El papa Francisco saluda a su llegada a la plaza de San Pedro del Vaticano para presidir la audiencia general de los miércoles, hoy, 15 de marzo de 2017
El papa Francisco saluda a su llegada a la plaza de San Pedro del Vaticano para presidir la audiencia general de los miércoles, hoy, 15 de marzo de 2017 - Efe

Papa Francisco: «¡Quien cierra empresas por negocio y deja personas sin trabajo comete un pecado gravísimo!»

Pide a millares de peregrinos «que nuestro amor no sea una telenovela»

Corresponsal en El Vaticano Actualizado: Guardar
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En una serio aviso a las autoridades públicas y a los empresarios con poco sentido de responsabilidad social, el Papa Francisco ha advertido el miércoles en la audiencia general que «¡quien cierra fábricas o empresas para hacer negocios poco claros y deja personas sin trabajo comete un pecado gravísimo!».

Saludando a un grupo de empleados de la cadena televisiva Sky Italia, que está despidiendo a doscientas personas a pesar de tener beneficios, el Papa ha pedido que el problema de los afectados «encuentre una solución rápida, en el respeto de los derechos de todos, especialmente de las familias».

En tono muy serio y al margen del texto escrito, Francisco ha subrayado que « el trabajo nos da dignidad.

Los responsables de los pueblos deben hacer todo lo posible para que cada hombre y cada mujer pueda trabajar, que pueda caminar con la frente alta, mirando a la cara a las personas».

El Papa había centrado su discurso a los peregrinos en invitarles a «que nuestro amor sea sincero, que nuestra caridad sea auténtica» y en exhortarles a «que nuestro amor no sea una telenovela».

Según el Santo Padre, «todos somos pecadores, pero el Señor, que es rico en misericordia, abre ante nosotros la posibilidad de vivir el mandamiento del amor».

Francisco, que ha predicado ejercicios espirituales muchas veces, ha advertido que «la hipocresía puede infiltrarse en todas partes, incluso en nuestro modo de amar. Esto sucede cuando nuestro amor es interesado, movido por intereses personales. Incluso en los servicios de caridad podemos mostrar ‘qué bueno soy’. ¡Eso es hipocresía!».

Sólo reconociendo que Dios es la verdadera fuente del amor que damos «podremos mantenernos alegres en la esperanza, sabiendo que a pesar de nuestras debilidades y fallos, y hasta en los momentos más difíciles, el amor de Dios nunca nos abandona, y nos impulsa a compartir con nuestros hermanos todo lo que cada día recibimos de él».

Para evitar el peligro de quedarse en meras teorías para grandes ocasiones, el Papa ha invitado a «apreciar las cosas pequeñas, simples, ordinarias; y así seremos capaces de amar a los demás como los ama Dios, buscando su bien, es decir, que sean santos y amigos de Dios».

Poco antes de comenzar su discurso, Francisco recibió el saludo de un grupo de peregrinos chinos que estaban en la primera fila y llevaban a la vista banderas de su país. Una familia con un niño pequeño se emocionó tanto al abrazar al Papa que, justo a continuación, se arrodillaron para tocar el suelo con la frente, y Francisco tuvo que levantarlos. Una de las peregrinas chinas le entregó una imagen de la Virgen de Fátima, que el Papa acarició antes de devolvérsela. Fue un momento muy conmovedor para todos, especialmente para los cristianos de China, que viven su fe en circunstancias difíciles.

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