No es la primera vez que un «empleado» del monte lo quema con fines inicuos

Brigadistas, miembros de retenes antiincidendios y trabajadores de servicios de limpieza y conservación de los bosques han protagonizado, como en Cantabria, episodios turbios en la historia forestal

Luis Trueba, acusado de prender el monte en Ramales de la Victoria, junto al presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla EP

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No es la primera vez que un empleado para cuidar del monte lo quema a propósito o en busca de un fin inicuo.

En Baleares, cabe recordar que en septiembre de 2014 la Audiencia Provincial de Palma condenó a 17 años y medio de prisión a un hombre acusado de haber provocado un total de 24 incendios forestales en Mallorca y en Menorca en el verano de 2012. Inicialmente, la Fiscalía pedía una pena de 78 años de cárcel para el pirómano, pero finalmente fue alcanzado un acuerdo de conformidad entre todas las partes que redujo sensiblemente esa petición originaria. En concreto, se le aplicó al hombre la atenuante muy cualificada de colaboración.

La sentencia estableció que Francisco Javier M. M., de 41 años de edad y nacionalidad española, cometió tres delitos de incendio forestal con peligro para la vida de las personas, castigado cada uno de ellos con cinco años de prisión, así como un delito continuado de incendio, penado con dos años y seis meses de cárcel. Además, fue inhabilitado para trabajar en cualquier actividad relacionada con el medio ambiente.

Durante la instrucción del caso, el acusado se había definido, pese a todo, como un «amante de la naturaleza». En ese sentido, una de sus grandes pasiones era pasar largas temporadas en el interior de una cueva en una montaña. En su momento, había trabajado además en una empresa encargada de la limpieza y la conservación de los montes. Según reconoció ante el juez, utilizaba un mechero, velas y papel higiénico para provocar los fuegos. El hombre inició su actividad delictiva en junio de 2012 y siguió así hasta septiembre de ese mismo año, momento en el que fue descubierto y detenido.

Por su parte, en Galicia, un brigadista acabó admitiendo que le pagaban por cada foco provocado . En octubre de 2017 un juzgado de Orense acordó el ingreso en prisión de un joven de 21 años y miembro de la brigada municipal de la localidad de Lobios que reconoció haber provocado varios fuegos en el entorno del Parque Natural de este municipio durante los meses de julio y agosto de aquel año. En varias ocasiones él mismo había sido desplazado a apagar un foco que había provocado momentos antes. Llegó a recibir entre 50 y 150 euros por cada foco causado, aunque no llegó a admitir la identidad del inductor de los incendios.

El pasado 20 de febrero, Luis Trueba, jefe del servicio de voluntarios, fue detenido en Cantabria y posteriormente puesto en libertad con cargos acusado de haber provocado el peor de los incendios de la ola que ha asolado en los últimos días la comunidad , el de Ramales de la Victoria.

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