«Todos somos Mallorca»

Miles de voluntarios de toda Baleares colapsan las calles de Sant Llorenç para ayudar a los afectados

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La estampa de Sant Llorenç des Cardassar, epicentro de la catástrofe, era este viernes diferente a la de los días precedentes. Después de que el martes el agua arrasara este municipio de Mallorca, y tras horas y horas en las que los vecinos sacaban el lodo de sus casas usando no solo palas sino incluso pantallas de ordenadores , las calles empezaron a verse algo más limpias y despejadas gracias a la ayuda de los voluntarios. Venidos de toda la isla de Mallorca, incluso de la otra parte de la isla como Andraix (a unos 90 kilómetros de Sant Llorenç), la ayuda fue tal que incluso superó lo esperado y se tuvo que pedir que no acudiera más gente.

Un total de 1.300 personas pasaron ayer el registro para ingresar a Sant Llorenç, según informó el 112. Sin embargo, desde atención ciudadana del Gobierno balear se había solicitado el registro de 400 personas. Para hoy el Ayuntamiento ha pedido fontaneros, electricistas y albañiles para ayudar en los destrozos.

«En la televisión se vieron muchas cosas pero hay que estar aquí para darse cuenta de lo que pasó », cuenta Antonio Gil, un vecino de 69 de Cala d’Or que llegó a «echar una mano» a las ocho de la mañana y que no dejaría de trabajar hasta las seis de la tarde. Cuando por fin la tormenta ha amainado, los afectado s se aferran a la ayuda de estos voluntarios y se abrazan con amigos y familiares en el reencuentro.

«Nunca en mi vida he visto algo así, esto es un desastre », cuenta Morat, marroquí de 52 años y también vecino de Cala d’Or, con la escoba en la mano y lleno de barro por las labores de limpieza. Sin embargo, lo que más abundaban ayer eran los rostros jóvenes, ya fuera cargando cajas con litros de agua, barriendo las casas y las calles con todas sus fuerzas, o «ayudando en todo lo que se pida». «He venido a ayudar pero no me esperaba ver esto. Muy caótico. Parece que estas cosas pueden pasar en otro lado, nunca aquí», confesaba Óscar de las Heras, de 26 años y vecino de Son Servera.

«Hacemos piña»

Ana y Gaya, ambas de 20 años y vecinas de Santanyí sacaban agua de una casa y quitándose el sudor de la cara por el esfuerzo y un sol abrasador que parecía negar todo lo ocurrido hace unos días. « Somos Mallorca , si nos hubiera tocado a nosotros también hubiéramos esperado esto», señalaba Ana.

«Todos hacemos piña, he visto a la gente muy afectada pero con la intención de superarlo », aseguraba Ángela, de Porreras, sin apartar la vista del agua que corría por sus pies.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación