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Un «GPS» en quirófano para colocar implantes dentales

La Universidad «Alfonso X el Sabio» y el Hospital «La Milagrosa» han firmado un acuerdo para dotar a los alumnos del Máster de Cirugía Implantológica, Prótesis y Periimplantología (MPP), de los recursos tecnológicos e instalaciones adecuados para impulsar la asistencia clínica y realizar proyectos de investigación sobre cirugía de última generación

MADRID Actualizado: Guardar
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La Universidad «Alfonso X el Sabio» y el Hospital «La Milagrosa» han firmado un acuerdo con el objeto de dotar a los alumnos del Máster de Cirugía Implantológica, Prótesis y Periimplantología (MPP), de los recursos tecnológicos e instalaciones adecuados para impulsar la asistencia clínica y realizar proyectos de investigación sobre cirugía de última generación aplicada a los implantes transcigomáticos y la restauración inmediata de los mismos.

Martínez Orcajo, director de las Clínicas Implan-T, clínica de referencia en odontología para el Hospital «La Milagrosa» será el encargado de formar y capacitar de manera teórico-práctica a los alumnos y profesores del Máster, para que así puedan realizar un adecuado diagnóstico de los casos y aplicar clínicamente todos los conocimientos en aquellos pacientes que así lo necesiten.

Según Juan Manuel Vadillo, coordinador del Máster de Cirugía Implantológica, Prótesis y Periimplantología (MPP) de la Universidad «Alfonso X el Sabio» el acuerdo es un paso más en la apuesta por la clínica, investigación y desarrollo (I+D) realizada por entidades académicas universitarias en colaboración con la sanidad privada.

El Máster MPP se creó con un claro sentido práctico y actual, para formar al alumnado de manera integral y para que pueda asumir cualquier reto quirúrgico y rehabilitador que se le plantee. «La cirugía transcigomática es uno de los tratamientos que actualmente no hacíamos en la Universidad debido a la necesidad de contar con un personal e instalaciones muy específicos y que consideramos de suma importancia para poder cubrir la totalidad del abanico quirúrgico y rehabilitador. Con este proyecto podremos cubrir casi el 100% de la necesidad formativa de los futuros profesionales», ha comentado.

En el Hospital «La Milagrosa», Rodrigo Martínez Orcajo, realizará los tratamientos quirúrgicos en un ambiente hospitalario, con especial exclusividad a aquellos pacientes de la Clínica de Especialidades Odontológicas de la Universidad «Alfonso X el Sabio» que sean candidatos al tratamiento con implantes cigomáticos.

Orcajo, estará apoyado también por profesores y alumnos del Máster en la planificación y realización individualizada de los tratamientos. La fase quirúrgica y de carga inmediata se realizará en «La Milagrosa», y la fase restauradora definitiva en la Universidad, sin olvidar el riguroso y minucioso seguimiento de cada paciente una vez finalizado el tratamiento.

Implantología de última generación

Los malos hábitos de vida, infecciones, traumatismos, antecedentes genéticos o a veces los años, precipitan la pérdida de dientes. Este proceso, lleva asociado la reabsorción del hueso maxilar de forma progresiva. «Cuanto más tiempo se tarde en colocar un diente perdido, más posibilidades hay de que se produzca una ausencia de hueso maxilar suficiente para no poder colocar implantes dentales convencionales y, por tanto, se deberá acudir a los injertos óseos o implantes cigomáticos», explica Martínez Orcajo.

«El injerto óseo es una alternativa más invasiva, en la que se extrae un bloque de masa ósea de otra parte del cuerpo, normalmente de la cadera o calota craneal, y se coloca en la región maxilar. Se trata de un procedimiento que dura aproximadamente un año, que es el tiempo que se estima que tarda en cicatrizar la zona, período durante el cual el paciente estará sin dientes o con una prótesis removible que suele ser incómoda. Transcurrido ese tiempo de cicatrización se podrían poner los implantes convencionales. Por tanto, se trata de una opción de tratamiento que puede conllevar la necesidad de una segunda intervención, mayor trauma, un postoperatorio mucho más desagradable y a veces, desembocar en una mala o nula integración del injerto que puede incluso llegar a perderse. Además, se debe tener en cuenta que este tipo de injertos disminuyen su volumen progresivamente desde que se colocan hasta que cicatrizan», añade Martínez Orcajo.

Hoy, en esos pacientes a los que es muy difícil colocar implantes de manera convencional, y frente a los grandes injertos óseos autólogos, existe otra técnica a aplicar a pacientes de escasa masa ósea: los implantes cigomáticos. Estos, son fijados al hueso malar (en el pómulo o cigoma), permitiendo su colocación en pacientes con casi total ausencia de hueso alveolar maxilar, ofreciendo de esta manera al paciente una nueva alternativa.

«Lógicamente, es importante destacar», según explica el Dr. Martínez Orcajo, «que el hueso sobre el cual estos implantes van anclados tiene estructuras anatómicas adyacentes que se han de respetar. La técnica quirúrgica debe ser minuciosa y controlada, ya que la órbita, el globo ocular, el músculo masetero, el nervio infraorbitario o el seno maxilar son estructuras cercanas y que obligan a que esta intervención requiera una sistemática que aporte una gran seguridad y excelente precisión».

Para conseguir la mayor seguridad y precisión, la Clínica Implan-T trabaja con un navegador quirúrgico con apoyo de un escáner O-Arm de última generación ubicado en el Hospital «La Milagrosa», «tecnología que cuenta con suficiente evidencia científica, ya que hoy en día se aplica en neurocirugía (cirugía craneal y cirugía raquídea), otorrino y cirugía maxilofacial», afirma Martínez. «Gracias a este navegador quirúrgico, que actúa a modo de GPS, el especialista sabe en todo momento de forma precisa dónde está trabajando mientras coloca los implantes cigomáticos y dónde se encuentran las estructuras anatómicas para protegerlas».

Beneficios para el paciente

Los implantes cigomáticos tienen un porcentaje de éxito similar a los implantes dentales convencionales y presentan ciertas ventajas respecto a los injertos:

-Reducción del tiempo de tratamiento, ya que se pueden cargar con más rapidez.

-Disminución de los riesgos.

-Mayor comodidad para el paciente, que podrá tener una prótesis provisional fija provisional a las 24-48 horas tras la cirugía, devolviéndole así la estética y la función dental a las pocas horas de la intervención.

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