Monseñor Osoro bendice a una niña antes de la celebración de la misa en la catedral de La Almudena
Monseñor Osoro bendice a una niña antes de la celebración de la misa en la catedral de La Almudena - Belén Díaz
Fiesta de la Sagrada Familia

Monseñor Osoro bendice una a una a las familias en la catedral de La Almudena

El arzobispo de Madrid afirma que «la familia es la escuela de humanidad más bella que existe»

/ Madrid Actualizado: Guardar
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Ya era mediodía y las campanas de la catedral de La Almudena anunciaban el inicio de la solemne Eucaristía con motivo de la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret, pero monseñor Carlos Osoro se resistía a abandonar la fila en la que cientos de familias esperaban desde primera hora de la mañana la bendición del arzobispo de Madrid.

Abuelos junto a sus nietos, matrimonios jóvenes con varios hijos pequeños -muchos de ellos aún en sus carros- seminaristas junto a sus padres, pequeñas comunidades de religiosas, mujeres embarazadas fueron pasando uno a uno para que monseñor Osoro les impartiera su bendición y les entregara una estampa de la Sagrada Familia dibujada de su puño y letra.

«Es un momento muy especial porque estamos todos juntos y que el obispo se acerque a las familias y converse un rato con cada uno es muy agradable e importante», comentó Ricardo, acompañado de Begoña, su mujer, y sus dos hijos.

Sin ninguna prisa, el obispo aprovechaba para preguntar a cada matrimonio de dónde venían y les recordaba la «enorme bendición que son siempre los hijos». También daba gracias a los abuelos, cuya «entrega y dedicación hace posible que la experiencia de la familia se transmita de generación en generación».

Algunos niños llevaban en sus manos su carta a los Reyes Magos que monseñor Osoro guardaba con una sonrisa cómplice en un cesto de mimbre bajo la imagen de la patrona de Madrid. Después de invitarles a besar una pequeña medalla de la Virgen de La Almudena, todos se tomaban una foto, la mayoría con el propio móvil que los padres pasaban a los voluntarios para llevarse un recuerdo de ese encuentro tan especial. Así con cada uno durante toda la mañana y toda la tarde.

«Sin la familia, el mundo no funciona»

Para hacer más amena la espera, fuera del templo, en la plaza de La Almudena, los voluntarios repartían chocolate y los niños se entretenían con una función de títeres. Había muchos motivos para celebrar. «Sin la familia el mundo no funciona por eso es tan importante que permanezcamos unidos», comentó María del Saz, acompañada de tres de sus cuatro hijos y uno de sus sobrinos.

Durante su homilía, monseñor Osoro recordó que la familia «es la escuela de humanidad más bella que existe», ya que en ella «se vive la entrega, la alegría, la generosidad y se aprende a perdonar». «La familia es sanadora de la existencia y la convivencia humana porque asume la presencia de Dios y entrega el abrazo de Dios a quienes se acercan a ella», aseguró el arzobispo ante una catedral abarrotada de gente, sobre todo de niños. Muchos de ellos se habían sentado sobre sus abrigos en el suelo, los más pequeños dormían plácidamente en sus carros y los más inquietos correteaban pero sin hacer mayor alboroto.

Las celebración litúrgica estuvo cargada de gestos. Durante la misa, ocho matrimonios llevaron hasta el altar las huchas con los donativos que todas las parroquias de Madrid recolectaron durante este mes de diciembre para ayudar a las familias en riesgo de desahucio. La fiesta de la Familia concluirá esta tarde con el rezo de Vísperas, la bendición a los novios y un recital del coro de la Jornada Mundial de la Juventud.

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