El último repunte de la ola de calor llegará el lunes

Este sábado por la tarde comienzan a bajar las temperaturas, que ascenderán pasado mañana otra vez. El jueves toda España estará ya en valores normales

Vídeo: Las altas temperaturas tienen a España al rojo vivo (ATLAS) / Un turista se refresca EFE

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La ola de calor se acerca a su final, pero aún puede alcanzar temperaturas extremas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) confirma que la última jornada de calor intenso será finalmente el lunes, y no tiene previsto emitir nuevos avisos especiales por altas temperaturas. A partir de la tarde de este sábado el calor irá remitiendo para volver a repuntar por última vez el lunes. Sin embargo, hasta el jueves el mercurio no volverá a valores normales de forma generalizada.

Ayer se llegaron a registrar los 46,4º en El Granado (Huelva); los 45,2º en Montoro (Córdoba) o los 45º en Navalmoral de la Mata (Cáceres) y se confirmaron dos muertes por la ola de calor ; una en Murcia y otra en Barcelona. Sin embargo, no se superó el récord europeo de los 48º (que ostenta Atenas desde 1977), pese a que ayer la BBC y «The Guardian» alertaban de ello en sus ediciones digitales. El equivalente portugués a la Aemet, llamado Ipma, llegó a emitir un comunicado desmintiendo que se contemplara llegar a esas temperaturas. En el país vecino, las máximas se han situado en los 46º.

El calor no ha remitido ni de madrugada . En la medianoche del jueves, los habitantes de Castuera (Badajoz) se fueron a dormir con 34ºC; en Jaén con 32,7º; y en Zorita (Cáceres) con 35º. Y las temperaturas apenas bajaron unos grados durante la madrugada. En Jaén, el momento más «fresco» llegó a las 7.30 horas, con 29.8º; mientras que en Castuera fue con 28º y Zorita, con 27º.

Vuelta a la normalidad

Hoy las temperaturas bajan ligeramente en el norte y este peninsular, mientras que Badajoz y Córdoba tienen activados los avisos rojos por máximas que pueden llegar a los 45º. En la zona centro y en el valle del Ebro se prevén temperaturas próximas a los 40º mientras que la meseta norte y en el sur de Galicia se superarán los 35º. Mañana será el suroeste donde remitan un poco.

« El lunes las temperaturas repuntan, por eso ampliamos el aviso», cuenta Rubén del Campo, portavoz de la Aemet. Ese día volverán a registrarse valores entre los 40º y 42º en el entorno de los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir. La zona del Cantábrico oriental registrará valores de hasta 36º. A partir del martes, comenzará un descenso desde el oeste peninsular y el miércoles las temperaturas habrán vuelto a valores normales en el noroeste. « Para el jueves, ya se notará en toda España , tanto en las máximas como en las mínimas», dice Del Campo.

Portugal, en riesgo extremo

En Portugal, con temperaturas superiores a los 45º hasta el domingo, acaba de comenzar la Vuelta Ciclista y los corredores se ven obligados a beber unos cinco litros diarios de agua. Al otro lado de la frontera, la alerta roja se extiende por 11 distritos , con epicentros como Lisboa, Setúbal, Évora, Guarda, Bragança, Santarém, Vila Real, Braga, Castelo Branco, Beja o Portalegre.

El resto del territorio no le anda a la zaga, con la alerta naranja en vigor hasta las 15 horas del mismo domingo, pues la ola de calor procedente del norte de África convierte el clima luso en tropical durante estos días.

En cuanto a los archipiélagos de Madeira y Azores, los termómetros se aproximan a los 30 grados en núcleos como Funchal, Porto Santo, Ponta Delgada o Angra do Heroísmo.

La consecuencia más grave de este calor desmesurado es que vuelve el fantasma de los incendios , que castigaron el país vecino los dos últimos veranos (en Madeira y en Pedrógao Grande) y que este año aún no habían asomado en el horizonte. Ayer viernes tuvieron que ser evacuadas varias aldeas de la zona de Monchique, no lejos de Faro. El fuerte viento dificultaba las tareas de extinción, cubiertas por casi 300 bomberos en una zona de arbolado de Perna da Negra.

Retorna el miedo en todo su esplendor, como también se reflejó en el área de Mirandela, cerca de Bragança y de la frontera con Zamora. Y la región del Algarve destaca también por la beligerancia de las llamas, aunque de momento no se ha registrado ninguna víctima mortal.

Pero los 66 fallecidos del año pasado en Pedrógao Grande pesan como una losa en el recuerdo de los portugueses, conscientes de que una embestida brutal puede traer de nuevo una tragedia . Aquel fuego voraz marcó un antes y un después al otro lado de la frontera. Tanto que las consecuencias siguen padeciéndose en todos los frentes, pues en el primer aniversario de aquel 17 de junio fatal continúan calibrándose las responsabilidades.

El Gobierno socialista de António Costa no ha dejado de ser lastrado por la gestión de aquellas circunstancias excepcionales. El penúltimo fleco que ha salido a la luz son las irregularidades en el proceso de reconstrucción de las casas. Imposible olvidar el horror vivido a causa del incendio más devastador de la historia de Portugal. Un rayo, generado por las tormentas secas, se alió con las altas temperaturas y la incomprensible falta de medios para dibujar un panorama dantesco.

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