Siete de cada diez españoles olvidan lo que tienen en la nevera

El consumidor nacional es más responsable -pese a la percepción que se tiene en general- que sus vecinos comunitarios, que desperdician muchos más alimentos. En España, se arrojan 2,9 millones de toneladas de productos al año a la basura procedentes del hogar

Los hombres jóvenes y en hogares unipersonales son los que más productos desechan

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Si se dice que es el hombre joven y menor de 35 años, con trabajo y poco tiempo para planificar la compra y agitada vida social, el que más alimentos desperdicia en España suena a obviedad o conclusión «fácil». En cambio, si se afirma y lo hacen expertos tras un exhautivo trabajo que nuestro país está el séptimo de Europa en tirar a la basura productos de la nevera y que los ciudadanos españoles son mucho más responsables que sus vecinos comunitarios en este aspecto parece que no se ajuste a verdad. «Nos percibimos peor de lo que en realidad son nuestros hábitos». Esta es la moraleja que han extraído desde Aecoc (Asociación de Empresas de Gran Consumo, que aglutina a productores y distribuidores) en el primer gran estudio sobre hábitos de aprovechamiento de alimentación en los españoles, que se ha presentado hoy 24 de mayo en Madrid.

De las 7,7 millones de toneladas de alimentos que España arroja directamente a la basura, 2,9 millones de toneladas -un 42%- proceden del consumo en el hogar. La restauración «solo» desperdicia un 14%, mientras que la industria desecha el 39% de ese volumen y un 5% corre a cargo de la distribución. ¿Qué ocurre en los países europeos? Francia, con 4 millones de toneladas de desperdicio en el hogar, y 9 millones de toneladas en total, desecha muchos más alimentos; también ocurre en Italia, con 8,8 millones de toneladas; en Polonia, con 8,9 millones de toneladas; en Holanda, con 9,4 millones de toneladas y, especialmente preocupante es el caso de Alemania, que arroja 10,3 millones de toneladas de alimentos cada año. Solo en el contexto del hogar, los británicos desechan hasta 6 millones de toneladas anuales.

Según los datos de la Comisión Europa, nuestro país ocupa el séptimo lugar de Europa y desciende muchas posiciones en el ranking mundial de países desarrollados.

Puestos a clasificar, dentro de España, son los andaluces (un 18%) y los canarios (un 17%) quienes confiesan que más alimentos echan al contenedor. Lo hacen «bastante» o «mucho», según su propio criterio. Un gesto que no emulan los valencianos, que presentan el dato más bajo de desperdicio (un 11% de la población contesta que tira a la basura muchos productos), y Madrid se queda en el segundo lugar por la cola, con un 13% de su población «autodefiniéndose» como ahorradores en estas pautas.

Xavier Cros, responsable de Estudios de Aecoc, ha puesto datos a los hábitos sociales desde que se planifica la compra, hasta que se tira un producto que se considera en mal estado. Y se considera, precisamente, porque hay una tendencia a desechar un producto por su aspecto, color y sabor, más que por su fecha de caducidad, que instiga a que el producto ya no se debe consumir, o por su fecha de consumo preferente, que invita a pensar que si se consume no pasa nada, aunque el producto ya no estará en óptimas condiciones ni conservará sus cualidades. De hecho, por categorías de productos, los que más se tiran son la fruta y la verdura (en un 78% de las respuestas), precisamente porque el consumidor coteja que no le gusta demasiado su apariencia o arroja un fuerte hedor en el frigorífico.

«La fecha de caducidad o de consumo preferente son solo un primer indicador, una señal de advertencia, pero no suelen ser el último factor ni siquiera el más decisivo a la hora de tirar o no un alimento», ha desgranado Cros. El español tira por sus propias «exploraciones físicas y organolépticas del producto», esto es, su propio criterio. Y, en muchas ocasiones, el español adolece de insuficiente criterio para escoger una fruta personalmente y decidir en qué momento está incomible o «pocha», como se dice de forma coloquial. Además, la confusión frecuente entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente también entorpece la correcta planificación de la compra y la alimentación, por lo que se pierde mucha eficiencia de aprovechamiento, subrayan los responsables del estudio. Más del 70% de los ciudaanos saben que una vez caducado, no es seguro consumir el producto, pero un 17% afirma que se lo come de todos modos. El 5% también tira a la basura un producto vencida la fecha de consumo preferente, cuando todavía se podría consumir.

Fruta pocha, pan seco y el preparado caducado

Siete de cada diez personas entrevistadas para el estudio son unánimes al responder que el principal motivo por el que acaban desechando comida es el olvido de alimentos en la nevera, despensa o congelador. Tras la fruta, en el podio de los alimentos que más se desperdician figuran, en segundo lugar, el pan, cereales y productos de panadería (con un 59% de la contestaciones), y en tercer lugar figuran, con un 42%, las comidas preparadas. Les siguen carnes, lácteos y pescados.

Junto a esa frágil memoria, entre las causas apuntadas por los consumidores para desechar el producto porque ya no es fiable su consumo está la consideración que siguen de que los alimentos son de poco valor y no merece la pena guardarlos (un 25%), que no se miden bien las cantidades, se cocina más de la cuenta y sobra (un 15%), además de que falta tiempo (otro 15% de la población) y, por último, falta de conocimiento sobre cómo aprovechar mejor algo sobrante (9%).

En conjunto, un 5% de los españoles aseguran tirar grandes cantidades de alimentos y solo el 15% dice no desperdiciar ninguno de los productos que se adquiere (sobre todo, una respuesta que Nuria de Pedraza, de Aecoc, y Cros, contrastan que se repite entre la población de mayor edad). Solo un 8% de las personas que tienen entre 55 y 65 años reconoce tirar algún producto de la nevera, frenta al 20% de los jóvenes de entre 25 y 34 años.

Desde Aecoc se trabaja precisamente con la industria para evitar que los hogares unipersonales -los conocidos como «singles»- desaprovechen tantos alimentos, así que se planifica desarrollar autocierres y otros formatos y dosis para facilitar la recuperación del producto fresco y adaptarse a la forma y nuevos modelos que presentan los hogares en España. El consejo que dan a los ciudadanos los expertos empieza por reordenar la nevera y clasificarla colocando delante y haciendo más visibles los productos más próximos a su fecha de caducidad.

Ver los comentarios