Trump decreta una emergencia de la salud por la adicción a los opiáceos

El presidente de Estados Unidos ordena a los departamentos que aporten fondos ante la gravedad de la crisis

Donald Trump llega con su mujer Ivana a la rueda de prensa en la que abordó la crisis de los opiáceos en Estados Unidos REUTER

MANUEL ERICE

El presidente de Estados Unidos ha decidido intervenir para frenar la creciente crisis de los opiáceos , cuyo uso y abuso desgarra a una parte de la sociedad norteamericana. Donald Trump anunció ayer la declaración de emergencia de salud pública, con la que llama a los departamentos a aportar fondos para la lucha contra la droga y dará a los estados un acceso más flexible a partidas federales, para el mismo destino.

Aunque el inquilino de la Casa Blanca no ha optado finalmente por la declaración de emergencia nacional y la consiguiente habilitación de nuevas partidas federales, a pesar de haberlo prometido en campaña electoral y reiterarlo las últimas semanas, espera que los recursos que se consigan permitan dar un giro a uno de los problemas sociales más acuciantes en Estados Unidos.

La declaración dada a conocer ayer por Trump, que compareció en la Casa Blanca rodeado de miembros de familias castigadas por la droga, permitirá la supresión de algunas regulaciones para acceder con más facilidad a medicamentos, así como la expansión del uso de tratamientos mediante la telemedicina.

También, a partir de ahora, tendrá lugar una mayor presencia de especialistas en áreas particularmente castigadas por la penetración de los opiáceos. En concreto, en estados como Pensilvania, Ohio, Virginia Occidental y los industriales del norte, como Michigan y Wisconsin, en los que el hundimiento de sectores como la minería o el acero ha creado bolsas de pobreza y marginación, consecuencia de la pérdida de empleos y de poder adquisitivo .

Abuso de opiáceos

Sin embargo, algunos expertos cuestionan que el presidente no se haya decidido a decretar la emergencia nacional, lo que hubiera otorgado a su Administración la capacidad de intervenir en el mercado farmacéutico y de obligar a las compañías a abaratar el precio de las medicinas más necesarias.

La lucha contra las drogas ha vuelto a convertirse en prioridad para la Administración estadounidense. El abuso de los opiáceos está corrompiendo familias que la última crisis económica y social empujó a la marginación, especialmente en las zonas más depauperadas. Las muertes po r sobredosis , que alcanzan una media de 142 estadounidenses al día, registran datos desconocidos desde los peores años 70 y 80, según un informe encargado por el presidente a una comisión de expertos, poco después de llegar al Despacho Oval.

El nacimiento de hijos con síndrome de abstinencia empieza a ser más común que excepcional en los sectores sociales más castigados. Un informe elaborado por The Washington Post, a partir de datos oficiales, muestra que en diez entre 2005 y 2014 se duplicó el número de estadounidenses que acudieron a las urgencias de los hospitales cada día por problemas relacionados con las drogas, que pasaron de 1.800 a 3.500.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación