Otras ciudades españolas preparan su «asalto» a la polución

Madrid es la ciudad que más sufre por la contaminación. Pero hay otras, como Barcelona, Bilbao y Valencia, donde pese a no haberse superado los umbrales de polución, ya se preparan protocolos para cuando llegue el momento.

Barcelona

La ciudad condal parte con ventaja respecto a Madrid porque tiene un parque de turismos mucho menor, unos 540.000 vehículos, y una mejor situación geográfica, con salida al mar, aireada con sus brisas y sin sierras muy altas a sus espaldas. Pese a todo, desde 2009 se aplica la velocidad variable en los accesos a la ciudad en función de los niveles de contaminantes, una medida que se acompaña con recomendaciones de usar el transporte privado. En cuanto a la prohibición de circular para los coches, no se prevé utilizar el sistema de matrículas par o impar.

Los ayuntamientos del área de Barcelona ultiman una normativa para prohibir que los vehículos más contaminantes puedan circular por el centro de Barcelona en los días de más polución. Los adhesivos que está repartiendo la Dirección General de Tráfico para identificar el grado de contaminación de los coches servirán de guía para impedir la circulación de determinados vehículos. Además, a partir del año 2020 se prevé prohibir que los coches más contaminantes puedan circular por el centro de Barcelona. En paralelo se estudian medidas como compensar con un bono de tres años de transporte público gratis a aquellos ciudadanos que lleven su coche contaminante al desguace y no compren uno nuevo.

Bilbao

La información sobre la calidad del aire en las distintas localidades del País Vasco es competencia del Gobierno autonómico, aunque los ayuntamientos se reservan el derecho de impulsar medidas concretas para luchar contra la polución. En el caso de Bilbao, el Consorcio podrá realizar una «declaración de emergencia» cuyo contenido es anunciado por la alcaldía en función de la gravedad de la situación.

Una vez puesto en marcha el protocolo, el Ayuntamiento detendrá aquellas actividades que emitan altos niveles de emisión, que están recogidos en el anexo 4 del Decreto 833/75. Sin embargo, la ciudad ha realizado en las últimas décadas una importante remodelación de su industria, por lo que la «boina» que la recubría, conocida como «efecto txapela», ha dejado de ser una preocupación para sus vecinos. De hecho, el concejal de Medio Ambiente, Alfonso Gil, ha anunciado que, por el momento, la localidad vizcaína «no tiene la necesidad de actuar». Además, ha recordado que el Ejecutivo local no puede adoptar medidas protocolarias sin el consentimiento del resto de la Comunidad Autónoma, con la que trabaja «codo con codo».

Valencia

La capital del Turia registró ayer unos niveles de contaminación«muy bajos», de acuerdo con los datos oficiales de la Red de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica. La información suministrada por la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente indicaba a primera hora de la mañana unos niveles de 31 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico, muy lejos del umbral de 180. Sin embargo, el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, ferviente defensor del uso de la bicicleta, advirtió ayer de que el Ayuntamiento aplicará con «rotundidad» restricciones de tráfico si se superara el umbral permitido. El Ayuntamiento de Valencia trabaja así en la elaboración de un «borrador» que plantea «la restricción rápida de la circulación en determinados entornos», comenzando por los vehículos más contaminantes, ya que, según Ribó, «el derecho a respirar un aire de calidad está por encima de los problemas de circulación».