La pandemia ha arrastrado a la exclusión a 2,5 millones de españoles, según Cáritas

Uno de cada diez hogares españoles tiene serios problemas de convivencia, el doble que antes de la crisis sanitaria

Cáritas avisa que «la erosión que sufre la familia» puede ser «preocupante» para «el desarrollo psicoemocional de la población»

ABC

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La luz al final del túnel después de veinte meses de crisis sanitaria podría tratarse de un espejismo. La expansión del coronavirus ha arrastrado a 2,5 millones de personas a la pobreza y ha duplicado el número de hogares con serios problemas de convivencia debido a la falta de empleo y la consecuente reducción de los ingresos. Año y medio después de la irrupción del SARS CoV-2, once millones de españoles viven en situación de exclusión, un 22,7 por ciento más que en 2018. Es una de las conclusiones del informe 'Análisis y Perspectivas 2021', presentado este miércoles por Cáritas Española y la Fundación Foessa bajo el título «Sociedad expulsada y derecho a ingresos».

El escenario post-Covid es «desolador y muy preocupante» , advierte este avance de resultados de la encuesta realizada a más de 7.000 hogares de todas las comunidades autónomas y cuyos datos definitivos se darán a conocer el próximo mes de enero. Solo cuatro de cada diez hogares (41,2%) disfruta actualmente de una integración social y económica plena , 7,4 puntos porcentuales menos que en 2018.

Pese a que una buena parte de la sociedad ha perdido varios puestos en el ascensor social , Cáritas Española advierte que los más perjudicados han sido «los que no recibieron el goteo del crecimiento económico cuando llegó la recuperación de la gran recesión en 2018». Esa desventaja social, acentuada por el Covid-19, ha provocado que por primera vez desde 2007, las personas en exclusión severa superen en España los 6 millones de personas , un 33,3 por ciento más que hace tres años.

Estas familias sufren graves limitaciones como contar con un empleo precario, no poder pagar los gastos de su vivienda o no poder comer carne o pescado dos veces a la semana o no tener capacidad económica comopara mantener la casa calefaccionada en invierno.

«Una primera conclusión es que se ha producido un deslizamiento de los diferentes estratos de la sociedad hacia situaciones de mayor precariedad y exclusión social, una fuga imparable hacia una sociedad más desigual donde el grupo que más crece es el de los más desfavorecidos», señalo Thomas Ubrich, técnico del Equipo de Estudios durante la presentación de los datos.

El informe revela que uno de los factores que más influyen en esa situación de exlusión es el de contar con menores a cargo. Mientras que solo el 18 por ciento de las parejas sin hijos sufren riesgo de probreza, el porcentaje aumenta hasta el 27% en el caso de familias con niños . Ser familia numerosa dispara ese riesgo al 47% y al 49% en caso de los hogares monoparentales.

El país de origen es otro de los condicionantes, ya que los niveles de riesgo de pobreza entre la población inmigrante sube hasta el 38 por ciento y hasta el 65 por ciento en el caso de la exlusión severa.

Pese a que la exclusión se mide por la confluencia de diversas variables (aislamiento social, posibilidades de consumo, acceso a la salud o a la educación), el empleo y la vivienda siguen siendo «los derechos sistemáticamente más vulnerados en un nuestro país», según denuncia Cáritas Española.

Uno de cada cuatro hogares sufre desempleo o las consecuencias de un mercado laboral cada vez más precarizado o no tiene acceso a una vivienda. Además el 17,6% de estas familias sufre exclusión del consumo, un 21 por ciento más que hace tres años.

Durante la presentación de los datos, la secretaria general de Cáritas, Natali Peiro, explicó que una de las medidas que más impacto tiene en el acceso a la vivienda de la población más vulnerable es el aumento del parque público de viviendas en alquiler. «¿Qué consecuencias a medio y largo plazo puede tener la nueva ley de vivienda? No lo sabemos, lo que sí sabemos es que un tercio de todas las demandas de ayuda que recibimos en Cáritas está relacionados con la vivienca porque los ingresos han bajado y el precio de los suministros han subido», apuntó.

La pandemia no solo ha golpeado con fuerza la economía de los hogares sino que ha hecho mella en las relaciones familiares. Cáritas advierte en su informe que el «gran aspecto diferencial» de la crisis del SARS CoV-2 es la «fuerte erosión» que ha causado en la calidad de las relaciones en los hogares. La tensión propias del confinamiento, las restricciones, la falta de empleo y la consecuente reducción de los ingresos y su impacto sobre la salud mental, ha provocado que una de cada diez familias (9,7%) tenga actualmente serias dificultades de convivencia, el doble que en 2018.

Además este factor es el que porcentualmente más ha aumentado en cuanto al nivel de afectación para el conjunto de la población; es decir, que ha crecido en casi todos los grupos sociales. «La familia, sostén tradicional de nuestra sociedad, se está erosionando y, de confirmarse, esta tendencia podría ser muy preocupante para el desarrollo psicoemocional de la población», aseguró Ubrich.

La secretaria general de Cáritas alertó que los datos demuestran que con la salida de la pandemia «mucha gente se está quedando atrás». «De ahí la urgencia de ampliar el alcance de las medidas de protección tomadas durante la pandemia para que el objetivo de construir ese escudo social se logre y que proteja realmente a la ciudadanía y a las familias más desprotegidas», indicó.

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