Isla Mauricio, el paraíso perdido por una mancha imborrable: «Nunca volverá a ser el mismo lugar»

Los expertos creen que el vertido petrolífero podría haber causado «daños irreversibles» en un área medioambiental única, mientras la población se sume en la tristeza y la rabia

La comunidad de la isla ha construido barreras flotantes de paja y tela para contener ek petróleo que aún hay en el interior del buque nipón MV Wakashio EFE

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Suntish Narain creció en el pueblo costero de Mahebourg, en isla Mauricio. Cada noche, cruzaba su paseo marítimo junto con sus hermanos y su madre. « Era donde se podía contemplar la tranquila laguna azul, alimentar a los peces y descansar respirando aire puro », rememora a sus 36 años. Allí disfrutaban de un paisaje exquisito, un horizonte interminable y el fresco viento alisio del sureste. Diez días después de que arribara a las costas un vertido de crudo sin precedentes en el enclave índico, ve «con el corazón roto» cómo una marea negra de espeso petróleo y olor nauseabundo ha arrasado la arena blanca, el mar turquesa, el olor a salitre y la vida marina. «Todo el mundo sabe que pasará mucho tiempo antes de que el mar recupere su esplendor», reconoce.

Hasta el sonido de las olas ha cambiado en las playas de la isla. El jueves 6 de agosto, un vertido de crudo de mil toneladas empezó a teñirlo todo de muerte. Las olas comenzaron a murmurar pesadas, burbujeantes. Una grieta en el casco del buque nipón MV Wakashio, encallado desde el 25 de julio en un arrecife, dejó escapar el petróleo, contaminando corales, lagunas y manglares de la isla del Índico .

AFP

La consternación y la rabia se mezclan hoy en la población ante lo que han perdido. «Es un triste espectáculo. Dan ganas de llorar», dice Naresh Roodur, que vive a 800 metros de la costa. Entre anguilas muertas, peces flotando y aves marinas empapadas de combustible, los residentes se han lanzado a limpiar las manchas de petróleo, en ocasiones a pesar de su propia salud . Pero el crudo ha afectado inevitablemente la parte sureste de Mauricio, que alberga áreas únicas y ambientalmente muy sensibles, como el parque nacional marino de Blue Bay y el humedal de Pointe d'Esny, reconocidos por la ONU como lugares Ramsar, de importancia internacional.

«El derrame de petróleo ha causado daños ambientales irreversibles en una de las áreas más vírgenes de la isla de Mauricio. Es una situación muy triste », cuenta a ABC el oceanógrafo mauriciano Vassen Kauppaymuthoo . Aquí se encuentra, por ejemplo, un coral cerebro lobulado llamado Lobophyllia que tiene más de mil años. También hay otras 38 especies de corales y 72 tipos de peces, incluido el endémico pez payaso de Mauricio, así como vastas áreas de pastos marinos y manglares que juegan un papel crítico frente al cambio climático. «El valor de los servicios ecosistémicos proporcionados por esas áreas es tremendo», explica Kauppaymuthoo.

«El tipo de playas, costas y ecosistemas de la zona afectada tienen un alto índice de sensibilidad a la contaminación por hidrocarburos», reconoce Sushma Mattan-Moorgawa , profesora de biociencias y ciencias oceánicas en la Universidad de Mauricio. No hay dos vertidos iguales, pero la recuperación del área dependerá de la respuesta inmediata, el tipo de crudo y la capacidad de recuperación del propio medio natural. «Los estudios científicos y la literatura publicada indican que la recuperación puede llevar tiempo, en términos de meses o de años», corrobora. Y aunque la mayor parte de las 3.000 toneladas de petróleo que continuaban en el interior del buque han sido extraídas en los últimos días, quedan unas 100 toneladas en el interior , que el viernes comenzaban a extenderse de nuevo por el mar.

La mauriciana Marie Eve Sauvage , voluntaria en la ONG conservacionista EcoSud, asegura a ABC que las tareas apenas han comenzado. «El trabajo para contener el petróleo en el agua sigue en marcha, los equipos de ciudadanos han estado bombeando toneladas y toneladas. Ahora han comenzado a retirar las barreras y a organizar talleres en el paseo marítimo de Mahebourg». La organización lleva días pidiendo a la gente que se mantenga alejada del crudo. Corren peligro de intoxicarse . «Es una situación delicada porque la gente quiere ayudar y salvar sus hogares, pero es peligroso para ellos y también puede tener impacto en el medio ambiente si no se hace correctamente», asegura.

Los derrames de petróleo no solo tienen consecuencias directas sobre la fauna y los hábitats. El daño no acaba al eliminar la marea negra. Persiste tiempo después, en términos que aún se investigan . Por ejemplo, un estudio realizado tras la explosión de Deepwater Horizon en 2010 en el Golfo de México detectó que toda la estructura trófica había cambiado tras el derrame de petróleo. Algo que «puede ser mucho más dañino para los peces y otra fauna acuática que los impactos directos del petróleo derramado en sí», decían sus autores.

Primeros daños

Lo que sí saben hoy los habitantes de isla Mauricio es que el derrame «ha provocado la desaparición de la mayoría de los peces de la zona», dice el oceanógrafo Kauppaymuthoo tras visitarla. «Me ha llamado la atención cómo la laguna que una vez estuvo llena de vida ha quedado desierta y cómo las praderas de pastos marinos, los corales y los manglares están comenzando a sufrir por su exposición al petróleo». Lo corrobora la ambientalista Sauvage: «Desafortunadamente, no creo que unos daños de esta magnitud puedan repararse. Ecosud, junto con otras ONG, han estado trabajando incansablemente en tantos proyectos durante años... limpiezas, restauraciones, reintroducciones de especies, todo el esfuerzo estaba marcando la diferencia pero ahora todo eso ha desaparecido».

También vendrán los impactos sociales, en una zona en la que predominan los pueblos pesqueros que subsisten gracias al mar. «No solo la vida marina está en peligro, sino que sus consecuencias sociales y económicas afectarán a los pescadores, a los vendedores, a los hoteles, etc., durante mucho tiempo. La gente está enfadada, pero trabajando en equipo contra el derrame», dice el isleño Naresh Roodur . Hay angustia y rabia. Nadie entiende por qué el buque estuvo casi dos semanas varado en los arrecifes sin que se hiciese nada . «Este es el resultado de una negligencia grave del gobierno que esperó 12 días tras el naufragio para actuar», critica Narain. «La falta de coordinación, la falta de preparación y de la voluntad de cuidar ha decepcionado no solo a la gente de la región sureste, sino a la gente de toda la isla».

Y pese a los esfuerzos de toda la isla por minimizar los daños, pocos son optimistas. « Nunca volverá a ser el mismo lugar que era antes . ¿Cómo reemplazar el coral milenario o los peces que han abandonado la laguna? El dinero nunca podrá devolvernos la prístina costa suroeste de Mauricio», dice Kauppaymuthoo. «Solo estamos llenos de tristeza y de sueños pasados sobre las aguas una vez cristalinas y coloridas de nuestra isla paradisíaca que ha sido destruida».

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