El Papa Francisco, en un momento del rezo del Ángelus, bajo un calor sofocante en la ciudad de El Vaticano, en Roma
El Papa Francisco, en un momento del rezo del Ángelus, bajo un calor sofocante en la ciudad de El Vaticano, en Roma - EFE
El Ángelus del Papa

Francisco: «No podemos catalogar a los demás para decidir quién es y quién no es mi prójimo»

Advierte que «una fe estéril, sin obras, está más muerta que viva»

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Ante un mundo donde cada persona tiende a creerse el centro, el Papa Francisco ha afirmado este domingo que «no podemos catalogar a los demás para decidir quién es y quién no es mi prójimo». La realidad es la contraria: «Depende de mí ser o no ser prójimo de la persona necesitada de ayuda con la que me encuentro».

El Santo Padre comentaba ante varios miles de fieles reunidos para el rezo del Ángelus el relato evangélico del Buen Samaritano que ayuda a un viajero malherido ante el que habían pasado de largo un sacerdote y otro judío que, claramente, deberían haberle ayudado. La parábola fue utilizada por Jesús como respuesta a la pregunta de un doctor de la ley: «¿Quién es mi prójimo?».

Según Francisco, cuando Jesús juzgue a cada persona le hará ver que «aquel viajero medio muerto en el camino, era Yo; aquel niño hambriento, era Yo; aquel inmigrante que querían expulsar, era Yo; aquel anciano olvidado en el asilo, era Yo…».

Después de insistir en que los cristianos se sienten interpelados por las personas necesitadas, el Papa ha advertido que «si los demás no nos interpelan, hay algo que no va, algo que no es cristiano».

Recordando una antigua canción italiana, «Palabras, palabras, palabras», Francisco ha recalcado que los cristianos son personas «de hechos» pues, «c omo recuerda la carta de Santiago: si la fe no va acompañada de las obras, está muerta».

Por eso invitaba a los peregrinos a preguntarse: «Mi fe, ¿produce obras buenas? ¿O es estéril y, por lo tanto, está más muerta que viva? ¿Me hago prójimo, o simplemente paso al lado?».

Al final del encuentro, el Papa bromeó sobre el tremendo calor de la jornada, y recordó que «hoy es el Domingo del Mar, dedicado a la atención espiritual de los navegantes y pescadores que, con frecuencia, realizan un trabajo duro y peligroso».

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