¿Merece la pena pasarse a las bragas menstruales?: las ventajas e inconvenientes de usarlas

Este producto de higiene femenina, que en un principio pueden generar rechazo e inseguridad, se está volviendo en una de las opciones más recurrentes gracias al boca a boca y su presencia en redes sociales

«Las copas y las bragas menstruales y las compresas de tela son los productos que causan menos molestias»

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La innovación ha llegado a los productos de higiene femenina . A pesar de que durante años solo existían compresas y tampones para la menstruación, cada vez aparecen más alternativas que hacen replantearse a muchas mujeres cuál constituye su mejor opción. Copas menstruales, compresas de tela, bragas o esponjas menstruales se imponen en este mercado en el que generan menor impacto para el medio ambiente y que, en algunos casos, suponen un ahorro sustancial para el bolsillo.

Las bragas menstruales, a pesar de que en un principio pueden generar rechazo e inseguridad, se están volviendo en una de las opciones más recurrentes gracias al boca a boca y su presencia en redes sociales a través de 'influencers' como Adara Molinero o 'Moderna de Pueblo'.

«Culturalmente nos hemos preocupado más por la apariencia física que por la salud e higiene y eso ha hecho que se avance menos en los productos femeninos»

«Hace dos años intentamos desarrollar el negocio en España y no funcionó porque hay mucho rechazo a la sangre », explica la responsable de Comunicación y Marketing de Loop en España, Lucía Triana Camelo. Una empresa francesa que nació a raíz de las necesidad de Morgane, su creadora: «Terminar con la carga mental que sufría cada vez que tenía que viajar y organizar todo su viaje en torno a la regla». Calcular el números de compresas, tampones y buscar lugares en los que cambiarse hizo que quisiera reducir todo este embalaje para simplificarlo en una sencillas bragas.

Lo cierto es que esta idea ya estaba muy asentada en Australia, pero en Europa todavía no se había popularizado y, como explica Lucía Triana, fue bien recibida en Francia en 2018 y ahora, cada vez más en España. «Culturalmente nos hemos preocupado más por la apariencia física que por la salud e higiene y eso ha hecho que se avance menos en los productos femeninos», explica Triana Camelo en relación a la escasa innovación que ha habido en este sector.

¿Merecen la pena las bragas menstruales?

Las bragas menstruales tienen un coste medio de 30 euros y para un ciclo se recomienda disponer de tres a cinco de diferentes tipos de absorción (ligero, moderado y abundante) con el fin de contar con un recambio mientras se van secando, por lo que para comenzar supondría un costoso desembolso de unos 90 euros. Eso sí, tienen una vida útil de 3 a 5 años si se cuidan correctamente.

Este tipo de productos, a diferencia de las compresas o tampones, no contienen perfumes ni productos químicos, sino que están fabricados con materias primas más ecológicas, como el algodón o productos que no lleven sustancias tóxicas. Por ello, se entiende que su empleo resulta beneficioso tanto para la salud como para el medio ambiente al considerarse una opción más sostenible.

Hay que tener en cuenta que a lo largo de su vida, una mujer desecha una media de 11.000 a 15.000 protecciones higiénicas de un solo uso. Por ejemplo, un tampón tarda más o menos en biodegradarse seis meses y, si tiene aplicador, el proceso se ralentiza, no llegando a desaparecer del planeta hasta pasados cientos de años. Por su parte, el rastro de las compresas, fabricadas en su mayoría en un 90% de plástico, pueden mantenerse hasta 300 años.

«Hace dos años intentamos desarrollar el negocio en España y no funcionó porque hay mucho rechazo a la sangre»

De hecho, esta suele ser la principal razón por la que se escogen las bragas o copas menstruales en detrimento de los tampones o compresas convencionales.

En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios ( OCU) también ha elaborado un estudio sobre esta tendencia. La entidad difundió en 2020 un informe relativo a la experiencia de 12 mujeres que probaron tres marcas de bragas menstruales durante un mes y su conclusiones fueron que se sorprendieron al utilizarlas y que seguirían optando por ellas, en especial, para las noches. La nota general fue un 4,2 sobre 5 ,aunque sí apuntaron que no eran especialmente económicas.

No obstante, cada vez existen más marcas de ropa interior femenina que incluyen entre sus apuestas las bragas menstruales, además de bikinis. Al existir una mayor competencia el precio se ha democratizado. Uno de estos ejemplos lo representa Primark. La cadena ha puesto a la venta en los últimos meses su propia línea con un precio bastante asequible.

En cualquier caso, como todos los productos, las bragas menstruales tienen sus ventajas e inconvenientes, y cada mujer deberá valorarlo en función de sus necesidades y prioridades. Lo que está claro es que es una buena noticia que cada vez se ponga más el foco en mejorar la experencia durante la menstruación y que deje de ser un tema tabú.

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