SUCESOS

Vallina Mata, de atracador de bancos a acusado de vender droga en el Cerro del Moro en Cádiz

La Policía Nacional vuelve a detener a este conocido delincuente que ha pasado media vida en prisión por robar sucursales pero que ahora parece haberse pasado al trapicheo

Vallina Mata, en una foto reciente.

M. Almagro

«Todo por la pasta» escribe Luis María Vallinas ('Vallina' como alias) Mata en su perfil de Facebook. Acompaña este descarado mensaje con un selfie. Con gorra y tapando uno de sus ojos con un emoticono de cara triste. Quizá con cierta sorna. Quizá, no. Hace tan solo unas horas de esta publicación, días después de que la Policía Nacional lo haya detenido en Cádiz por estar vendiendo papelas de cocaína y heroína por el Cerro del Moro. Con pruebas suficientes en sus manos, como un buen número de dosis que le sacaron de su pantalón, los agentes de la UDYCO lo llevaron ante la jueza pero ha salido en libertad provisional porque aunque Vallina es de sobra conocido en el mundo policial y judicial, se acaba de estrenar en el delito de salud pública. Lo suyo siempre había sido atracar bancos. Y por ello ya saldó su cuenta cumpliendo varias condenas.

La historia de este veterano delincuente que en breve cumple 69 años ha llenado decenas de titulares. Sus antecedentes penales empezaron a caer uno tras otro desde finales de los 60. Vallina es su propio enemigo porque su nombre y su rostro ya son de sobra conocidos, todo un lastre para alguien que tiene que pasar desapercibido. La última vez que cayó fue en enero de 2014. Fue detenido en León después de haber atracado la sucursal de Unicaja de la Glorieta de Zona Franca de donde se llevó 6.040 euros. Agentes de la UDEV lo identificaron y fueron pronto a por él.

Ahora vuelve a vérselas con la ley. Según ha informado este lunes la Policía Nacional, Vallina Mata ha sido detenido pero, en esta ocasión, por trapichear, por menudear, con dosis de rebujito para toxicómanos. «Se ha reconvertido» , cuentan. Ha cambiado eso de entrar con una pistola y con un pasamontañas en un banco y amenazar a los empleados con 'dame todo lo que haya' por vender papelinas de droga entre esclavos de la adicción.

Su nuevo 'tropiezo'

Fue hace una semana cuando Luis María se volvió a 'tropezar' con la Policía. En torno a las diez de la noche, los agentes del Grupo de Pequeño Tráfico de la Udyco I-Estupefacientes estaban haciendo sus gestiones por el Cerro del Moro. En una de las vigilancias vieron como dos conocidos toxicómanos estaban en actitud de espera en la calle Grazalema. Les siguieron la pista y, al poco, apareció el protagonista de esta historia. Llegaba desde la avenida Lacave pero al ver a los agentes giró de forma brusca sobre sus pasos y tiró al suelo rápidamente un envoltorio de plástico. Dentro había nueve papelas de rebujo.

Al cachearlo le encontraron 154 euros, tanto en billetes como en moneda fraccionaria, por lo que ante la presencia del número de envoltorios intervenidos, la forma de distribución y la cantidad de dinero que portaba, prácticamente la totalidad de los billetes arrugados -indicio típico en el menudeo- fue detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública.

Ya en la Comisaría se le hizo otro cacheo más exhaustivo. Se le pillaron otros 23 envoltorios también de rebujo. Los escondía en sus genitales. Y además en el zapato otras pequeñas cantidades de hachís, marihuana y también metadona. Una vez finalizado el atestado policial, el detenido fue puesto a disposición del juzgado de instrucción en funciones de guardia de Cádiz que decretó la libertad provisional a la espera de juicio. A los días, los agentes volvieron a interceptarlo y, aunque no llevaba droga encima, sí le requisaron una navaja . «La llevo para defenderme», cuentan que dijo.

Estreno en la droga

«Es la primera vez que se le detiene por droga», relatan fuentes policiales que lo conocen de sobra. «Ya ha vivido lo que es estar en la cárcel por atracar bancos, por portar armas, ahora parece que ha preferido reciclarse en traficante para toxicómanos». La cuenta resulta más leve.

Cuando en 2014 Vallinas Mata entró a la fuerza en la oficina de Unicaja de la Glorieta habían pasado tan solo tres meses de su última estancia en prisión. Pero había tenido más antes. La misma historia una y otra vez . Rematada en sentencias aunque él llegó a negar su autoría enviando incluso cartas a este medio desde Puerto III donde explicaba que la Policía había manipulado las pruebas que había en su contra. Sin embargo hubo hasta cámaras que le grabaron y los testigos lo reconocieron en foto y se ratificaron en juicio. Fue condenado a cinco años de cárcel por un delito de robo con intimidación. Un fallo que dictó en primera instancia el juzgado de lo Penal número 1 de Cádiz y que confirmó la Audiencia desestimando sus argumentos.

Su liturgia comenzaba siempre en la habitación de un hotel/hostal. Pagaba su estancia para no levantar sospechas. Así lo hizo también en su último golpe en la capital gaditana. Se le localizó y detuvo a la salida de otro hostal seis días después. Pero en León. Había intentado esconderse en su tierra (nació en el pueblo de Gordoncillo en 1950). En la habitación guardaba parte del botín del robo, según los agentes. Le confiscaron más de 2.000 euros.

Pero, como decimos, su historial es amplio. En julio de 1968 fue detenido en una pensión de Baracaldo (Vizcaya) por el atraco a una sucursal de esa localidad. Se llevó más de 300.000 pesetas. Tenía entonces 18 años y también acababa de salir de prisión. La Guardia Civil le encontró dinero en metálico, herramientas y un saco de los que usaba la entidad financiera para trasladar moneda.

Y a principios de los ochenta, ABC publicaba la petición del fiscal de 40 años de cárcel para Vallina Mata. Se le acusaba de haber atracado cuatro sucursales en Cádiz y otra en San Fernando.

Fundador de Copel y Suar Muro

Luis María es además un hombre muy conocido en el mundo penitenciario. «Incómodo», dicen. En 1976, en una celda de Carabanchel fundó la Coordinadora de Presos en Lucha (Copel). Su objetivo era denunciar las condiciones que sufrían los reclusos en las prisiones tras la reciente caída de la dictadura.

Según transcendió en su momento, su relación con Copel hizo que fuera investigado por la muerte del médico de prisiones Suar Muro , asesinado en 1983, en los aparcamientos de la antigua residencia de Zamacola en Cádiz, sin embargo, este crimen fue finalmente reivindicado por ETA.

Ahora con su residencia fijada nuevamente en Cádiz, la Policía Nacional le sigue la pista. «Va a lo más fácil. Con la droga siempre tienes clientela fija».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación