Un año después del estallido del coronavirus, que obligó a cerrar Wuhan entre el 23 de enero y el 8 de abril, sus mercados callejeros están muy animados cada noche. Pablo M. Díez Los brotes del coronavirus en China han obligado a reforzar los controles, como las pruebas PCR para viajar que se hacen en una carpa a las puertas del Hospital Central de Wuhan. Pablo M. Díez El clausurado mercado de Huanan, donde se sospecha que se originó o propagó el coronavirus porque se vendían animales salvajes en malas condiciones higiénicas, tapado con una valla con paisajes chinos. Pablo M. Díez La señora Liu perdió a su suegra en los primeros días de la epidemia en Wuhan, cuando no había camas suficientes para los enfermos de coronavirus. Pablo M. Díez Tras el control de la epidemia por el confinamiento estricto de Wuhan y la provincia de Hubei, en China se respira normalidad desde antes del verano, pero este invierno han saltado las alarmas por los rebrotes. Control de códigos de salud QR a la llegada al aeropuerto de Wuhan. Pablo M. Díez Hotel «The Jade» de Wuhan, donde están haciendo la cuarentena obligatoria de dos semanas los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que han venido a China para investigar el origen del coronavirus. Pablo M. Díez A partir de la próxima semana, cuando salgan de la cuarentena obligatoria al llegar a China, los expertos de la OMS inspeccionarán el clausurado mercado de Huanan. Pablo M. Díez Durante la presidencia de Trump, Estados Unidos acusó al laboratorio P4 del Instituto de Virología de Wuhan de ser el lugar donde se había creado o de donde se había escapado el coronavirus, pero los científicos creen que es de origen natural. No se sabe si los expertos de la OMS podrán visitarlo. Pablo M. Díez Hace un año, estallaba en Wuhan una epidemia de una nueva y mortal neumonía de origen desconocido que ha provocado la peor pandemia en un siglo y la mayor crisis económica desde la Gran Depresión de 1929. Pablo M. Díez Aunque en Wuhan no ha habido rebrotes del coronavirus tras el control de la epidemia, los enfermeros de las «clínicas de la fiebre» siguen pertrechados con trajes especiales de protección, como este del Hospital Central. Pablo M. Díez A pesar de los controles, la normalidad reina en Wuhan y hay cafeterías que se anuncian por las calles paseando llamas y gatos para que los clientes toquen su pelo y se relajen. Pablo M. Díez Colas en las pastelerías más famosas de Wuhan, donde se venden los «pasteles de Belém» que los portugueses trajeron a Macao. Pablo M. Díez Una famosa cadena china de supermercados se promociona en Wuhan repartiendo mascarillas en la popular calle Jianghan. Pablo M. Díez En una gran pantalla en el centro de Wuhan, un anuncio recuerda la necesidad de llevar mascarillas y mantener la distancia para impedir la propagación del coronavirus. Pablo M. Díez Mientras el resto del mundo sufre una devastadora tercera ola de la pandemia, su epicentro en China, Wuhan, vuelve a brillar gracias a su estricto confinamiento de hace un año y a los fuertes controles que hay para impedir rebrotes. Pablo M. Díez