano llevase un psicólogo en el XCIII crucero de instrucción?

Esta undécima vuelta al mundo está marcada por los efectos del Covid-19 y ha hecho de este crucero una singladura diferente. Toda la dotación y guardiamarinas se ven sometidos a una situación de confinamiento a bordo durante un largo periodo de tiempo, 10 meses para la dotación y un poco más de seis meses los guardiamarinas, siendo el despliegue más largo que ha afrontado una unidad de la Armada durante la pandemia en situación de confinamiento . Por eso se consideró que sería muy importante su embarque para apoyar a la dotación, guardiamarinas y a los mandos ante unas circunstancias tan excepcionales a las que se añade la preocupación del estado de sus familiares en España debido a la pandemia.

¿Cuáles son los condicionantes psicológicos que más han influido durante este viaje?

Entrando en detalle de la dureza mental de esta navegación, el Elcano tiene unas condiciones de habitabilidad espartanas. Un barco de 94 años con un poco más de 100 metros de eslora y 227 personas a bordo. Esta situación genera mucha falta de intimidad y anula la posibilidad de aislamiento e independencia entre ellos. La falta de espacio está íntimamente relacionada con la capacidad de ocio y esparcimiento. Hacer deporte, juegos de mesas, lectura, la consola, visionado de películas o tomar el sol se convierten en las escasas actividades de ocio que se pueden realizar. El ancho de banda de a bordo ha mejorado pero no es siempre suficiente para el contacto con familiares y amigos.

Una navegación tan larga, donde la rutina es máxima, conlleva una monotonía laboral intensa . Hechos tan insignificantes como elegir lo que comer o beber hacen de la vida a bordo en numerosas ocasiones muy tediosa. El no poder bajar en los puertos en pos de finalizar esta vuelta al mundo libres de Covid-19 ha sido otro condicionante muy duro, a veces solo se ha podido hacer uso de un pequeño trozo de muelle no mucho más largo que la eslora del barco y en contadas ocasiones algo de esparcimiento en lugares exclusivos para la dotación.

Por último, en comparación con otras misiones operativas que realizan unidades de la Armada, el crucero de instrucción del Juan Sebastián de Elcano tiene un menor reconocimiento profesional y económico , dos factores motivadores que están ausentes en esta larga navegación. Todo ello ha hecho de esta vuelta al mundo algo excepcional e irrepetible.

Diez meses sin pisar tierra firme y lejos de la familia, ¿han pasado factura?

Los condicionantes descritos, así como los diferentes estadios emocionales por los que hemos ido pasando forman parte de ese reto psicológico al que nos hemos enfrentado, pero en ningún caso hablaría de factura psicológica. Esta situación de confinamiento tan especial que vivimos a bordo no deja a nadie impasible sino que todos somos vulnerables en mayor o menor medida. Las principales emociones que van a apareciendo a lo largo del crucero, se asocian a la fase del ciclo emocional en la que nos encontremos. Las tres fases del ciclo son: toma de contacto, habituación y desgaste .

Durante la toma de contacto las emociones asociadas se relacionan con la novedad, la expectación, la alegría, el miedo a la experiencia y, en este caso, hay que añadirle un condicionante muy importante, la incertidumbre de la continuidad del crucero debido al Covid-19 , lo que hizo que al personal de a bordo le fuera más complicado a nivel anímico asumir la realidad de continuidad del crucero.

Cuando yo embarqué, la dotación empezó a entrar en la fase de habituación que viene marcada por una cotidianidad, una revitalización de la afectividad, un aumento del compañerismo y cohesión grupal . Los guardiamarinas acababan de embarcar en este momento y ellos iniciaron su ciclo emocional con la primera fase, coexistiendo en ese momento dos fases diferentes a bordo.

Y, por último, la fase actual de desgaste, que aparece cuando ya se vislumbra el final de la travesía. Las emociones que suelen emerger se relacionan con la culpabilidad por el abandono de la familia, incertidumbre, ansia por el final, aplanamiento afectivo, apatía y cansancio .

¿Ha realizado actividades para que la dotación esté bien mentalmente?

A lo largo de toda la travesía se han puesto a disposición de la dotación diferentes actividades para favorecer la estabilidad emocional. Por un lado, a través de sesiones individuales , por otro lado, con talleres grupales que favorecen y protegen a la dotación de cualquier reacción desadaptativa que pueda surgir. Por ejemplo, los talleres de relajación han tenido mucho éxito.

También, en respuesta a la inquietud del mando, se ha hecho un estudio descriptivo para identificar, valorar y modificar los aspectos motivacionales y de calidad de vida que más influyen a bordo , a fin de mejorar y realizar los cambios oportunos si fuera necesario.

Y ya en este último tramo de la singladura se han hecho una serie de recomendaciones dirigidas a favorecer una readaptación a territorio nacional lo más normalizada posible . Al final todo mi esfuerzo va dirigido a que el personal considere esta experiencia como un reto, de forma que favorezca la resiliencia , habilidad que permite asumir con flexibilidad situaciones límites y ser capaces sobreponerse a ellas, favoreciendo un fortalecimiento personal.

Las principales preocupaciones del personal, ¿por qué son?

Todas las personas de a bordo se ven influenciadas por dos realidades. Por un lado la del barco, que más o menos ha quedado explicada, y por otro lado la de las diferentes situaciones personales y familiares que han dejado en España .

Dado que este crucero ha estado muy influenciado por el Covid-19, la principal preocupación ha sido la salud de sus familiares. Por ejemplo durante la tercera ola de Covid-19 en España diversos miembros de la dotación perdieron a sus familiares . Por otro lado, está la realidad familiar cotidiana, a la que todos somos vulnerables. Así, ha habido personal que ha tenido situaciones familiares complicadas, como son discusiones de parejas, accidentes físicos de hijos o parejas , que influyen en su estado anímico.

¿Cuáles han sido los motivos más frecuentes de consulta?

Las principales reacciones emocionales que necesitan de mi intervención se relacionan con sintomatología ansiosa o un estado anímico bajo . Afortunadamente, la incidencia ha sido un 20% y el abordaje de la misma se ha realizado con éxito.

¿Se está preparando a la dotación para reintegrarse en su vida normal?

Sí. Después de una navegación tan larga se hace necesario una orientación para favorecer que dicha reincorporación sea lo más normalizada posible. Hay que entender que nuestras familias llevan muchos meses sin nosotros, asumiendo roles que antes ocupábamos nosotros. Es decir, hombres y mujeres que durante estos diez meses han sido papá y mamá al mismo tiempo . Recuperar nuestros roles habituales tanto en casa, como en nuestro grupo de amigos y en nuestro puesto laboral y actividades de ocio supone un reto para cada uno y para nuestros grupos de referencia que tienen que volver a contar con nosotros.

¿Esta vuelta al mundo marcará para siempre a los que la han realizado?

En mi opinión, creo que sí, pero en un sentido positivo. Por supuesto marcará a nivel humano. La convivencia tan intensa y la dureza de la vida en la mar, han hecho que emerjan lazos entre la personas que es imposible que surjan de otra forma. Superar la muerte de un familiar a bordo gracias al apoyo de tus compañeros , el agudizar el ingenio para sobrellevar este confinamiento con la escasa variabilidad de ocio que se tiene, hace que tus prioridades cambien, que valores cosas que en nuestra vida habitual pasan desapercibidas. Una sonrisa, una mano en el hombro, compartir una tableta de chocolate que te has traído de España son experiencias de incalculable valor humano que no dejan indiferente a nadie y que en mi opinión enriquecen al ser humano.

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