El Gobierno chino intenta reventar en Madrid el Congreso Mundial de Trasplantes

Cirujanos del régimen defienden la «ética» del sistema oficial, frente a ONG e investigadores que denuncian que se extirpan órganos a los reos condenados

Dos prisioneros de conciencia chinos, en el corredor de la muerte, se fuman su último cigarrillo en 2013 AFP | Vídeo: Primer Congreso Mundial de Trasplantes celebrado en Madrid EP
Érika Montañés

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De acuerdo con los datos de Amnistía Internacional, el Gobierno chino ordena ejecutar a unos mil reos cada año y es el líder en el mundo en esta práctica, envuelta en una casi total opacidad. Las cifras podrían ser mucho mayores, advierte esa organización. En paralelo, hasta 2010 no existía en China un sistema de trasplante de órganos y organizaciones e investigadores internacionales no se han cansado de denunciar públicamente que se estaba traficando con los extraídos, entre otros, de los cadáveres de esos ejecutados. «Las principales fuentes de órganos son practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong, ugures, tibetanos y cristianos» , alertaron ayer en el Congreso Internacional de Trasplantes que se celebra en Madrid miembros del Centro para la Investigación de la Sustracción de Órganos en China (COHRC).

Grace Yin, presidenta mundial de DAFOH FOTOS: DE SAN BERNARDO

Si en 2010 no había nada, solo cinco años después, en 2015, el Partido Comunista anunció a bombo y platillo que había detenido por completo la sustracción de órganos a los presos de conciencia ejecutados por condena de muerte y había transitado hacia un sistema «ético» de obtención de esos riñones e hígados demandados a través de donantes voluntarios. Una gran «red» de nada menos que 373.536 donantes registrados a finales de 2017. Pero ello, dados los requisitos y exigencias sanitarias de un sistema convencional, como el de EE.UU., Reino Unido, Canadá o el puntero español «solo supondrían unas docenas de donantes al año». Sin embargo, el Gobierno chino acredita entre 10.000 y 15.000 trasplantes al año, cifra que, de acuerdo con COHRC (que en inglés se llama, por sus siglas, DAFOH) se eleva hasta no menos de 60.000 a 100.000 trasplantes anuales.

«Si sumanos todas las donaciones comunicadas (en su mayoría de donantes no registrados en el sistema oficial chino) en cada región china fue mucho menor que el dato oficial de 15.000 trasplantes realizados», apuntan los representantes del COHRC.

«Embajador» de trasplantes

Las presiones diplomáticas arreciaron y en 2015 el Gobierno chino nombra al exministro de Sanidad Huang Jiefu presidente de la Fundación China para el Desarrollo de Trasplantes en aras de limpiar la estadística. Jiefu, que hoy se encuentra en la capital con motivo del Congreso, consigue imprimir un lavado de cara al sistema de donaciones y trasplantes chino. Esa estrategia pasa –acusan el abogado canadiense David Matas y el COHRC– por «vender» su «aparente» reforma a través de campañas que contienen datos falsos, presiones a los medios y visitas orquestadas a centros de trasplantes, además de una intensa actuación promocional en el extranjero. En esta línea de actuación se circunscribiría su desembarco desde ayer lunes en el XXVII Congreso Internacional de Trasplantes, el mayor evento del sector que se celebra con carácter bianual y que por segunda vez en su historia se organiza en España, concretamente en el recinto de Ifema en Madrid (Barcelona lo acogió en 1996).

El cirujano hepático Shusen Zheng DE SAN BERNARDO

La tensa bronca entre miembros del Gobierno chino y sus opositores se comprobó ayer en este salón desde las 8.30 horas de la mañana. Una delegación china liderada por el cirujano Jingyu Chen , del Centro Oriental de Trasplante de Órganos de Tianjin – uno de los mayores del gigante asiático con más de 500 camas reservadas en exclusiva a trasplantes–, trató de reventar la conferencia organizada por COHRC para desmontar la versión oficial china. Chen cogió el micrófono y puso en solfa los datos expuestos por Matas, nominado al Premio Nobel de la Paz por su investigación durante una década en hospitales chinos, y por Grace Yin , presidenta mundial de DAFOH.

China dice haber logrado en años la transformación a un sistema de donaciones prolífico, que en otros países llevaría décadas

En su exposición, Yin señaló que las cifras de ese sistema de trasplantes de nuevo cuño que publicita la República Popular China son un escándalo. El «embajador de los trasplantes», Jiefu, anuncia, por un lado, que de 169 hospitales autorizados en la actualidad para realizar trasplantes de hígado o riñón (en tiempo récord de semanas y días, incluso), crecerán hasta 300, 500 e incluso 1.000 y así se multiplicarán, casi como el milagro de los panes y los peces, las donaciones efectuadas. «Cuando uno piensa en China –repelió Yin–, uno imagina una potencia poderosa y una economía emergente. Pero hay un mercado oscuro y la Medicina no escapa de él». «Un proceso que en otros países lleva décadas, el régimen chino dice haberlo logrado en pocos años. Según ellos, el porcentaje de órganos donados pasó de un 23% en 2013 a un 80% en 2014 y a un 100% en 2015».

Según denunció ayer David Li , directivo de COHRC, de un vistazo se comprueba que «el número de donaciones voluntarias está lejos del mínimo necesario para cubrir la demanda que el número de intervenciones quirúrgicas ejecutadas en la actualidad requiere». De hecho, si uno aplica ratios de otros países, como la estadounidense, por «cada donante para trasplante en EE.UU. se darían 29 voluntarios chinos para trasplantar sus órganos en el país asiático», estima COHRC. Y «choca» además con la tradición budista que establece que el cuerpo debe ser enterrado o incinerado intacto.

El mercadeo, la corrupción y el robo de órganos humanos suponen una violación flagrante de los derechos humanos y algunos países están mirando hacia otro lado, o incluso se tolera ese «turismo de trasplantes» siendo «cómplices de estos crímenes», apuntillaron ayer entre otros el español Carlos Iglesias , abogado que abandera la causa de la «justicia universal» para este asunto.

Iglesias denuncia a ABC los «asesinatos de inocentes» practicados por el Gobierno chino y dirigido contra opositores al régimen, como los religiosos de Falun Gong, un «genocidio» que discurre parejo al «reconocimiento» mundial que se va granjeando el régimen chino con sus rondas internacionales. Arthur L. Caplan , responsable de la división de ética en la Facultad de Medicina, escribe en el preámbulo del informe que el documento del COHRC «debe ser reconocido y considerado por los gobiernos de todo el mundo».

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