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Fallece Gabriel Marshall, cuyo padre se tatuó la cicatriz de su hijo

La imagen de Josh Marshall - padre de Gabriel- con el tatuaje de la cicatriz, que la operación contra un tumor cerebral había dejado en su hijo, se convirtió en viral hace dos años generando una ola de apoyo y solidaridad en Facebook

Josh Marshall (izda) y Gabriel Marshall (dcha) INSTAGRAM

ABC

La historia de Josh Marshall, el padre que se tatuó en la cabeza la cicatriz de su hijo Gabriel Marshall , un pequeño de 8 años de Kansas a quien se le había operado de un tumor cerebral maligno (astrocitoma anaplástico) conmocionó las redes sociales, cuando Josh subió una foto de ambos con sus cicatrices . Lo que generó miles de mensajes de solidaridad. Este martes se ha conocido que el pequeño Gabriel había fallecido como consecuencia de su larga enfermedad.

En un mensaje colgado en Facebook, Josh se despide de su hijo y reconoce que se siente destrozado porque «no solo he perdido a mi hijo sino a mi mejor amigo» , y ha recordado el sufrimiento que llevaba padeciendo en la última semana y media de vida. «Los días siguientes fueron un absoluto infierno», ha reconocido en este mensaje escrito en la conocida red social. En este sentido, ha añadido que el domingo tuvo que ir a Urgencias ya que había perdido la movilidad sobre el lado izquierdo de su cuerpo.

En este sentido, en su mensaje, el padre de Gabriel ha recordado que «el lunes se levantó para ir a la consulta de su médico y se encontraba algo malo». Posteriormente, gracias a su amigo Grady y al encuentro con su doctor se animó terminando el día bromeando y riéndose. «Gabe me dijo que era su mejor viaje a Wichita que había realizado», ha apuntado su padre quien ha mostrado su satisfacción porque viviera una jornada feliz. Todo ello acompañado de varias imágenes del menor con rostro sonriente junto a su padre.

Josh Marshall y el pequeño Gabriel removieron las redes cuando el primero decidió tatuarse la cicatriz de su hijo en la cabeza . La huella visible de la operación a la que se había sometido el menor. No sólo se trataba de apoyar a su retoño, sino de que recuperara la confianza en si mismo tras un duro postoperatorio ya que se veía «como un monstruo».

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