El policía local Juan Cadenas
El policía local Juan Cadenas - francis jiménez
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«Ojalá me dejaran volver al trabajo»

El policía local de Puerto Serrano, que perdió un ojo por la agresión de Los Cachimba, sigue a la espera del juicio

maría almagro
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«¿Sabes cuándo sueñas con que intentas escapar, corres y no puedes avanzar? Pues eso, esa sensación, la he vivido yo de verdad». Fue el 17 de enero. En torno a las once de la noche Juan Cadenas y su compañero perseguían el coche de Jorge 'El Loco', que para pasar el rato, había decidido salir a hacer unos trompos por las calles del pueblo con su sobrino de 14 años. Pararon en un pub y allí los agentes, tras evitar los insultos, las patadas y los escupitajos, lograron detener al pequeño de los Cachimba. Lo que vendría minutos después marcaría para siempre la vida del policía.

Una vez en el calabozo, dos de los hermanos del detenido (Pedro y Jose, además del hijo del último) se presentaron vociferando en la Jefatura para liberarlo.

En cuestión de segundos reventaron la cerradura y los cristales de la puerta de entrada, e irrumpieron entre insultos y amenazas. Allí estaba Juan que intentó evitarlo. Hasta que tras un forcejeo, entre dos lo sujetaron y comenzaron a agredirle en el suelo. Pedro, el mayor, cogió uno de los cristales y se lo clavó al policía en el ojo. El agente encañonó su arma y tras unos momentos de confusión logró salir con vida de aquella pesadilla.

«Actué por instinto. No escuchaba nada. Cuando cogí el coche fue cuando me di cuenta de que debía de haber disparado», recuerda. Perdió su ojo izquierdo y «por dos centímetros» (los que separaron el cristal de la yugular) no lo mataron. Ahora, tras nueve meses de aquello, los delincuentes -los «putos amos» de Puerto Serrano, como presumen llamarse, siguen en prisión preventiva. Y Juan, en casa pendiente de la celebración del juicio que instruye el Juzgado número 2 de Arcos.

«Todo es muy lento. Te agobias mucho», cuenta desde su casa en Ubrique. Ha sido padre hace poco por tercera vez y con 31 años le han obligado a empezar de cero. «El tema laboral es lo que llevo peor. El judicial está más claro. Se sabe lo que hicieron, hay testigos, pruebas... Pero, al margen de aquello yo tengo una familia que mantener y cuidar y no sé qué va a pasar conmigo».

Juan está pendiente de que en estos días lo llamen de un tribunal médico que lo evalúe.«Soy un expediente más. La espera es larga y la incertidumbre no me deja dormir. Ellos no saben qué me pasó ni cómo, soy un caso más de tantos que tienen». Mientras, el agente echa de menos su trabajo. «Lo mío es vocación. Mi mujer me quitó el uniforme del armario porque cada vez que lo veía me venía abajo. Estoy deseando volver a trabajar pero no sé si me dejarán. Ojalá...». El policía local confiesa que «todo esto» le ha cambiado la forma de ser. «Antes era más positivo, más confiado».

La falta de seguridad de la Jefatura, una antigua estación de autobuses 'reciclada', es otro de los asuntos denunciados por el abogado de Cadenas ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social. «Un particular tiene mejor sistema de seguridad en su casa que lo que tenemos allí. Me dieron con un cristal de mi propia Jefatura».

Medalla de Oro de la Villa

Reunido en Pleno el Ayuntamiento de Puerto Serrano, gobernado por el socialista Miguel Ángel Carrero, ha aprobado concederle la Medalla de Oro de la Villa, una distinción que quiere reconocer la actitud de este agente local. Aunque reconoce que le hace «ilusión», tras lo ocurrido la noticia no la ha sentido de una manera especial. «Seguramente con el tiempo la valore mucho más que ahora que ando preocupado con todo lo que hay pendiente». El ubriqueño sí agradece el trato que le ha dado el actual alcalde de la ciudad. «Se ha preocupado por mi, por el caso y por cómo estaba, algo que no puedo decir del anterior alcalde que ni me llamó».

También reconoce el cariño y respaldo de parte del pueblo y del resto de sus compañeros que bajo el lema 'Yo soy Juan' congregaron en manifestación a cientos de personas para demostrarle su apoyo y denunciar «la falta de seguridad» con la que se ven obligados a trabajar los agentes locales. Tanto en Puerto Serrano como «en muchos municipios de toda la provincia».

El malestar a este respecto existe entre los agentes de la zona por la sensación de «impunidad» que aseguran que tienen los delincuentes habituales con los que se ven obligados a tratar. Prueba de ello son los Cachimba, de sobra conocidos en toda la comarca por sus andanzas y manera violenta y amenazante con la que tratan con los agentes.

Hecho que corrobora con dureza Juan Cadenas. «Eso es justo lo que pasa. Aunque me haya pasado a mí esto ahora y haya tenido su repercusión, siento que no ha servido de nada. Lamentablemente creo que seguirá habiendo dos guardias civiles para tres pueblos, los reincidentes continuarán saliendo a la calle aunque cometan un delito tras otro, la Jefatura seguirá igual, sin seguridad y cámaras de juguete... No cambiará nada».

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