Hablan los estafados por Paco Sanz: «Le pagué hasta el hotel de los famosos»

El humorista Santi Rodríguez, el ex deportista Pedro García Aguado (Hermano Mayor), el humorista José Mota; los presentadores Jorge Javier Vázquez, Dani Mateo y Javier Cárdenas, el actor Santiago Segura, amigos, y hasta su editor son víctimas de la presunta estafa de Paco Sanz

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El humorista Santi Rodríguez, el ex deportista Pedro García Aguado (Hermano Mayor), el humorista José Mota; los presentadores Jorge Javier Vázquez, Dani Mateo y Javier Cárdenas, el actor Santiago Segura, amigos, y hasta su editor son víctimas de la presunta estafa de Paco Sanz, un valenciano detenido por la Policía Nacional acusado de blanqueo de capitales, estafa y apropiación indebida.

«Me siento estafado y utilizado»

«Te sientes impotente y enfadado porque juegan con tu buena voluntad. Intentas ayudar a alguien y luego resulta que es un estafador», denuncia Roberto Roca, quien le organizó una gala benéfica para recaudar fondos para su «causa».

«Le pagué hasta el hotel de los famosos»

El humorista Santi Rodríguez, todavía en estado de «shock», expresaba a este diario su indignación por la noticia. «No va a conseguir que cambie mi manera de ser.

Quien necesite mi ayuda seguirá teniéndola», afirma. Reconoce, sin embargo, que «de confirmarse, esta estafa va a hacer mucho daño a otras muchas personas que realmente están enfermas y necesitan ayuda».

Rodríguez se siente estafado, especialmente en lo emocional. Explica que Sanz lo utilizaba «para abrirse puertas y pedir ayuda en otros sitios». «Me llamaba mi angelito con bigotes», afirma Rodríguez. Asegura, no obstante, que nunca tuvo ninguna relación personal con él y que desde hace tiempo sospechaba que en su historia habían «cosas que no cuadraban". «Cuando le conocí, la única vez que le vi, en la gala de Valencia, lo primero que me dijo fue: «Mira que móvil. «Fue un comentario raro. Después las cosas dejaron de encajarme", explica el humorista, que se está planteando también presentar una denuncia como afectado. «Le pagué incluso los 400 euros de hotel para los famosos que participaron en la gala para que él no tuviera que aportarlos", recuerda Rodríguez con rabia.

Al margen de la gala, muchos rostros conocidos se ofrecieron también a ayudarle con su imagen. Entre ellos, el ex deportista Pedro García Aguado (Hermano Mayor), el humorista José Mota; los presentadores Jorge Javier Vázquez, Dani Mateo y Javier Cárdenas y el actor Santiago Segura. Todos se sienten hoy «decepcionados".

«Con un euro regalarás un segundo de vida»

Los llamamientos desesperados de Paco Sanz en las redes fueron constantes y se intensificaron en estos últimos años. «Qué mejor regalo que recibir vida", decía Sanz en alguno de sus mensajes. «No quiero lujos, solo quiero vivir... Entre todos podéis ayudarme a vivir, con un euro regalarás un segundo de vida. Haz que mis Navidades vengan cargadas de esperanza y, pronto, muy pronto, poder dormir sin miedo a no despertar y a convertirme en un ángel más".

«Lo primero que le compré fue un microondas»

Carlos Fernández, vecino de Burgos, y Lupe Izquierdo, de Madrid, son dos de las personas que cayeron en las redes de Sanz.

Ayer, en declaraciones a este diario, ambos coincidían en que el final de esta historia era anunciado. «No teníamos pruebas para denunciarle, aunque había muchas cosas de su relato que chirriaban. Básicamente actitudes", denuncia Carlos. Él y su grupo de amigos tienen como costumbre apoyar económicamente una causa diferente cada Navidad. En diciembre de 2015 eligieron la de Paco Sanz. «Lo primero que hice fue comprarle un microondas. Después vinieron una compra en Hipercor de 100 euros y una donación de 1.000 euros", dice el joven, que cada noche seguía los mensajes de Sanz en Periscope.

«No es lógico que aparezca con polos caros cuando va tal mal de dinero. Por eso le pregunté por las redes por la ropa y me dijo que se la había regalado un amigo», apunta Carlos Fernández, que aún no da crédito al final de la historia. «Me cuesta creer que haya gente con tan pocos escrúpulos capaz de jugar con una enfermedad", concluye.

«No te creo»

Lupe, vecina de Madrid, llego a tener relación diaria telefónica con Sanz durante siete meses. «Cuando salía del trabajo siempre le llamaba y charlábamos un rato, aunque en los últimos meses me había distanciado porque no lo veía claro», afirma la joven, que incluso llegó a decir a Sanz: «no te creo» en un tweet que intercambió con él en febrero de este año. «No soy persona de creer en las casualidades más cuando son tantas a lo largo de los años. No te creo", le soltó a Sanz.

Lupe realizó varias donaciones al presunto estafador, algunas de 100 euros, otras de 20 y otras veces se limitaba a cubrirle algunos impagos en sus facturas de la luz o el agua. La joven espera que si se confirma el caso «el peso de la ley caiga sobre él». «No es justo que se juegue con algo tan serio», añade.

Su editor lo llevó a juicio

También el editor de su libro «Paco Sanz. Una vida de Sueños» se siente estafado. Según ha podido saber este diario, el responsable de la editorial llevó a juicio a Sanz hace unos años por irregularidades en la financiación y recaudación de los beneficios de la obra, según han afirmado fuentes próximas a la investigación.

En los últimos meses, la sombra de la sospecha planeaba sobre el caso Sanz. Varios youtubers se enfrentaron con él, pidiéndole explicaciones sobre algunos detalles de su relato que no encajaban. Él respondía con contundencia. «Es una persona con mucha ira. Perdía las formas al hablar de las personas que le cuestionaban», dice a ABC Lupe Izquierdo, una de las estafadas. Pese a estrecharse el círculo, él seguía con su S.O.S agónico en las redes. En un post en su cuenta de Facebook del pasado 12 noviembre, Paco Sanz escribía que cada segundo que pasaba en España «es un segundo menos para poder curarme». «Solo pido que, por favor, entre todos me ayudéis, que me ayudéis a mi y a muchísimas otras personas a seguir teniendo esperanza, y que la vida es maravillosa... Pero la mía no puede llamarse vida», decía a finales de 2015. Ayer, su vida se complicó aún más.

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