Culmina la temporada de pesca del atún con 1.500 toneladas

Las almadrabas gaditanas han culminado la temporada de pesca del atún rojo, que se inició el pasado 25 de abril con la prmera 'levantá' en Zahara. Se trata de la campaña más atípica de su historia . El impacto del coronavirus marcó el proceso de calamento y también la pesca. No hay que olvidar que el decreto de alarma del 14 de marzo cogió a los almadraberos en plena fase de colocación de redes y cables en el cerco, sobre todo, en las almadrabas de Conil y Tarifa.

El sector cumplió con el confinamiento y a primeros de abril decidió seguir adelante con la campaña a pesar de los contratiempos. Fue entonces cuando pisaron el acelerador para arrancar la pesca durante la última semana de abril. Ahora, dos meses después de la primera 'levantá', la recompensa se mide en toneladas y ejemplares. Así, las tres almadrabas que pertenecen a la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba (OPP51), Conil, Tarifa y Zahara han superado las 8.000 capturas .

El sector reconoce que el cierre forzoso de la hostelería entre abril y mayo ha perjudicado seriamente a la comercialización. Además, uno de los atractivos de la campaña, como son las rutas gastronómicas y los eventos que rodean a la pesca del atún, fueron cancelados por la crisis sanitaria. Uno de los responsables de esta organización almadrabera, Diego Crespo , reconoce que la distribución en fresco de la pesca solo se ha podido hacer en las plazas de abastos, ya que eran los únicos establecimientos abiertos antes de la desescalada, y a través de el portal 'on line' de la marca comercial Gadira. Ahora toca colocar la producción en el mercado español. No hay que olvidar también que más del 50% de esta pesca se exporta, sobre todo, a Japón. Precisamente los inspectores japoneses que cada año visitan Cádiz para supervisar la pesca, «en esta ocasión no han venido y realizarán la inspección en destino».

El coronavirus, por tanto, no ha podido con las almadrabas gaditanas aunque la pandemia obligó a cambiar sus planes. Crespo señala que ha sido u na campaña de mucha incertidumbre y «ahora nos enfrentamos a unos tiempos de venta que los marcará la reapertura gradual de bares y restaurantes".

A las dificultades que se han enfrentado en esta campaña los almadraberos hay que sumar otra que ya es habitual. Se trata del alga invasora . El alga Rugulopteryx okamurae se ha expandido en la costa andaluza debido a las travesías de los petroleros y al calentamiento del agua. Es un alga asiática que ha colonizado el Estrecho y pone en jaque la pesca en las almadrabas. Esta temporada, la almadraba de Conil ha probado redes fabricadas con nuevos materiales desarrollados en colaboración con el departamento de Zoología de la Universidad de Sevilla.

El confinamiento y la paralización de la economía han provocado un efecto positivo en el medio ambiente. La contaminación ha caído un 67% en la zona de la Bahía y la flora y fauna de la provincia ha mejorado. De hecho, el trasiego de atunes en el Estrecho, junto con el de delfines, ha sido una estampa cotidiana durante las últimas semanas, favorecida en cierto modo por el descenso del tráfico marítimo en la zona.

Las cuatro almadrabas de Cádiz (Barbate, Conil, Tarifa y Zahara) arrancaron la temporada con una cuota de pesca de casi 1.500 toneladas, ligeramente superior a la del año pasado que, fue de 1.340, pero por debajo aún de las 1.600 que tuvieron antes de 2008, cuando la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), el organismo que regula la explotación del atún en el Atlántico, decretó la restricción de su pesca para proteger la especie. Esta asignación se ha visto incrementada con la compra de cuota a otras pesquerías, así, por ejemplo, las almadrabas integradas en la OPP51 sumaron a su asignación otras 300 toneladas.