Un agente deja un cubo con peces que consumen la larva del mosquito que transmite el zika en un solar en Río de Janeiro
Un agente deja un cubo con peces que consumen la larva del mosquito que transmite el zika en un solar en Río de Janeiro - Reuters

Guía para no infectarse con Zika si tienes pensado acudir a los Juegos Olímpicos

Aunque el riesgo de transmisión es bajo en estas fechas en Brasil, hay otras patologías a evitar en esa zona

El mayor riesgo es para las mujeres embarazadas y en en edad fértil

Madrid Actualizado: Guardar
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El pasado 1 de febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó la epidemia del virus Zika en curso como una emergencia de salud pública de importancia internacional, un «acontecimiento extraordinario» que «podría exigir una respuesta mundial coordinada». Esta declaración reconoce el alto potencial del Zika para establecerse en todo el continente americano dado que su vector de transmisión , el mosquito «Aedes aegypti», ocupa una franja geográfica excepcionalmente amplia. La preocupación que motiva esta declaración de la OMS se centra en la asociación entre la infección por este virus en mujeres embarazadas y las malformaciones que ocasiona en los bebés, especialmente microcefalia y alteraciones neurológicas graves o incluso la muerte del feto. Hasta el 30 de junio de 2016, se contabilizaban 1.674 casos confirmados de microcefalia asociada con la infección por el virus Zika en cinco países, y existe una preocupación generalizada de que estas cifras puedan aumentar aún más, ya que el virus sigue propagándose en Latinoamérica.

Un estudio que publica el último número de la revista «Nature Microbiology» estima en 1,6 millones el número de mujeres en edad fértil que podría infectarse con el virus del Zika en esta primera oleada. Y, en total, calculan que más de 90 millones de personas de ambos sexos podrían resultar contagiadas con el virus en Latinoamérica.

Brasil, el país anfitrión de los Juegos Olímpicos, es el más afectado por la actual epidemia. El estudio de la Universidad de Southampton estima que registre el mayor número de casos, que triplicarían a los de otras zonas, dada la extensión de Brasil y las condiciones idóneas para el mosquito que lo propaga, se espera. Con una asistencia prevista de 350.000 a 500.000 visitantes a Río de Janeiro entre agosto y septiembre, la atención se centra en el riesgo para visitantes y atletas de contraer el virus, para el que no existe vacuna. Con el agravante, señalan los investigadores, de que el 80% de las infecciones por Zika son asintomáticas, lo que facilita su transmisión.

Además de los casos de microcefalia, se ha asociado la infección por el virus en ambos sexos al síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad del sistema nervioso poco común en la que el propio sistema inmunitario de una persona daña las neuronas y causa debilidad muscular y a veces parálisis que puede durar de semanas a meses. Aunque la mayoría de las personas se recuperan de esta secuela, en algunas quedan daños permanentes. El Ministerio de salud de Brasil ha informado de un mayor número de personas con el Zika que tienen este síndrome. Es muy probable que sea desencadenado por el Zika en una pequeña proporción de infecciones, igual que ocurre ocurre con otros virus. Aunque la sospecha está fundamentada, aún no se ha podido demostrar la relación, asegura Fernando de la Calle Prieto, especialista de la Unidad de Enfermedades Tropicales y del Viajero del hospital La Paz-Carlos III, centro de referencia nacional para patologías importadas.

Transmisión sexual

Las vías confirmadas de transmisión son la picadura de los mosquitos Aedes aegypty y A. albopictus (tigre), y también está claramente demostrada la vía sexual en todas las opciones sexuales (salvo mujer a mujer). Incluso hay transmisión de mujeres infectadas a hombres, que suele ser más rara, apunta De la Calle. Sin embargo, no hay constancia de transmisión por la saliva, aunque se han detectado partículas de proteínas víricas en las personas infectadas, señala. No obstante, advierte que se trata de un virus «que estamos conociendo ahora».

Aislado por primera vez en 1947 en un mono rhesus del bosque de Zika, en Uganda, solo se habían confirmado menos de una docena de casos en humanos hasta 2007, cuando se produjo la primera gran epidemia en Micronesia. Los síntomas: fiebre, erupción de la piel de color rojo, dolores articulares y conjuntivitis. En 2013 la alarma saltó de nuevo, esta vez en la Polinesia Francesa, donde afectó al 50% de la población. A principios de 2015 saltó al continente americano y se identificaron casos en Brasil. En mayo, el brote ya era epidémico. La teoría sobre la aparición en Brasil apunta a la gran afluencia de asistentes a los eventos internacionales como vía de introducción del virus, señala De la Calle.

Con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos a punto de comenzar, preocupa el riesgo de contagio para viajeros y atletas. La época de celebración coincide con el invierno austral y agosto es un mes «relativamente frío» (temperaturas medias de 19-26 grados) y seco en Río por lo que la densidad de mosquitos desciende significativamente, explica De la Calle. La capacidad del mosquito A. aegypti de transmitir el Zika se reduce si la temperatura mínima cae por debajo de 22 o 24 grados. En estas circunstancias, el periodo de incubación del virus en el mosquito se alarga más de dos semanas, que coincide con su vida media, por lo que muchos morirán antes de haber podido transmitir el virus por una picadura. En estas circunstancias, se estima que el riesgo de contraer el Zika para visitantes y participantes será de unos 2 a 16 casos, durante las tres semanas de duración. Siendo superior el riesgo de contraer dengue.

Las afecciones más probables para atletas y visitantes serán las infecciones gastrointestinales, gripe, accidentes de tráfico y domésticos. Sin embargo, advierte De la Calle, «nosotros aconsejamos a las mujeres embarazadas no viajar a la zona salvo que sea inevitable». Además, las mujeres en edad fértil deben evitar el embarazo en los dos meses posteriores al regreso. Hay que pensar en la posible transmisión sexual a partir de hombres infectados sintomáticos o no, por lo que algunos expertos alargan este periodo a seis meses.

Como normas generales, siempre que se viaja a zonas de riesgo, hay que visitar con al menos mes y medio de antelación las unidades de consejo al viajero para saber la vacunación a seguir. Sin este paso, iniciar el viaje es una imprudencia que puede tener graves consecuencias. Otras medidas generales, evitar picaduras, puesto Zika, dengue, malaria y la fiebre amarilla son transmitidas por el mismo mosquito. Sin olvidar las medidas adecuadas en cuanto a alimentos y bebidas para no volver a casa con «algo más» en la maleta, como una hepatitis A o algún parásito intestinal. Y a la vuelta consultar en las unidades del viajero sobre cualquier síntoma extraño.

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