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Tu personalidad, y no tu estresante trabajo, pueden provocarte un infarto

El riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares se relaciona con la personalidad y una vida no saludable

MADRID Actualizado: Guardar
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Si usted es una persona que se estresa con facilidad, tenga cuidado: puede ser más perjudicial para su salud de lo que cree. Si bien no hay evidencia científica que asocie directamente el estrés con las enfermedades cardiovasculares, los médicos recomiendan «que la gente se estrese lo justo; no es bueno para la salud de nadie», concreta Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón y jefe de Cardiología del Hospital Clínico.

El experto explica que una persona muy estresada, que no sabe cómo gestionar sus problemas o la desbordante carga de trabajo que tiene en su vida puede conducirle a padecer mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares (infartos, ictus, insuficiencia cardiaca...).

Pero recuerda que es la personalidad de cada persona (y no la profesión o el tipo de problemas que tenga) lo que hace que alguien se estrese más que otro.

«El tipo de personalidad del paciente es clave. Hay gente con una personalidad de tipo "A", que responde a personas muy nerviosas, que se angustian de forma irrazonable independientemente de lo estresante que sea su profesión, y también están las de tipo "B", que serían las opuestas», explica Macaya, recordando la clasificación que hace más de 50 años hicieron los cardiólogos Meyer Friedman y Ray H. Rosenman.

«La idea del empresario con más estrés que el resto de la humanidad y mayor riesgo de infarto es un mito. ¿Un parado no tiene estrés?», ironiza Macaya.

Sin embargo, la personalidad no lo es todo. El hecho de que una persona estresada pueda tener más riesgo de infarto, por ejemplo, tiene que ver también con el tipo de vida que llevan estas personas. «Suelen ser fumadoras, precisamente por el estrés, y si lo dejan empiezan a comer para combatir la ansiedad derivando en mala alimentación y obesidad, todos factores de riesgo cardiovascular», apunta Macaya. A estos factores, se añaden también el sedentarismo (poco ejercicio físico), la hipertensión, el colesterol, los antecedentes familiares, o una edad avanzada.

No se conocen las causas con exactitud, pero el actor José Coronado, de 59 años de edad, sufrió el sábado un infarto y tuvo que ser intervenido en el Hospital La Princesa de Madrid donde le colocaron un stent para resolver su problema coronario.

Afortunadamente, ayer el actor envió un mensaje a través de su cuenta de Twitter aclarando que que solo había «sido un susto». Sin embargo, algunos medios no tardaron en recordar que Coronado lleva un fuerte ritmo de trabajo.

Cómo combatir el estrés

«Todas las profesiones tienen estrés, no hay unas que lo tengan más que otras, aunque es cierto que hay personas con mucha responsabilidad en las labores que realizan. Por ejemplo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene una responsabilidad muy alta, pero es una persona tranquila y lo lleva bien. Sí es cierto que hay situaciones complicadas, por ejemplo, el cirujano que para un corazón y luego lo tiene que poner en marcha. Hay médicos que han entrado al hospital para dedicarse a la cirugía cardiaca y lo han tenido que dejar. Pero el profesional tiene siempre que adaptarse y superar las situaciones límites», apunta Macaya.

El estrés actúa en el cuerpo produciendo catecolaminas, sustancias que aceleran el corazón y generan el estado de alerta. De hecho, hay muchos fármacos y drogas que elevan el nivel de catecolaminas.

Macaya recomienda, aparte de visitar al médico, desarrollar herramientas para combatir el estrés. «Uno mismo tiene que plantearse si vale la pena estresarse. ¿Voy a conseguir algo mejor haciéndolo? Hay que hacer razonamientos mentales para combatirlo, crear hipótesis y relativizar».

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