El Papa pide «un estilo de acogida hacia las personas con discapacidad»
Lamenta «una mentalidad narcisista y utilitarista» con «actitudes de rechazo que conducen a la marginalización»
El papa Francisco se ha sumado este jueves al Día Mundial de las Personas con Discapacidad , pidiendo «un estilo de acogida» que incluya asumir « actitudes y acciones de solidaridad y servicio hacia las personas con discapacidad y hacia sus familias». La jornada, establecida en 1922 por la Asamblea General de Naciones Unidas, se celebra cada año el 3 de diciembre.
En un mensaje, el Santo Padre señala que «el objetivo está en que lleguemos a dejar de hablar de 'ellos' y lo hagamos solo de 'nosotros '», lo cual requiere un esfuerzo positivo por parte de los fieles, la sociedad civil y las autoridades.
Aún constatando los «pasos importantes» dados en los últimos cincuenta años, el Papa lamenta que «todavía subsisten en el sustrato cultural demasiadas expresiones que contradicen de hecho este enfoque». A causa de « una mentalidad narcisista y utilitarista , se constatan actitudes de rechazo que conducen a la marginación» de hecho, por más que de palabra se proclame la igualdad.
Francisco pide a todos los responsables de la evangelización « que se desarrolle en los fieles el estilo de acogida hacia las personas con discapacidad», pero no para mantenerlas en una situación pasiva sino para incorporarlas a la tarea común.
Recordando que todo bautizado debe ser un «discípulo misionero» , el Papa hace notar que «también las personas con discapacidad, tanto en la sociedad como en la Iglesia, piden convertirse en sujetos activos de la pastoral y no solo en destinatarios».
Eso significa, entre otras cosas, « la presencia de personas con discapacidad entre los catequistas , según sus propias capacidades», después de haber recibido programas de formación especialmente adaptados.
En una línea de plena integración, y parafraseando la parábola evangélica de la casa construida sobre la roca, Francisco invita a promover «sinergias entre las organizaciones tanto civiles como eclesiales, para edificar, contra toda intemperie, una 'casa' sólida, capaz de acoger también a las personas con discapacidad, porque está construida sobre la roca de la inclusión y de la participación activa».
