Vandana Shiva: «La comida es el mayor problema de salud que hay en el mundo»

En su último libro, la activista traza la ruta para obtener un sistema agrícola y alimentario saludable y en paz con la Tierra

Shiva presentó en Madrid su último libro JAIME GARCÍA

ARACELI ACOSTA

Da unos paseos alrededor de la sala del Círculo de Bellas Artes (Madrid) donde hemos quedado con ella y después bebe pausadamente su té para hacer frente a la mañana de entrevistas y conferencias que le esperan en este viaje a España. La activista Vandana Shiva (Dehradun, India, 1952) ha dedicado buena parte de su vida a desmontar los supuestos beneficios de la agricultura industrial, a la que ella sitúa como ingrediente principal en la receta para acabar con nuestra salud y con la del planeta. Con una sonrisa cautivadora, se muestra firme a la hora de defender el papel de liderazgo que las mujeres deben jugar en la lucha por la soberanía alimentaria y la agroecología. Acaba de presentar «¿Quién alimenta realmente al mundo?», editado por Capitán Swing.

La primera pregunta la plantea usted en el título de su libro, ¿quién alimenta realmente al mundo?

En las últimas décadas hemos tenido esa especie de ilusión de que los químicos y las corporaciones son las que alimentan al mundo, pero lo que realmente alimenta el mundo es la tierra, el sol, el agua, la fotosíntesis, los insectos que polinizan los cultivos, los microorganismos que producen nutrientes... En segundo lugar, somos las mujeres las que nutrimos ese mundo, todavía el 70% de la comida procede de los pequeños agricultores. Eso es la comida real, porque lo que llamamos comida y compramos en los supermercados es realmente un producto vacío nutricionalmente, tóxico, no es comida, y no está alimentando al mundo.

Entonces, ¿la comida ha dejado de ser una fuente de salud y alimento?

Así es, la comida ha dejado de ser una fuente de nutrientes y se ha convertido en un producto, en algo con lo que se especula y se obtiene un beneficio económico. La comida es el mayor problema de salud que hay en el mundo, y también es el mayor problema para la salud del planeta. El 75% de las enfermedades y problemas del planeta y de los problemas de salud de la humanidad proceden de una agricultura globalizada e industrial. La gran amenaza para el bienestar del planeta y la salud de sus habitantes es la agricultura globalizada e industrial y la forma de producir, procesar y distribuir los alimentos

¿A qué riesgos nos enfrentamos si no cambiamos nuestra forma de alimentarnos y de producir lo que comemos?

Teniendo en cuenta que el 75 por ciento de la destrucción del planeta procede de un sistema que nos aporta el 25 por ciento de los alimentos, y que estos alimentos nos enferman, solo necesitamos aumentar ligeramente nuestra dieta globalizada e industrial para matar al planeta. Ya casi tenemos un planeta muerto, tenemos un montón de gente enferma y el hambre se volverá aún peor. Si seguimos así, dentro de un siglo la partida se habrá acabado para nuestra especie, porque las condiciones que nos permiten vivir habrán desaparecido.

¿Y ese cambio hacia una agricultura más sostenible es una buena manera de luchar contra el calentamiento global?

Es la única solución. La agricultura industrializada es una actividad que necesita combustibles fósiles para su funcionamiento, y eso tiene unos costes financieros y ecológicos astronómicos. En Estados Unidos, por ejemplo, cada trabajador agrícola tiene más de 250 esclavos energéticos ocultos. Lo cierto es que un 40% de las emisiones responsables del cambio climático proceden de este sistema agrícola global que se basa en los combustibles fósiles, ya sea para fabricar fertilizantes, mover la maquinaria agrícola o trasladar, sin la menor sensatez, los alimentos de un lugar a otro recorriendo miles de kilómetros.

Su trabajo se ha centrado en demostrar que los pesticidas y organismos modificados genéticamente son el verdadero enemigo. ¿Qué tiene que decir a los que la acusan de estar contra el progreso?

Yo no creo que el progreso tenga algo que ver con el desastre de Bhopal, con la fuga de gas venenoso de una fábrica de productos químicos. Todas las sustancias químicas utilizadas en la industria de la agricultura provienen de la industria de la guerra. Así que yo no estoy contra el progreso, sino contra los “cárteles del veneno”, que son las grandes corporaciones que nos roban las semillas.

Cuenta en su libro que la llamada Revolución Verde tuvo efectos muy perniciosos en la India, y que una revolución similar se está exportando a África. ¿Qué está pasando?

Los líderes del G8 y filántropos como Bill Gates están apoyando la implantación en África de químicos y semillas comerciales a través de la alianza para una Revolución Verde en África. Esta es la receta para la destrucción del continente africano y la hambruna, que ya tiene ramificaciones en todo el mundo. En la India, antes de la Revolución Verde en 1965 no había hambruna. En Punyab, que era la zona más próspera de la India, el suelo y los acuíferos se agotaron y la biodiversidad desapareció por el empleo de esos productos químicos. Ciegamente, se está diseñando un futuro negro para África.

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