8-M: Día Internacional de la Mujer

Un llamamiento marcado por la división del feminismo

Temas como el debate sobre la legalización de la prostitución o las teorías de género alejan a movimientos de mujeres de la convocatoria de hoy

Marcha en Madrid del 8-M en 2019, cuando sí hubo huelga general

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Las discrepancias entre varios sectores del feminismo llevaban ya unos años aflorando. Pero ahora, con el anuncio de la ley de libertades sexuales por parte del Ministerio de Igualdad y la convocatoria de la Comisión del 8-M a una «revuelta general» para hoy domingo, Día de la Mujer, las diferencias han estallado. Los movimientos de mujeres no marcharán, este 8-M, todos a una . Las discusiones en varios puntos que muchas consideran fundamentales en el feminismo, como la abolición de la prostitución, así como la desconfianza que ha generado la llegada de Irene Montero a Igualdad entre varias de las principales asociaciones de mujeres, han llevado a una división que nunca antes se había observado en la celebración en España del Día de la Mujer.

«Este año ha explotado, aunque ya hubo enfado el año pasado y lo que hay de trasfondo es un viejo enfrentamiento entre un grupo que pretende legalizar la prostitución y a eso lo llama feminismo y quienes queremos abolirla », explican desde sectores feministas próximos al socialismo, que no dudan en poner el foco en el partido al que pertenece la actual ministra de Igualdad: « Podemos ha colonizado el 8-M ».

«La banalización del 8-M»

El malestar definitivo llegó el pasado 8 de febrero en la Puerta del Sol de Madrid, cuando en un acto de la Comisión 8-M -cercana a Unidas Podemos y organizadora de la principal manifestación de hoy, en la capital- una activista, megáfono en mano, aseguró que «la revolución será puteril o no será». Estas palabras, de las que la comisión se desmarcó posteriormente, molestaron especialmente a colectivos de mujeres hoy hastiados. « Hasta aquí hemos llegado. Vamos a la manifestación, pero iremos por bloques . Ellas controlarán la cabecera, pero las abolicionistas estaremos ahí y haremos lo posible por ser vistas», cuentan desde estos sectores progresistas a ABC.

Para Alicia Miyares, portavoz de la Red Estatal contra el Alquiler de Vientres y una de las feministas más destacadas del movimiento en España, lo que ocurrió el 8 de febrero fue « el detonante » que supuso una «ofensa real» para muchos colectivos de mujeres. « El hartazgo ya es notable, porque en las anteriores comisiones nunca se podía hablar de la posición abolicionista , pero parece que no hay problema en que alguien coja un megáfono y reclame la "revuelta puteril"», lamenta.

Miyares, en el momento en el que conversó con este periódico, no tenía intención de acudir -aunque no descartaba cambiar de opinión- a la manifestación de Madrid, que comenzará a las 17.00 horas en Atocha y finalizará en Plaza de España, por el «mal ambiente» que hay en estos momentos: «No me gustan los derroteros que está tomando. Estamos asistiendo a la banalización del 8 de marzo».

Pero el descontento se amplía también a Irene Montero por su « discurso hipócrita » en cuanto a la legalización de la prostitución. «Su excusa para no hacer nada es que ella es abolicionista pero que en el movimiento de mujeres hay mucho debate sobre el tema. A demás de las leyes de identidad de género y de borrado de las mujeres que quiere imponer sin debate social », lamentan desde sectores feministas.

Las prisas de la ministra de Igualdad por presentar la llamada «ley del solo sí es sí» molestan también al feminismo «sensato» por varios motivos. « Si se hace una ley sobre violencias sexuales parece un poco extraño que la principal violencia sexual contra la mujer, como es la prostitución, quede fuera », critica Ángeles Álvarez , exdiputada socialista con una larga trayectoria en la defensa de los derechos de las mujeres, que además reprueba que no se haya mantenido contacto con las expertas en el ámbito de las agresiones sexuales a la hora de elaborar el anteproyecto de ley: «Esto no había pasado nunca. Estamos hablando de leyes muy serias. No hay que tener tanta prisa por hacerse la foto el día 8», dice.

Lo confirma Marití Pereira , portavoz de la Federación de Asociaciones de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (Famuvi), a quienes el anuncio por parte del Ministerio de Igualdad pilló desprevenidas. «Como organización nos felicitamos cada vez que sale una ley o reglamento que beneficia a las mujeres, y en este caso a las víctimas, pero pensamos que ha sido demasiado rápido. Deberían haber consultado con organizaciones expertas», lamenta, pues considera que son las que realmente conocen lo que « a pie de calle » viven las mujeres que han sido violadas, ya que algunas de las organizaciones que forman parte de la Federación llevan trabajando con víctimas desde el año 1989.

Evitar problemas

Sobre la manifestación, Pereira asegura que ella sí acudirá a la convocatoria de Asturias, aunque reconoce que es en la de Madrid «donde puede haber problemas». Precisamente por esto han decidido no llevar pancartas, como sí habían hecho otros años, mostrando sus posicionamientos sobre la necesidad de abolir la prostitución. « No queremos problemas . Tenemos que estar todas juntas reivindicando en la calle y dejar nuestros planteamientos aparte. Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa», manifiesta.

Pero otro de los principales puntos de discordia reside en el mensaje de la convocatoria del 8-M. El argumentario de la comisión organizadora habla, además de mujeres, de trans o de personas con capacidad de gestar, lo que genera cierta preocupación entre varios movimientos de mujeres, que no ven con buenos ojos que se introduzca la teoría «queer» -aquella que sostiene que tanto género como identidad y orientación sexual no forman parte de la naturaleza humana, sino que se trata del resultado de una construcción social- en las políticas feministas.

Alicia Miyares asegura que en los últimos años se ha metido a las mujeres en un «cajón de sastre de la diversidad, asociado a minorías sexuales, raciales, etc.». La respuesta del feminismo es un «no rotundo», ya que considera que, al mezclar políticas de igualdad con diversidad, se invisibiliza a las mujeres a costa de «visibilizar preferentemente a las minorías sexuales».

Sin el Partido Feminista

Este 8 de marzo será también el primero que no cuente con la presencia del Partido Feminista en la manifestación. Así lo confirma su presidenta, Lidia Falcón, a este periódico. « Habrá quien piense que es mejor estar todas juntas, pero si la unidad consiste en seguir prostituyendo a mujeres, pues no », sentencia. Acudirán, sin embargo, a la concentración impulsada por las abolicionistas esta mañana.

Sobre su reciente expulsión de Izquierda Unida, impulsada en parte por las quejas del Partido Feminista por el apoyo de la formación de Alberto Garzón a las leyes para transexuales, Falcón lo tiene claro: «Dirigentes históricos nos apoyan. Auguro la destrucción de IU».

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