Cádiz pierde a su diputado cunero, Alfredo Pérez Rubalcaba

El exministro del Interior tenía predilección por la provincia, con la que forjó un estrecho vínculo que mantuvo en el tiempo tras su etapa como diputado por Cádiz

Rubalacaba en una visita a Cádiz con Luis Pizarro, Francisco González Cabaña y Mamen Sánchez. F.J.

Sara Cantos

Desde 2008 Alfredo Pérez Rubalcaba, el ministro que acabó con ETA, se impregnó de gaditanía al ser elegido diputado provincial por Cádiz en las elecciones generales de marzo de ese año. A casi 1.000 kilómetros de su Cantabria natal, que desde ayer como el resto de España le llora, sustituyó a su buen amigo y compañero Alfonso Perales -fallecido en 2006- como la voz de la provincia gaditana en el Congreso de los Diputados. Poco antes, en diciembre de 2007, recibió el testigo como número uno de la provincia gaditana de manos del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del máximo responsable de la Junta de Andalucía de esa época, Manuel Chaves. El acto oficial se llevó a cabo en un abarrotado Palacio de Congresos de Cádiz y sirvió, de paso, para que el presidente Zapatero se estrenase en la capital próximo a terminar la legislatura. En esos comicios Rubalcaba tenía como principal adversaria política a Teófila Martínez, también cántabra. Eran otros tiempos.

Rubalcaba cuando presidió el homenaje a Alfonso Perales. LV

Rubalcaba apostó por las distancias cortas y centró buena parte de su campaña en Cádiz por mucho que le echaran de menos los socialistas de Cantabria (sobre todo el secretario general de la región en aquel periodo, José Guerrero) de donde era diputado y donde de forma cariñosa a veces lo llamaron el ‘sexto diputado por Cantabria’. Pero sucedió que en realidad este montañés se hizo un poco de Cádiz. O mucho. Y tanto se impregnó de gaditanismo que incluso antes de comenzar esa campaña electoral un artista local le dijo: «Tú no serás del todo diputado por Cádiz hasta que le digas a Rajoy ‘picha mía, no seas sieso ».

Probablemente no se lo llegó a decir pero eso no perturbó ni su actividad ni su compromiso con Cádiz. Durante su etapa como diputado gaditano y ministro del Interior puso varios asuntos de Cádiz en la agenda política nacional y logró retos pendientes en aquel momento, sobre todo vinculado a su cartera ministerial. Coetáneo a esa época fueron también gestiones complicadas como los Buques de Acción Marítima y otros más amables como el papel -tímido- del Estado en la celebración del Bicentenario de la Constitución de Cádiz, aunque le cogiera casi refilón. En esos años acudía a actos políticos e institucionales en toda la provincia, lo mismo en Cádiz, que en Jerez, Arcos, Alcalá de los Gazules o Sanlúcar.

Desde el principio ‘Fredy’ , como lo llamaba cariñosamente Perales, no escondió su amor por los rincones de la provincia de Cádiz. Conil era uno de sus favoritos y sus playas el lugar perfecto para perderse. Sentía especial veneración por los atardeceres y no renunció, tras dejar de ser diputado por Cádiz, a pasear por sus playas. La unión que forjó con Cádiz en esos años sobrevivió a los avatares políticos posteriores. Siguió cultivando ese vínculo inquebrantable con la Sierra, la Janda, la Costa Noroeste, el Campo de Gibraltar. Con Cádiz.

Ayer viernes se apagó la luz del diputado cunero. Todos los partidos mostraron sus condolencias y suspendieron su agenda de actos electorales (excepto Vox). «Lo llevaremos siempre con mucho honor y orgullo en nuestra historia», subrayó la secretaria provincial del PSOE, Irene García.

Acto en de nombramiento de Rubalcaba como cabeza de lista por Cádiz en diciembre de 2007. F.J.

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