El miedo a las restricciones desata la fiebre por celebrar la Navidad en noviembre

«La hostelería cicatriza las heridas de la pandemia» con las reservas de cenas de empresa y reuniones de amigos

¿Cuándo comenzarán a inocular la tercera dosis a los mayores de 60?

La Navidad de 2019 en Madrid marcó un récord de facturación GUILLERMO NAVARRO / Vídeo: Arranca la decoración navideña en los grandes almacenes más famosos de París a pesar de los contagios - ATLAS
Érika Montañés

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Los contagios por coronavirus siguen al alza tanto en Países Bajos como en Estados Unidos. Pero mientras Ámsterdam anuncia la suspensión de las fiestas de Nochevieja en una ciudad que se empieza a ver «al límite de su capacidad» (dijo Jaap Eikelboom , el jefe de operaciones de Covid-19 en el Servicio Nacional de Salud Pública), en Nueva York, su regidor Bill de Blasio comunica con todo el boato que regresa la celebración de un millón de personas en la mítica Times Square el último día del año, para regocijo de los establecimientos hoteleros más próximos. Nueva York registra mil casos de coronavirus por jornada, así que el regidor puntualizó que ir a las celebraciones exigirá la vacunación completa o un test negativo. Son la cara y la cruz de los festejos que se avecinan, diferente modo de encararlos con el mismo convidado de piedra, porque la pandemia sí es igual para todos.

Lo cierto es que las previsiones de no hace muchas semanas de que este año se recuperarían sin problemas las fiestas navideñas en todo el planeta se diluyen ahora en lugares donde se ha encajado la sexta ola. Así ocurre en gran parte de Europa, por ejemplo, mientras España lo observa desde el alero. Eso sí, el miedo a quedarse sin esa Navidad añorada de 2019, como ocurrió en la de 2020, ha cundido. En nuestro país, a pesar de que la incidencia acumulada y la situación hospitalaria no hacen presagiar una intensa oleada de coronavirus, algunas comunidades han empezado a ponerse serias en la exigencia del pase Covid para los locales. Y con ello sí se podrían ver de nuevo afectadas (o con nuevas limitaciones, precisa José Luis Yzuel, presidente de la Federación de Hostelería de España ) los encuentros de estas fechas. Por eso se han adelantado al mes de noviembre, ratifican los hosteleros.

«No son solo comidas y cenas de empresa, son reuniones con amigos y encuentros con compañeros de trabajo, quedadas porque queremos recuperar ‘ese verse y ese tocarse’», añade el empresario maño. Estas fechas se han marcado con números rojos en el calendario para despedir 2021. «Será un buen final de año –remacha Yzuel–, con un buen nivel de reservas. Así la hostelería cicatrizará parte de las heridas de la pandemia; con medidas que nos abocaron a la ruina».

Madrid y Barcelona, con gran volumen de empresas, han comenzado a colgar en sus locales el cartel de «bastante lleno, porque aún quedan huecos», dicen los empresarios consultados, con menús que se mantienen en un rango de 30 a 50 euros. Otras urbes, como Santiago de Compostela, ven disparadas las reservas a niveles prepandemia. «En la capital española no se va a llegar a tanto», concreta el director de Hostelería Madrid, Juan José Blardony, porque la Navidad de 2019 marcó un «récord de afluencia y facturación». Luego vino el demoledor golpe de la pandemia. Y más de un año malo.

Los hosteleros de Madrid calculan que la presente campaña navideña sea buena para cuatro de cada diez locales. Un 7,9% de ellos la esperan «muy buena», frente al 15,8% que la vaticinan «mala». José Antonio Aparicio es el presidente de la asociación de los hosteleros de la Plaza Mayor, donde en pocos días se ubicará el tradicional mercadillo navideño de Madrid. Él observa que este año la gente «ha evolucionado en su manera de celebrar. Tiene ganas de sentarse a tomar unas cañas, consumir y socializar»; así que locales como el suyo (cervecería Plaza Mayor) presentan un nivel alto de reservas, pero por situarse en la almendra central, «la gente está trasladando esas celebraciones fuera» del meollo del tráfico, lamenta.

La fiebre por recuperar el tiempo perdido rozará el lleno absoluto en el puente de la Constitución, según los hosteleros y las agencias de viajes. Carlos Garrido , presidente de CEAV (Confederación Española de Agencias de Viajes), contrasta que nuestro país atraerá turismo internacional este diciembre y los españoles viajarán, como hacen desde verano, especialmente a capitales europeas, el Caribe y lugares sin grandes concentraciones de gente, como las Maldivas, un destino predilecto este año. En conversación con ABC , suma otro, llamativo: Finlandia. La tendencia de viajar y quedar está al alza, no tanto el turismo de congresos y el de viajes de negocio, que aún caminan a ritmo lento pero progresivo, analiza.

Para viajar o quedarse, el pasaporte Covid podría ser un requisito factible. Isabel Díaz Ayuso lanzó ayer una propuesta muy ‘sui generis’. El primer plato del ágape navideño sería en la Comunidad de Madrid algo así como entremeses con antígenos. Porque la presidenta autonómica pidió «ayuda» a las empresas que demanden a sus empleados test negativos antes de sentarse a la tradicional comida o cena de Navidad. La presidenta afirmó en una entrevista en Antena 3 que va a «seguir ahondando en la necesidad de volver a los test, porque hay que evitar que alguien que está contagiando esté en reuniones». «Vamos a ver si podemos hacer cribados masivos para que antes de los encuentros familiares, sobre todo, cuando hay mayores, sepamos que estamos protegidos».

Mientras se otorgaban ayer los Premios Nacionales de Hostelería, los propietarios de los locales consensuaban la recuperación que han visto clara en sus establecimientos desde el pasado verano. La climatología ha acompañado. Y ahora, antes de que este factor se tuerza del todo, la gente está abarrotando terrazas, dice Aparicio.

Otros lugares de España

La escena no es exclusiva de la capital. La cuna del turismo en Galicia no se libra del colapso. Las reservas para cenas de Navidad en Santiago de Compostela están desbordando algunos locales, y están realizándose con más de un mes de antelación. Conseguir mesa libre en un restaurante de la ciudad es ya «un arduo trabajo», define el portavoz de Hostelería municipal, Javier Míguez , que pone el acento en las «ansias» de la gente por volver a celebrar. Con reservas para hasta 35 personas –para grupos más grandes se suele recurrir a salones de hoteles– y un menú medio a 45 euros, las llamadas son, desde hace días, una constante. «Después de dieciocho meses de parón, el cliente está ávido y no se corta a la hora de reservar mesas grandes» porque ya no hay restricciones por número de comensales, expone. «Este aluvión es un respiro» para nosotros, dice, informa Patricia Abet.

En Valencia , en el hotel SH Palace, espacio habitual de eventos, el volumen de reservas de sus salones se ha incrementado hasta los veinte actos semanales. De momento, el grueso de eventos programados para Navidad se concentra en las fechas habituales, entre el 10 y el 18 de diciembre y no notan tanta anticipación. Algo que sí que han ’notado también es el aumento del número de participantes en comidas o cenas, que llega en algunos casos hasta las 150-200 personas. Cifras que empiezan a asemejarse a las de la época prepandemia. Sin embargo, «no existe sensación de miedo», dicen los empresarios. Desde la Federación de Hostelería son prudentes, pero el movimiento de reservas que se están produciendo en las últimas semanas invita al optimismo, informa Toni Jiménez .

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